Crisis hídrica en Catalunya

Los jardineros advierten de "ciudades hirvientes" por la restricción al riego durante la emergencia por sequía

Barcelona obligará a reaprovechar el agua de la ducha para el váter en nuevas obras

Los jardineros exigen seguir regando para salvar las zonas verdes públicas y privadas

La sequía afecta los espacios verdes del Parque de la Ciutadella en Barcelona

La sequía afecta los espacios verdes del Parque de la Ciutadella en Barcelona / ZOWY VOETEN

Guillem Costa

Guillem Costa

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Los jardineros, ingenieros agrónomos y paisajistas no están satisfechos con las medidas del Plan Especial de Sequía que el Govern anunció de cara a la fase de emergencia, que es "probable" que se decrete esta próxima semana en el Sistema Ter-Llobregat según ha avanzado el propio president Pere Aragonès.

Como ya adelantó este diario, el sector de las zonas verdes exigía mantener las restricciones previstas para la fase de excepcionalidad, que impiden regar el césped pero permiten el riego de plantas y árboles (con todo tipo de agua). Sin embargo, en emergencia, la Conselleria d'Acció Climàtica solo permitirá regar árboles y plantas con agua freática o agua regenerada, es decir, la que no compite con el agua del grifo. Esta decisión ya supone una flexibilización puesto que en un principio el Govern no tenía previsto autorizar en emergencia el riego de plantas.

El sector advierte de que muchos ayuntamientos lo tendrán difícil para encontrar agua regenerada o freática

Los profesionales advierten de que la prohibición del riego abre una primavera y verano llenos de dificultades no solo para ellos, sino también para las ciudades, que se quedarán, avisan, sin refugios climáticos.

Así, han advertido de que, en primer lugar, mucha gente puede perder su trabajo durante los próximos meses. Otra dificultad, apuntan, será encontrar agua freática y agua regenerada, con las que sí se podrá regar. "Muchos ayuntamientos no lo tienen fácil para recurrir a estos recursos. Y ya no hablemos de los privados, que lo tendrán complicado para comprar agua regenerada o subterránea", dice David M. Gómez, director de la Fundació de la Jardineria i el Paisatge. Barcelona, sin ir más lejos, está estudiando qué parques salva y cuáles sacrifica con el riego restringido a partir de febrero. Será un gran cambio para una ciudad que usa agua de boca para el 80% del riego y que no tiene la infraestructura necesaria para llevar agua freática o regenerada a toda la ciudad.  

Refugio climático

Los jardineros han apuntado una tercera consecuencia de la falta de riego: el riesgo de que la temperatura suba, con las zonas verdes secas. "Está comprobado que la temperatura puede variar cuatro grados por la presencia o no de árboles, arbustos e infraestructuras verdes", remarca Gómez. Los árboles absorben CO2 y los espacios llenos de flora favorecen la salud física y mental de las personas, destacan desde la fundación. Opinan que si ahora se deja de regar, en verano algunos municipios pueden convertirse en "hirvientes".

En total, de toda el agua que se consume en las ciudades, "el riego supone un 2,5%, con la prohibición de regar el césped", expone Gómez. Este dato incluye las zonas verdes privadas, que los jardineros consideran que se deberían seguir regando puesto que son importantes para la preservación de la biodiversidad urbana y la lucha contra el cambio climático.

Cuando la emergencia entre en vigor, solo se permitirá regar con agua potable los árboles monumentales o singulares, tanto en emergencia 1, como en emergencia 2, como en emergencia 3.