Previsiones fallidas

La sequía persiste: la lluvia y la nieve (descafeinadas) solo sirven para aliviar al Ter y emblanquecer los Pirineos

Catalunya apurará el botón de la emergencia por sequía tanto como pueda

Barcelona obligará a reaprovechar el agua de la ducha para el váter en nuevas obras

Personas pasean por Setcases (Ripollès).

Personas pasean por Setcases (Ripollès). / LOURDES CASADEMONT / ACN

Guillem Costa

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Los meteorólogos acumulaban días de excitación. Parecía que finalmente llegarían las lluvias intensas, tan necesarias en las cuencas internas de Catalunya, que siguen sufriendo una crisis hídrica sin precedentes. Pero, al final, las precipitaciones han sido más suaves de lo esperado. Es cierto que ha nevado en los Pirineos, hecho que dará aire a las pistas de esquí. Sin embargo, en las cuencas internas, las lluvias solo han aliviado el río Ter. En las últimas horas, se han registrado cantidades importantes en Ulldeter y en Núria (Ripollès) y también en los alrededores del embalse de Sau. En el resto de Catalunya, poco más, aparte de algunos litros en la Catalunya central y la costa ampurdanesa.

Los modelos no dibujan unos próximos meses más húmedos de lo habitual, aunque puede haber cambios

Por lo tanto, el episodio (fallido) no servirá para cambiar la situación de sequía. Como mucho, les permitirá a las reservas resistir unos días más. ¿Pero por qué la esperada 'llevantada' ha sido tan descafeinada? ¿Qué ha fallado en los pronósticos? Tanto la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) como el Servei Meteorològic de Catalunya (Meteocat) predijeron lluvias intensas en Catalunya. También otros meteorólogos que trabajan por su cuenta se sumaron a las expectativas. Pero a principios de semana algo se torció y se empezó a desinflar el globo de la supuesta DANA.

Lo que explican los meteorólogos que han seguido los detalles de este pronóstico es que ha habido un error geográfico muy difícil de prever. Los modelos coincidían. Mostraban que se formaría una borrasca en la región mediterránea. También acertaron cuando indicaron que la masa de aire fría se movería de oeste a este. El problema es que parecía que entraría por el Cantábrico y, finalmente, la nubosidad de baja presión se formó más al norte, en el sur de Francia, y ha dejado nevadas en Burdeos, como ya ocurrió en París el fin de semana.

¿Y por qué no se situó bien el lugar donde se desataría la tormenta? Pues básicamente, aseguran los meteorólogos consultados, porque se trata de un fenómeno relativamente pequeño y difícil de precisar, a diferencia del buen tiempo, más fácil de adivinar, puesto que los anticiclones abarcan más terreno.

Pocas esperanzas

Este episodio, pues, se ha convertido en la primera nevada importante en la mitad este de los Pirineos, pero no ha sido ni mucho menos un bálsamo que ayude a mitigar la sequía de forma importante. Por lo tanto, habrá que esperar a las próximas semanas y meses. ¿Y qué dicen los mapas? Los pronósticos oficiales del Meteocat a medio y largo plazo, basados en el sistema Copernicus, no son nada optimistas. Se vislumbran un febrero y un marzo similares a lo que establece la media, lo que sería insuficiente para revertir la actual falta de lluvias. Se necesitaría que lloviese más de lo habitual para salir de la sequía y encarar el verano con mejor perspectiva, aunque no se puede descartar un episodio inesperado, como fue el temporal Gloria, que dé la vuelta a la situación.

El escenario no es favorable, pero desde el Meteocat siempre recuerdan que este tipo de modelos a largo plazo no son ni mucho menos seguros, al contrario. Si no se puede pronosticar con total certeza una DANA a una semana vista, tampoco se puede afirmar de forma categórica que en febrero y marzo lloverá menos de lo habitual. Lo que está por ver es cómo afectarán la nieve y el agua a las reservas de los embalses del río Ter (Sau y Susqueda), una duda que se podrá resolver en los próximos días.

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