Memoria histórica

'El maestro que prometió el mar': la (intensa) historia detrás de la película sobre el profesor republicano

Sergi Bernal lleva 13 años reivindicando el legado de los maestros de la República, tras 'enamorarse' en una fosa común de Burgos de Antoni Benaiges, 'resucitado' en los cines en el cuerpo de Enric Auquer

Sergi Bernal, el fotógrafo que rescató la memoria de Antoni Benaiges.

Sergi Bernal, el fotógrafo que rescató la memoria de Antoni Benaiges. / JORDI OTIX

Helena López

Helena López

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-Tengo una prensa Freinet debajo de la cama, ¿queréis verla?

La respuesta es obvia. Lo cierto es que resulta contagioso el amor con el que Sergi Bernal habla de Antoni Benaiges, de las revistas que este hizo con sus alumnos en los años 30 y de la revolución pedagógica que supusieron todos aquellos maestros empeñados en hacer soñar a las criaturas y que escribieran sus sueños en publicaciones que viajaban de pueblo perdido en pueblo perdido y que el fotógrafo conserva como los auténticos tesoros que son.

‘El maestro que prometió el mar’, la película protagonizada por Enric Auquer que lleva semanas emocionando a media España es una batalla ganada al olvido de los maestros republicanos que este documentalista de Santa Coloma empezó a librar en 2010.

Uno de los cuadernos del maestro Antoni Benaiges del archivo personal de Sergi Bernal.

Uno de los cuadernos del maestro Antoni Benaiges del archivo personal de Sergi Bernal. / JORDI OTIX

Bernal regresaba a Barcelona tras una vibrante semana en un pequeño pueblo de Burgos, retratando la apertura de la fosa de La Pedraja, cuando una llamada cambiaría su vida para siempre. "Sergi, que por la fosa acaba de acercarse un señor a decir que aquí está enterrado el maestro de su pueblo, que es paisano tuyo, otro catalán", le dijo una voz al otro lado del teléfono. El fotógrafo, quien llegó a La Pedraja de rebote –él en realidad quería ir a las fosas del Pallars, a una muy concreta donde sabía que había una chica violada y asesinada por los falangistas, pero no había manera de que la abrieran–, experimentó un cóctel de sentimientos.

El corazón de Antoni Benaiges volvió a latir de nuevo, de alguna manera, en la fosa de La Pedraja en 2010

Sergi Bernal

— Documentalista

De entrada sintió rabia porque había pasado una semana retratando la fosa y entrevistando a vecinos, y nadie le había mencionado al maestro catalán. Pero también afloraron la emoción y los nervios al intuir estar frente a una gran historia, pese a que en aquel momento no podía ni imaginar cuánto.

Archivo de Sergi Bernal, autor de la investigación que desenterró la memoria del maestro Antoni Benaiges.

Archivo de Sergi Bernal, autor de la investigación que desenterró la memoria del maestro Antoni Benaiges. / JORDI OTIX

Tecleó en Google "Bañuelos de Bureba maestro" –ese era el nombre del pueblo– y la primera entrada que encontró fue de un blog de México en el que leyó por primera vez la historia de Antoni Benaiges. Una historia que le lleva acompañando durante los últimos 13 años y que, gracias a su inconmensurable empeño –"casi una obsesión", confiesa– forma parte ya de la historia colectiva. Años de viajes, horas buceando en archivos e infinitas entrevistas que han ido uniendo las piezas de un rompecabezas –"todo está descubierto, nadie descubre nada"– y que ha servido para rescatar la memoria no solo del maestro Benaiges (Mont-roig del Camp, 1903 - Villafranca Montes de Oca, 1936), sino de todos los docentes que, como él, prometieron a sus alumnos el mar y, lo más importante, les dejaron soñar con él y con lo que quisieran y les animaron a hacer periódicos "mejor que los de los hombres, porque serán de cosas nuestras".

Recuerdos desbloqueados

En los años que separan aquella llamada cuando regresaba de Burgos [un vecino vio en la tele que abrían la fosa y se acercó hacia el lugar el día que ya la cerraban para reivindicar a su maestro] y el estreno el mes pasado de 'El maestro que prometió el mar’, con cinco nominaciones a los Goya que ha acercado la historia de Benaiges al gran público, el trabajo de hormiga de Bernal no solo ha desbloqueado muchos recuerdos

El maestro Antoni Benaiges junto a sus alumnos en Bañuelos de Bureba.

El maestro Antoni Benaiges junto a sus alumnos en Bañuelos de Bureba. / JORDI OTIX

"De alguna manera nosotros lo hemos exhumado y lo hemos encontrado, el maestro Antoni Benaiges está aquí", dice mostrando una mesa –la del comedor de su piso– llena de fotografías y revistas, haciendo referencia a que el cuerpo del maestro no ha sido aún identificado. "Su corazón volvió a latir de nuevo, de alguna manera, en La Pedraja en 2010”, prosigue Bernal, quien lo primero que hizo al llegar a Barcelona fue ponerse en contacto con la familia de Benaiges.

Imágenes que cambiaron la historia

Las imágenes de la fosa en la tele no solo removieron al vecino que señaló que allí estaba el maestro de su pueblo. Su familia también se dirigió a la asociación que impulsaba la apertura de la fosa, quien les puso en contacto con Bernal. Visitaron juntos el mar prometido por el maestro a sus alumnos, pacto que no pudo cumplir porque los fascistas lo fusilaron antes (e hicieron quemar todas las revistas 'del maestro comunista' en una hoguera).

Los sobrinos de Antoni Benaiges en la playa de La Pixerota.

Los sobrinos de Antoni Benaiges en la playa de La Pixerota. / JORDI OTIX

La de sus sobrinos en la preciosa playa de La Pixerota es una de las fotografías de la primera exposición que Bernal hizo con material sobre el maestro y que recorrió 60 centros cívicos. La inauguración fue en Mataró y contó con la presencia de uno de los alumnos de Benaiges, que estaba pasando unos días en Catalunya de viaje con el Imserso y al que Bernal fue a buscar al hotel para que la viera. La relación con los últimos cinco alumnos vivos del maestro –hoy ya no queda ninguno, el último falleció en la pandemia– también marcó a Bernal. "Retratándoles en 2010 sentía que estaba haciendo lo mismo que aquel retratista que un día acudió a la escuela y les tomó aquella fotografía [hoy icónica] en la que el maestro se ve en la última fila, mezclado entre sus alumnos, que dice tanto de su manera de entender la docencia", explica.

Del olvido a novelas y museos

Tras la exposición, llegaron incontables charlas en institutos y talleres de la técnica Freinet [exacto, con la imprenta que guarda bajo su cama, cosas de los pisos pequeños], un ensayo, un cómic, una novela, un documental, una obra de teatro en el TNC y ahora, la película. Todo ello gracias a tejer un millón de alianzas fruto de aquel amor tan contagioso que también ha hecho posible que hoy haya una placa y un plafón con su historia frente a la casa en la que nació el maestro, y que la escuela de Bañuelos de Bureba, durante décadas abandonada, se haya convertido en un museo.

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