Estrenos de cine

Antoni Benaiges y la historia del maestro republicano ejecutado que necesitaba ser contada

La figura de Antoni Benaiges llega al cine con ‘El maestro que prometió el mar’, dirigida por Patricia Font y con los actores Enric Auquer y Laia Costa

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Antoni Benaiges, en varias fotos y con sus alumnos de Bañuelos de Bureba (Burgos), junto a los cuadernos que hicieron.

Antoni Benaiges, en varias fotos y con sus alumnos de Bañuelos de Bureba (Burgos), junto a los cuadernos que hicieron. / SERGI BERNAL

Anna Abella

Anna Abella

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Sus restos siguen desaparecidos. Pero una tumba le recuerda en el cementerio del pueblo burgalés de Bañuelos de Bureba: "Nos dejó ser niños antes de ser hombres, nos enseñó el valor de la palabra, nos prometió el mar". En 1934, a aquella población de entonces 200 habitantes llegó destinado Antoni Benaiges, un joven catalán de Mont-roig del Camp (Tarragona), con su gramófono y una imprenta comprada de su bolsillo, para convertirse en el revolucionario y laico maestro republicano de la treintena de alumnos de una escuela que hasta entonces era feudo del estricto párroco. En los primeros días de la Guerra Civil, el 25 de julio de 1936, fue ejecutado por los falangistas a los 33 años, una semana después de ser detenido, brutalmente torturado y sometido a escarnio público en la plaza de Bañuelos. 

La versión teatral de esta historia real (dirigida por Alberto Conejero y Xavier Bobés y finalista en los premios Max, representada en el TNC y el Teatro de la Abadía de Madrid) fue cancelada el pasado julio por el Ayuntamiento del PP de Briviesca, a ocho kilómetros de Bañuelos. Ahora llega al cine ‘El maestro que prometió el mar’, película dirigida por la barcelonesa Patricia Font, que se estrena este viernes 10. 

La cineasta Patricia Font y el actor Enric Auquer, este martes en Barcelona.

La cineasta Patricia Font y el actor Enric Auquer, este martes en Barcelona. / ELISENDA PONS

Es en la fiel reconstrucción de la fosa común de La Pedraja, que hoy recuerda a los asesinados, donde se inicia el filme, que entrelaza el pasado de la llegada a Bañuelos de Benaiges, encarnado por Enric Auquer (Goya por ‘Quien a hierro mata’), con el presente, donde lleva el peso Laia Costa (Goya por ‘Cinco lobitos’) en el papel de Ariadna, nieta de uno de sus alumnos, que busca respuestas a la desaparición de su bisabuelo en la guerra. 

Fosa común de La Pedraja, donde fueron enterrados fusilados por los falangistas.

Fosa común de La Pedraja, donde fueron enterrados fusilados por los falangistas. / SERGI BERNAL

"Los cineastas tenemos la responsabilidad de llegar lo más lejos posible con lo que queremos contar y esta historia necesitaba ser contada. Era prioritario ser riguroso con lo que sabemos que pasó. Y tenía muy presentes a las víctimas y a las personas que buscan a sus desaparecidos e intentan ayudar a sus abuelos compartiendo esa herida transgeneracional, que se ha tratado poco en el cine", explica Font (Goya por el cortometraje ‘Café para llevar’), quien niega tensiones durante el rodaje, en Bañuelos y Briviesca, donde solo recibieron agradecimientos de los vecinos por rescatar al maestro. 

El actor Enric Auquer, este martes en Barcelona.

El actor Enric Auquer, este martes en Barcelona. / ELISENDA PONS

A Auquer le enamoró la personalidad del profesor. "Por una parte me dio mucha rabia la injusticia contra estos maestros de la República y por otra me fascinó su capacidad de entrega, su compromiso, su idealismo casi utópico, su aventura -confiesa el actor-. Viendo su final, tuve la sensación de que todos podemos aportar algo a la reparación y a la reconstrucción de un hombre al que intentaron borrar de la memoria incluso después de asesinarlo". 

"Como dice Francesc Escribano, sería precioso si un día podemos conseguir que los muertos no sean los muertos de uno sino los muertos de todos"

Enric Auquer

Se refiere el actor a que le abrieron un expediente de depuración en 1939 donde el cura, el alcalde y algunos vecinos, "personas de orden", le calificaban de "indigno, antisocial, inmoral, vicioso, comunista, anarcosindicalista, que no iba a misa y muchos días, en vez de dar clase, ponía música con un gramófono y hacía que los niños bailasen".  

Eladio Díez, exalumno de Benaiges, en 2011, con uno de los cuadernos que hizo con sus compañeros.

Eladio Díez, exalumno de Benaiges, en 2011, con uno de los cuadernos que hizo con sus compañeros. / SERGI BERNAL

La película se basa en el libro, ahora reeditado, ‘Desenterrando el silencio. El maestro que prometió el mar’ (Blume - Ventall; en castellano y catalán), del periodista y también productor del filme, Francesc Escribano, junto con la historiadora Queralt Solé, el antropólogo Francisco Ferrándiz y el fotógrafo y documentalista Sergi Bernal, que lleva 12 años investigando la vida de Benaiges. 

Rodaje de 'El maestro que prometió el mar'.

Rodaje de 'El maestro que prometió el mar'. / FILMAX

"Cuando ya no queda casi nadie vivo de los que conocieron a los desaparecidos, no podemos dejar que los muertos caigan en el olvido. En España, la ideología de la Guerra Civil aún nos separa en dos bandos -lamenta Auquer-. Como dice Escribano, sería precioso si un día podemos conseguir que los muertos no sean los muertos de uno sino los muertos de todos". 

Laia Costa, en 'El maestro que prometió el mar'.

Laia Costa, en 'El maestro que prometió el mar'. / FILMAX

"En un entorno rural reticente a los cambios, Benaiges aplicó un nuevo modelo educativo" que despuntaba en Francia de la mano de Célestin Freinet, escribe Solé. Era una técnica pedagógica pionera basada en la participación activa de los niños, instándoles a trabajar en equipo, a ser creativos y a reflexionar. El maestro los impulsó a editar su propio diario con una pequeña imprenta. De ahí surgió una serie de cuadernos artesanales en los que con sus redacciones, escritos y dibujos se convertían en cronistas de su día a día y del del pueblo. Ello, sumado a que Benaiges también se significó con sus artículos progresistas, generó desconfianza y recelo entre los padres que querían a sus hijos ayudándoles en el campo en vez de en la escuela y le puso en la diana de los partidarios de una educación religiosa. "Es un maestro legitimado por un Gobierno que ha convertido la educación en laica y que relega la religión al campo de la familia y de una Iglesia rígida que recuerda a la de ‘La cinta blanca’ de Michael Haneke -apunta Auquer-. Benaiges educa dando voz a los niños y acompañándolos en su aprendizaje".   

Benaiges, con sus alumnos a la puerta de la escuela, en una foto tomada por un retratista ambulante.

SERGI BERNAL

La promesa del mar

Los falangistas quemaron todos los cuadernos que encontraron, pero se conservan 13 que Benaiges había enviado a su familia de Mont-roig. Uno se titula ‘El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca’. De ahí su promesa: les dijo que los llevaría a ver el mar. Y preparó el viaje. Pero lo mataron antes. "Es muy inspirador, el claro ejemplo de que la realidad supera la ficción", califica la cineasta, que sintió que hacía un "mágico viaje al pasado" cuando visitó la antigua escuela, que se ha restaurado y musealizado gracias a una asociación de descendientes de alumnos de Benaiges en Bañuelos.

A Auquer le guió el "apasionado y comprometido" Sergi Bernal, que descubrió la huella de Benaiges en 2010, durante la exhumación de la fosa de La Pedraja, donde aparecieron restos de 104 asesinados por los franquistas en los primeros meses de la guerra, y es también responsable del rescate de esta historia en forma de exposición fotográfica (se vio en el Museu Marítim de Barcelona), de documental (‘El retratista’, con Alberto Bougleux), de cómic (Promesa’, de Javier Martínez, Blume) y de novela (‘El mar será…’ con Sebastián Gertrúdix). 

En la película, desde el momento de la detención, Font opta por "intentar transmitir la sensación de desamparo, desolación y vacío de los niños cuando su maestro desaparece, sin previo aviso, sin poder prepararse para despedirse". Usa el efecto de "un golpe seco", evitando primeros planos de Benaiges y evidenciando ese silencio que los vencedores de la guerra impusieron durante más de 40 años.