Evolución urbana

El último truco de las gaviotas de Barcelona: pescar al vuelo a los pájaros que chocan con cristales

¿Cómo se sabe que humanos han causado la extinción de 1.430 especies de aves?

Barcelona prueba papeleras 'antigaviotas' para evitar que las aves rapiñen en la basura

Gaviotas en vuelo

Gaviotas en vuelo / Pixabay

Guillem Costa

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La adaptación de las gaviotas a la vida de las ciudades es digna de un estudio evolutivo al detalle. Estas aves especializadas en la pesca en alta mar para alimentarse llevan siglos modificando sus conductas para amoldarse a lo que los humanos les hemos ido ofreciendo.

Empezaron siguiendo la estela de los barcos que regresaban al puerto cargados de pescado fresco. Después, a medida que las ciudades se expandían, sus incursiones en entornos urbanos aumentaron. No son nada extrañas las imágenes de gaviotas de todo tipo (sobre todo la gaviota patiamarilla, Larus michahellis, una de las más habituales) husmeando en montones de basura para encontrar comida.

Una gaviota buscando comida en una papelera en Barcelona.

Una gaviota buscando comida en una papelera en Barcelona. / FERRAN NADEU

Estos animales han aprendido a esperar la caída al suelo de los restos de fránkfurt cerca de los puestos callejeros de comida, a devorar palomas y ratas y a introducir su cabeza dentro de las papeleras, hasta tal punto que Barcelona ha probado unos nuevos diseños que (de momento) impiden la incursión de estas aves pelágicas.

Choques contra cristales

La última especialidad de las gaviotas ha sido identificada por los agentes rurales. Después de varias observaciones, han detectado como aguardan al acecho alrededor de edificios acristalados, sobre todo en épocas de migración, para pescar al vuelo a los pequeños pájaros que chocan contra los ventanales translúcidos por accidente mientras caen muertos o conmocionados.

Una gaviota se come una paloma en plaza de Catalunya, en Barcelona

Una gaviota se come una paloma en plaza de Catalunya, en Barcelona / El Periódico

"Lo saben y a partir de su conocimiento han adoptado esta conducta para cazarlos al vuelo", detalla Jaume Bosch, jefe del área de Barcelona de los agentes rurales. "Se trata de un recurso trófico más, que puede ser abundante en lugares y momentos puntuales y que las gaviotas no desaprovechan, en cualquier punto de la fachada litoral. Es, en definitiva, una cierta especialización", añade en conversación con EL PERIÓDICO.

Esta nueva habilidad demuestra la capacidad de adaptación de muchas especies generalistas como lo son algunas gaviotas omnívoras y perfectamente habituadas al ritmo frenético de la ciudad. Ocurre algo similar con los animales que aprovechan la disponibilidad de especies invasoras para alimentarse, como sucede en los humedales, donde las garzas se atiborran de cangrejos americanos y gambusias.

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