Expolio eclesiástico

El rastreo de dos 'detectives del arte' permite recuperar una cruz de plata gótica robada hace 42 años

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Imagen de la cruz gótica recuperada por los Mossos

Imagen de la cruz gótica recuperada por los Mossos / Mossos

Germán González

Germán González

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A veces, el trabajo de un historiador del arte se parece más a un 'detective del patrimonio'. Es cuando son capaces de rastrear objetos patrimoniales que fueron sustraídos cuando están a punto de venderse entre particulares o en alguna subasta. Su labor no siempre es reconocida en los medios pero resulta fundamental para investigaciones policiales posteriores que acaban recuperando estos bienes públicos.

Es lo que pasó en la reciente investigación de la Unidad de Patrimonio Histórico de Mossos d'Esquadra que permitió recuperar una cruz gótica procesional de plata del siglo XVI, que fue robada de la parroquia de Santa María de Sant Martí Sarroca en 1981 junto con otras piezas, poco antes de ser subastada. 

El trabajo previo de los historiadores del arte Marc Millán Rabasa y Juan Carlos Calvo Asensio fue clave para el hallazgo de este objeto sacro. Sus conocimientos sobre la Exposición de Cruces celebrada en 1913 en Barcelona permitió que reconocieran esta cruz gótica robada en 1981 en las redes sociales de la casa de subastas y por eso pudieron avisar al Obispado de Sant Feliu que luego fue el que contactó con la policía, ya que eran los propietarios de este bien patrimonial.

En declaraciones a este medio, Calvo y Millán, que son investigadores predoctorales de la Universidad de Zaragoza, cuentan que en 2018, cuando eran estudiantes del grado de Historia del Arte en la Universidad de Barcelona, realizaron las prácticas en el archivo de Adolf Mas "donde se conservan unas fotografías antiguas de cruces que entonces estaban sin identificar". 

"Las catalogamos y descubrimos que se habían tomado todas en el mismo momento: la Exposición de Cruces de 1913 celebrada en el desaparecido Palau de Belles Arts de Barcelona. Allí se reunieron más de 200 cruces procedentes de toda Cataluña, lo que despertó el interés de importantes personalidades nacionales e internacionales del ámbito de la Historia del Arte", explican los historiadores y añaden que, de esa labor de catalogación, "surgió un trabajo académico, primero, y un artículo de investigación, después, que se publicará próximamente en los Quaderns del Museu Episcopal de Vic".

Robada en 1981

Cuando estos investigadores vieron la cruz que se iba a subastar por las redes sociales de la casa de antiguedades la compararon con las imágenes que conservan de su labor de catalogación. Así la identificaron ya que también había participado en la muestra celebrada en 1913 y que después fue robada de la parroquia de Sant Martí Sarroca en 1981: "Ya conocíamos el robo con anterioridad gracias a Josep Forcada, guía del castillo de Sant Martí Sarroca, por lo que enseguida saltaron nuestras alarmas. Buscamos en la hemeroteca y comprobamos los datos exactos del hurto".

Imagen de la cruz recuperada por Mossos

Imagen de la cruz recuperada por Mossos / Mossos

"Contactamos con el párroco, el ayuntamiento y el obispado. Estos últimos, como propietarios de la pieza, alertaron a las autoridades. Fueron momentos de mucha prisa, puesto que la subasta se celebraba en apenas cuatro días. A eso sumamos la sorpresa de los dueños legítimos de la obra, que no se esperaban que apareciese más de 40 años después" explican los historiadores que facilitaron material al obispado. "La buena predisposición del párroco, mosén Genís Sans, y del Departamento de Patrimonio de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat, encabezado por Joan Torras, permitió actuar con celeridad" añaden.

Fue el obispado que contactó con los Mossos y alertó de que la cruz del siglo XVI iba a venderse en una subasta el 17 de noviembre organizada por una empresa especializada en este tipo de compra y venta antigüedades. Por eso, los agentes acudieron y cuando el responsable de la empresa no pudo acreditar el origen de la cruz ni su propiedad, la requisaron. Tras autentificarla, la devolvieron al Obispado el pasado 10 de noviembre, antes de la subasta.

La cruz había sido robada en 1981 junto con otros bienes. Los ladrones asaltaron los accesos de la iglesia y arrancaron la imagen del Santo Cristo de marfil que presidía el altar mayor, además de forzar las puertas de la sacristía y sustraer dos cruces góricas procesionales de plata, de los siglo XIV y XVI, la ahora recuperada, además de dos cálices de plata y dos relicarios. 

Cruz "alterada"

Los historiadores del arte aportaron las fotografías antiguas y las notas de prensa del robo, además de nuestro conocimiento de su participación en la exposición, lo que ayudó a identificarla sin ningún género de dudas. "Ahora estamos satisfechos de que la cruz vuelva a su localidad y de que los vecinos puedan verla nuevamente. Por desgracia, los objetos litúrgicos han sufrido una especial dispersión y destrucción por su carácter mueble. En este caso, se trata de una cruz de plata del siglo XVI, posiblemente salida de obradores catalanes, que en su momento había de ser una de las joyas del tesoro parroquial", indican. 

Además, destacan que "estas piezas se utilizaban en las principales celebraciones locales para encabezar comitivas y procesiones, y por ello resulta tan significativo haberla encontrado". Sin embargo dejan claro que la iconografía original de la cruz "parece alterada puesto que los diferentes personajes representados están dispuestos de manera desordenada. Originalmente, presentaba el programa iconográfico redentor propio de esta tipología, con la Virgen y san Juan a lado y lado de Cristo, Lázaro en la parte inferior y un pelícano, símbolo del sacrificio, en la superior. En la parte posterior, los cuatro evangelistas se situaban rodeando a la Virgen".

Imagen de la Exposición de Cruces de 1913 en Barcelona

Imagen de la Exposición de Cruces de 1913 en Barcelona / Arxiu Barcelona

También remarcan que el estilo de la cruz es "gótico con sus brazos terminados en flores de lis y una macolla de inspiración arquitectónica. Sin embargo, la decoración en relieve tiene motivos vegetales, fantásticos y geométricos propios del Renacimiento, que sitúan la cruz en el siglo XVI".

La labor de Calvo y Millán permitió recuperar un bien expoliado a la Iglesia y que estuvo perdido durante más de 40 años. "Nuestra satisfacción va más allá de la recuperación de la pieza" explican y añaden que esperan que la repercusión de esta actuación policial permita "visibilizar la labor de los historiadores del arte y ayudan a concienciar sobre la conservación del patrimonio".