Gestión de residuos

Aplicar el puerta a puerta no será barato para los ayuntamientos: "Debemos asumirlo y explicarlo bien"

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Ecoparc2, de los residuos urbanos obtiene energía, biofertilizantes y agua para regar

Ecoparc2, de los residuos urbanos obtiene energía, biofertilizantes y agua para regar / ELISENDA PONS

Guillem Costa

Guillem Costa

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Aplicar sistemas de recogida selectiva de residuos como el puerta a puerta no será gratis, ni tampoco barato, para los ayuntamientos que decidan dar este paso adelante y se atrevan con la polémica medida. Polémica porque tanto el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, como el director de la Agència de Residus de Catalunya (ARC), Isaac Peraire, recuerdan lo vivido cuando eran alcaldes de sus respectivos pueblos, Vilablareix (Gironès) y Prats de Lluçanès (Lluçanès).

Al principio, este tipo de recogida suele generar rechazo por parte de los vecinos, que no se toman demasiado bien el cambio. Prefieren seguir echando la basura en los contenedores de siempre. Pero, con el paso del tiempo, la gente se acostumbra, defienden ambos dirigentes, hasta tal punto que ya ni se plantean volver al sistema antiguo. Los datos demuestran que este método es el más útil probado hasta la fecha para obtener un buen porcentaje de reciclaje.

"Reciclar bien, a corto plazo, tendrá su coste, aunque después lo agradeceremos"

— Isaac Peraire, director ARC

Sin embargo, para los consistorios, aplicar esta gestión tendrá un precio y también una complejidad. "Gestionar bien tiene un coste y muy a menudo lo obviamos. Es mejor asumirlo y explicarlo con claridad", propone Peraire, en declaraciones a este diario. "La ciudadanía tiene derecho a que sus residuos se traten correctamente. Ellos tienen que poner de su parte, pero la última responsabilidad es de los ayuntamientos".

Excusa compleja

La conselleria está dispuesta a apoyar a los consistorios "valientes". "Les damos recursos técnicos, políticos y económicos, con subvenciones, pero deben ser los gobiernos municipales quienes se atrevan a sacarlo adelante con convicción. Sin el impulso territorial estamos perdidos. Y esto es lo que les pedimos a las grandes ciudades que se están quedando atrás", detalla Peraire. "La Generalitat está al lado de los que realicen estas transformaciones", insiste.

¿Pero por qué saldrá más caro a corto plazo? El cambio de modelo tiene su coste: se deben eliminar los viejos contenedores, poner en marcha el nuevo sistema a través de una empresa (privada o pública) que se encargue de la recogida y de ofrecer los cubos a los vecinos, y difundir los detalles sobre el nuevo funcionamiento para que llegue a todo el mundo. "Esto no es gratis ni barato. Sin embargo, con el modelo de fiscalidad ambiental, podemos intentar contener los costes para que no sean excesivos. Y, a la larga, puede salir hasta barato", precisa Peraire. "Si cada día te retiran los residuos de delante de tu casa y esto cuesta 300 euros, al final es un euro al día", explica a modo de ejemplo.

Lo que se ha demostrado es que los municipios pequeños reciclan mejor que las grandes urbes. Y desde la ARC admiten que aplicar los métodos eficientes como el puerta a puerta en un pueblo pequeño puede ser menos complejo que hacerlo en una ciudad importante. Sin embargo, consideran que no es excusa suficiente. La nueva ley de residuos irá enfocada a generar menos residuos y a la prevención, pero también dará apoyo a los que apuesten por la recogida selectiva. "Tenemos la tradición de no hablar mucho de la basura. La solución es poner el foco en el tema y explicarlo sin rodeos", afirma Peraire. De esta forma, asegura, estaremos más cerca de los objetivos europeos.

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