Educación en Catalunya

Anna Pons, asesora de la OCDE: "Es preocupante que pocos alumnos sean capaces de distinguir un hecho de una opinión"

Agnès van Zanten: "Para combatir la desigualdad en la escuela no basta con juntar a niños de diferentes realidades"

Competencias básicas de 4º de ESO: catalán y castellano siguen cayendo, pero mejora el inglés

Anna Pons, este jueves en Barcelona.

Anna Pons, este jueves en Barcelona. / Manu Mitru

Helena López

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Analista y asesora en políticas educativas de la OCDE, Anna Pons dirige los equipos Global Teaching InSights y Schools+ Network, dos proyectos que reúnen a profesores, líderes escolares, investigadores y políticos para acelerar el cambio en la educación. Este jueves participa en Barcelona en el congreso 'Quorum 23' de la Escola Cristiana de Catalunya

-El título de su ponencia es ambicioso: '¿Hacia dónde va la educación en el mundo?'. ¿Hacia dónde va?

-Lo primero que debemos tener en cuenta es que vivimos en una sociedad en crisis permanente. Una sociedad cada vez más desigual en la que se ha estropeado el ascensor social.

Vivimos en una sociedad cada vez más desigual en la que se ha estropeado el ascensor social

-¿El ascensor social se ha roto a nivel mundial? 

-Sí. Un indicador clave es el acceso a la vivienda. A los jóvenes hoy les cuesta más acceder a una vivienda que a sus padres. Y ese es un gran problema, porque la vivienda es un derecho y una necesidad. Estamos en un contexto en el que no solo el ascensor social está estropeado y nos cuesta acceder a una casa, sino que además estamos destruyendo nuestra casa global, que es el planeta, con la crisis climática. Vivimos en sociedades cada vez más fragmentadas. Hay muchos indicadores que nos muestran que estamos en un momento de cambio en el que tendríamos que repensar la educación para asegurarnos de que estamos preparando a los estudiantes para el mundo de mañana.

"No nos tenemos que preocupar del abandono escolar al final de la ESO. El abandono escolar empieza muchos años antes"

-Repensarla, ¿cómo? 

-Repensar cómo funcionan nuestras escuelas. Cómo se organiza el horario escolar es un ejemplo de pensar en políticas que permitan dar apoyo a las familias más desfavorecidas. Una familia de clase media podrá dar a sus hijos oportunidades educativas fuera de ese horario escolar. La educación no es solo la educación formal. La educación también puede ser pasar tiempo con los abuelos, que llevan a sus nietos a visitar museos o apuntarse a clases extraescolares. Los estudiantes de entornos desfavorecidos no tienen acceso a todo eso. Hablamos de las extraescolares como actividades complementarias cuando es ahí donde surgen muchas desigualdades; porque hay alumnos que tienen acceso a extraescolares de calidad y otros que no. 

"Hablamos de las extraescolares como actividades complementarias cuando es ahí donde surgen muchas desigualdades"

-¿Cómo se soluciona esa desigualdad?

-Tampoco se trata de un tema de horas lectivas. Lo que nos dice PISA es que los países que obtienen mejores resultados no son los que dedican más horas a la educación.

-La clave es qué pasa en esas horas, ¿pues?

-Las horas tienen que ser productivas, ahí es donde está la diferencia. Si el estudiante va al aula y se aburre, ya puede pasar más horas o menos horas que aquello no servirá de nada. El debate del horario oculta lo realmente importante, que es que hay que cambiar la manera en que estamos enseñando. Hay que repensar los métodos pedagógicos para asegurarnos que no solo estamos transmitiendo aquellos conocimientos que marca el currículum, sino que estamos realmente acompañando a los estudiantes en un compás que les permita navegar todas las necesidades que necesitarán para desarrollarse en la sociedad y en la economía del futuro.

"El debate del horario oculta lo realmente importante, que es que hay que cambiar la manera como estamos enseñando"

-¿Los métodos tradicionales ya no sirven?

-No, no estoy diciendo que hay que dejar completamente los métodos tradicionales; pero creo que hay una guerra entre métodos tradicionales e innovación y, en el fondo, donde tenemos que poner el acento no es en un tipo de método o en otro, sino en empoderar a nuestros docentes para que puedan usar el tipo de práctica que sea más eficaz en función del contexto en el que están y de las necesidades de sus estudiantes. Que sean capaces de diversificar la manera en la que enseñan. Que no sea lo mismo para todos, sino adaptarse a las necesidades de cada uno. Uno de los grandes retos de Catalunya y España en relación con otros países es romper con esa cultura docente en la que no se puede entrar en el aula y no se da una retroalimentación entre los docentes.

-¿Implementar la codocencia?

-No necesariamente. A veces la innovación está sobrevalorada; pensamos que innovar llevará necesariamente a mejores resultados, pero a veces no, y quizá lo que tendríamos que hacer es implementar bien las prácticas que sabemos que funcionan. No me refería a la codocencia, sino a identificar a los dos o tres mejores docentes de una escuela y permitir que otros docentes puedan estar presentes en el aula simplemente observando qué hace. Aprendiendo.

-Si está demostrado que ese es el camino, ¿por qué no se hace?

-En Catalunya y España todavía prevalece una cultura del control y la desconfianza. En cambio, lo que nos dice la investigación de una manera muy clara es que las culturas en las que se obtienen mejores resultados son las culturas en las que un docente puede sentirse vulnerable, entiende que todos tenemos algo a aprender y se abre a recibir retroalimentación de otros colegas. Es un cambio cultural que yo no sé por qué es tan complicado de hacer, pero del que todos saldríamos ganando.  

"El docente tiene que saber en cada momento, según el grupo, cuál es el método más apropiado"

-Hablar de adaptar la metodología a la necesidad de cada estudiante en aulas de 30 alumnos suena utópico. ¿Es posible?

-Uno de los países que obtiene mejores resultados en las pruebas PISA es Shanghái, que tiene clases de 60 alumnos. Estamos en un mundo en el que Chat GPT logra responder al 90% de preguntas de las pruebas PISA de lectura. Lo más importante ya no es tener todos los conocimientos; el cambio pasa no por abarrotar de más cosas el currículum, sino saber acompañar a los estudiantes a navegar.

-¿Y cómo se les tiene que acompañar?

-Una de las soluciones es el trabajo en grupo. En el modelo tradicional, en el que se trataba de transmitir conocimientos, era algo unilateral; en el modelo en el que hay que acompañar, el trabajo del docente es más difícil. El docente tiene que saber en cada momento, según el grupo, cuál es el método más apropiado. Eso requiere mucha más preparación y una concepción diferente del aprendizaje.

Anna Pons, este jueves en Barcelona

Anna Pons, este jueves en Barcelona / Manu Mitru

 -En principio ese cambio de metodología, está recogido en los nuevos currículums y es una realidad ya en los centros, donde, en paralelo, hay una bajada generalizada en las competencias básicas...

-A nivel internacional lo que vemos es un estancamiento. Lo que resulta preocupante es que un porcentaje muy bajo de alumnos sea capaz de distinguir un hecho de una opinión. A veces pensamos que tenemos que reinventarlo todo y de lo que se trata es de ver qué se está haciendo bien y ayudar a otros a que también lo hagan. El currículum que debate y negocia está desactualizado cuando llega al aula. El futuro pasa por tener un profesorado bien valorado y bien formado. Uno de los grandes retos es saber gestionar el talento humano que tenemos en educación.

"El cambio pasa no por abarrotar de más cosas el currículum, sino por saber acompañar a los estudiantes"

-Otra de las asignaturas pendientes en Catalunya es la inversión en educación, lejos del 6% del PIB que marca la propia ley.

-Probablemente se tendría que invertir más en educación, pero me gustaría enfatizar algo: no necesariamente más recursos llevarán a mejores resultados. El país que dedica más presupuesto a educación es Luxemburgo y si miras sus resultados PISA están en la media o por debajo. Uno de los grandes problemas de la educación en Catalunya es la segregación escolar. No es lo mismo enseñar en aulas con un cierto capital sociocultural que en aulas con un nivel de complejidad más elevado. El dinero hay que invertirlo en los centros más complejos. 

"Se debería invertir más en educación, pero no necesariamente más recursos llevarán a mejores resultados"

-Otro de los grandes problemas es el abandono escolar prematuro. ¿Cómo se resuelve?

-El abandono escolar es la punta del iceberg, es solo lo que se acaba viendo, pero el abandono escolar no pasa de la noche al día, no nos tenemos que preocupar del abandono escolar al final de la ESO. El abandono escolar empieza muchos años antes, ese desinterés se empieza a gestar muchos años antes. Solucionarlo pasa por una política de primera infancia en el que todos los alumnos tengan oportunidades. Tenemos estudiantes que empiezan ya la escolarización con desventaja; y es muy importante también la orientación. En un contexto de creciente desigualdad y de segregación, es más importante que nunca asegurar que en las escuelas donde hay una concentración mayor de alumnos de familias desfavorecidos haya oportunidades de asesoramiento educativo para abrirles horizontes.

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