Escuela
Enric Aragonès

Enric Aragonès

Director de la Aliança Educació 360

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Comienzan las extraescolares, continúan las desigualdades

La educación no lectiva de niños y adolescentes sigue siendo una cuestión de clase

Actividad extraescolar de baile, en una escuela de Barcelona

Actividad extraescolar de baile, en una escuela de Barcelona / FERRAN NADEU

Cuando era pequeño, empecé a ir a clases de música porque había una escuela en el barrio y, sobre todo, porque tenía una familia que podía pagarlas. Seguí más adelante en el conservatorio porque, además de pagarlo, podían desplazarse varias tardes a la semana para llevarme. Haber tenido esta oportunidad educativa no solo marcó mi trayectoria académica y profesional, sino también las oportunidades de socialización y de participación comunitaria, con la banda de mi ciudad y en las fiestas populares. Hacer o no hacer extraescolares marca una diferencia.

Estamos al inicio de curso y es imperativo que, además de la educación lectiva, nos fijemos en estas actividades que nutren las tardes y enriquecen la educación de muchos niños y adolescentes con deportes, artes, idiomas, ocio... Muchos, sí, pero no todos. Cuando acaba la escuela, la educación continúa y, con ella, las desigualdades educativas.

Este curso hará 10 años del informe del Síndic de Greuges que señalaba claramente que los niños de familias con más ingresos, hacen más actividades extraescolares. Simple y llanamente: las extraescolares son una cuestión de clase. Una década después, las cifras que hemos ido conociendo no muestran ninguna mejora en este sentido.

Sabemos que uno de cada cinco niños no hace ninguna actividad extraescolar. Y no solo los niños con más recursos participan más, sino que lo hacen más horas, durante más años y con un abanico de actividades más diverso. La realidad no ha cambiado, con el agravante que ahora tenemos los datos y sabemos qué hay que hacer, pero seguimos sin hacerlo.

Conciliación

Cuando hablamos de extraescolares, es imposible que no nos venga a la cabeza también la apretada agenda de algunos niños sobresaturados de una profusión de actividades seleccionadas a caballo entre el interés educativo y la imperiosa necesidad logística de los horarios laborales. No olvidemos que la conciliación no es la necesidad de tener ocupados a los niños, sino el derecho de los niños y de los adultos a pasar tiempo en familia. Debemos de ser conscientes que conviven ambas realidades: la carencia de acceso a oportunidades tan necesarias, y la saturación de unos horarios insanos para niños, jóvenes y adultos.

El acceso y aprovechamiento equitativos de todas las oportunidades educativas son un factor clave para el bienestar y la salud de la sociedad entera. Pero ahora mismo nos encontramos ante unas oportunidades distribuidas desigualmente, unas barreras diversas (precio, desconocimiento, dispersión territorial) y, además, una desarticulación y desregulación de buena parte de las actividades, que supone la atomización de la oferta y la carencia de reconocimiento social y laboral de los profesionales.

Ayudas económicas, campañas informativas, oferta pública y espacios de articulación del sector forman parte del repertorio de algunos municipios, en colaboración con entidades y centros educativos. Pero no es suficiente. El Departament d'Educació debe asumir que su misión requiere, además de la escolarización obligatoria, la garantía de actividades extraescolares (tal como le reclamó el Parlament el junio pasado y como compilación la LEC). Unas actividades que son la puerta para relacionarse con otros, adquirir nuevas habilidades y desarrollar nuevos intereses, que sabemos que mejoran el bienestar, aumentan la relación con el entorno, potencian la motivación y el interés por la escuela y reducen conductas de riesgo.

Pronto escuelas de música, entidades deportivas, 'caus', 'esplais' y aulas de teatro se volverán a llenar cada tarde. Es una responsabilidad pública que no sigan faltando los mismos de siempre.