Vuelta al cole

Las extraescolares influyen en el futuro laboral de niños y niñas, según un estudio universitario

La UOC determina que, siempre que se cumplan unos requisitos, las actividades fuera del horario escolar mejoran el desarrollo socioafectivo y favorecen la inserción laboral

Un grupo de alumnos realizan una actividad extraescolar, en un colegio de Barcelona.

Un grupo de alumnos realizan una actividad extraescolar, en un colegio de Barcelona. / Elisenda Pons

Olga Pereda

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Una vez estrenado el nuevo curso, la siguiente etapa es esperar a que se publique el listado de las actividades extraescolares. La decisión es complicada. A pesar de que sus precios son prohibitivos para muchas familias, los datos del Ministerio de Educación afirman que el 90% del alumnado español de 6 a 16 años realizan alguna actividad extraescolar. Alargar el horario infantil es -a veces- la única manera de compaginar los horarios escolares con los laborales de padres y madres. El menú de opciones es ahora mismo inmenso: cada vez hay más y para edades más tempranas y hablamos de una decisión más importante de lo que parece.

El 90% del alumnado español de 6 a 16 años realizan alguna actividad extraescolar, según los datos del Ministerio de Educación y FP

La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) acaba de publicar un estudio que afirma que, siempre y cuando cumplan determinados requisitos, las extraescolares influirán en el futuro laboral de nuestros hijos e hijas. No solo por el beneficio académico que comporta ampliar conocimientos y competencias, fomentar intereses o subsanar carencias sino por el buen desarrollo socioafectivo de niños y niñas.

“Todo aquello que se trabaja en edades tempranas contribuye a la construcción de la personalidad y el perfil académico, social y profesional”

— Sylvie Pérez, profesora de la UOC

“Aunque el futuro puede parecer muy lejano, todo aquello que se trabaja en edades tempranas contribuye a la construcción de la personalidad y el perfil académico, social y profesional”, explica Sylvie Pérez, psicopedagoga y profesora de los estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

Socialización

Los niños y niñas tienen dos ámbitos de socialización fundamentales: la familia y la escuela. Incorporar un tercero -añade la docente universitaria- es una forma de aumentar la socialización, lo que favorece un buen desarrollo socioafectivo, imprescindible para el futuro social y laboral. “Hacer amistades más allá de las del colegio e instituto y tener otros referentes adultos es positivo porque implica relacionarse con otra gente”, destaca.

Otro punto a favor de las extraescolares es que son una manera de que los estudiantes realicen una actividad no establecida de antemano. “Los niños siempre hacen lo que les decimos los adultos: ve al cole, come, sal al patio, lávate los dientes, estudia matemáticas... En su día a día no hay mucha flexibilidad y las extraescolares son una manera de ofrecerles algo fuera de la rutina establecida”, subraya la docente universitaria. Siempre que estén “bien elegidas”, ayudan a descubrir intereses y potencialidades y, además, fomentan la autoestima.

“Disponer de un nuevo entorno socializador es importante para aprender a identificar y gestionar emociones”, destaca Jordi Perales, tutor del máster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la UOC.

“Disponer de un nuevo entorno socializador es importante para aprender a identificar y gestionar emociones”

— Jordi Perales, profesor de la UOC

Nunca impuestas

Para que las extraescolares sean beneficiosas a corto y largo plazo tienen que cumplir una serie de requisitos. “Una actividad extraescolar no puede convertirse en algo sin criterio ni rigor”, admite Perales.

El primer requisito es que tienen que ser pactadas con los hijos e hijas y nunca impuestas. “No puede ser un tiempo obligado”. Además, padres y madres deben exigir compromiso a los hijos. Pérez explica que dos trimestres -no menos- es tiempo suficiente para saber si la actividad está resultando provechosa o no.

El compromiso con la asistencia no implica que el alumnado tenga una agenda diaria agobiante y sin huecos en blanco. El consejo de los autores del estudio de la UOC es un máximo de tres tardes semanales y evitar acumular diferentes actividades en una misma tarde. En la infancia y en la juventud es fundamental el tiempo libre, no hacer nada e, incluso, aburrirse.

Vía de conciliación

En muchas familias, las extraescolares son una vía -a veces, la única- que permite conciliar los horarios infantiles con los de los adultos. Lo que se conoce como aparca-niños. En este caso, Pérez aconseja huir del sentimiento de culpa y ser honestos con nosotros mismos y con nuestros hijos, admitiendo la verdad. “En esos casos, les diremos que no tenemos otra manera de compaginar horarios. Y, por supuesto, seremos menos exigentes con el compromiso”, concluye insistiendo en pedir a las familias que no se sientan culpables.

Aunque algunas extraescolares están subvencionadas por las asociaciones de padres y madres, no dejan de ser prohibitivas para muchas familias, especialmente las más vulnerables. Para evitar el riesgo de elitismo y segregración, la profesora de la UOC pide a los ayuntamientos que sean conscientes del valor que tienen para ampliar la oferta de plazas públicas, gratuitas para el alumnado.