Una década de labor social

L'Esperança: de refugio para madres sin red a albergue para chicas sin hogar en Barcelona

La fundación repasa sus logros en su 10º aniversario en Ciutat Vella: 8.000 personas en riesgo de exclusión atendidas y apoyo para 196 mujeres jóvenes sin recursos

Un hogar para Juan Carlos... y trabajo para Pedro

Mujer, joven, simpapeles y en la calle

Espacio familiar de la Fundació de l'Esperança, este martes en Barcelona.

Espacio familiar de la Fundació de l'Esperança, este martes en Barcelona. / JORDI OTIX

Helena López

Helena López

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Se le iluminan los ojos cuando explica que el día 23 vendrá a visitarles su hermano. Serán solo tres días, pero los espera con unas ganas a las que todavía no sabe poner palabras en castellano, aunque tampoco hace falta; su sonrisa lo dice todo. Majeda tiene 30 años y vive "cerca de la plaza Reial" –se presenta- junto a su marido y sus dos hijas de 3 años y 5 meses. Llegó al barrio (y al continente) desde Bangladés hace cuatro años para formar una familia junto a su esposo, que se había instalado en la ciudad poco tiempo antes.

Cuatro años que no han sido fáciles. Si el puerperio es una etapa compleja en general, el desasosiego crece de forma exponencial si se vive en un país lejano en el que prácticamente no tienes red, y todavía más si se le suman los estragos de una pandemia. Zarpazo que golpeó con especial crueldad en territorios como el Gòtic, por la forzosa dependencia de un sector turístico que se esfumó de un día para el otro.

"Mi marido trabaja en un hotel y le hicieron un erte", recuerda Majeda con la pequeña Amayra en brazos en un castellano todavía poco fluido, pero suficiente para expresarse y relacionarse. Acaba de empezar su segundo curso de clases de castellano para mujeres en su situación en L’Esperança, fundación creada por la Fundación La Caixa que este año celebra su décimo aniversario y a la que la mujer lleva vinculada "desde febrero de 2022". Lo recuerda con exactitud por el agradecimiento que siente hacia la institución.

La importancia del apoyo mutuo

Este martes participa en el Espacio familiar, junto a su pequeña y un grupo de madres también con sus bebés que con el tiempo se han convertido en amigas. Proceden de Bangladés, como ella, pero también de otros lugares como Pakistán o la India.  Un programa creado de la mano del Ministerio de Inclusión con Fondos Next Generation.

Majeda con su hija Amayra en brazos, este martes en el Gòtic.

Majeda con su hija Amayra en brazos, este martes en el Gòtic. / JORDI OTIX

En la década que la fundación lleva trabajando en el distrito de Ciutat Vella han pasado por sus distintos proyectos 8.000 personas en riesgo de pobreza y exclusión social, según ha explicado su directora, Núria Danés, en la rueda de prensa de balance de las actuaciones llevadas a cabo en estos dos lustros.

La mayoría de mujeres que acogemos en la Casa de Recés son chicas muy jóvenes y que han vivido situaciones de violencia: intrafamiliar, sexual o institucional

Núria Danés

— Directora de la Fundació de l'Esperança

Además del citado grupo de crianza del Espacio familiar, por el que el año pasado pasaron 64 madres y criaturas, otro de los grandes proyectos de L’Esperança –fundación con un presupuesto anual de tres millones de euros- es la Casa de Recés, espacio también pensado para mujeres, aunque en este caso, sin hijos.  

Se trata de una residencia con "acompañamiento socioeducativo" los 365 días del año, por el que han pasado desde 2013 un total de 196 mujeres en riesgo de exclusion social entre 18 y 35 años, la franja de edad para la que fue diseñado.

No es solo derivar; lo importante es hacerlo de forma coordinada, hay mucha falta de recursos así que es clave evitar duplicidades

Núria Danés

— Directora de la Fundació de l'Esperança

"Nuestro objetivo es acompañar a estas jóvenes para que puedan emanciparse con garantías", resume Danés, quien detalla que la residencia está formada por 44 habitaciones individuales y que las jóvenes suelen residir en ella "una media de dos años", hasta que logran la autonomía suficiente. "Tenemos a mujeres que han estado seis meses y, otras, cinco años, en función de sus necesidades; de la realidad de cada mujer y de su punto de partida", prosigue la directora de la fundación.

Sin hogar con 21 años

Pese a que la Casa de Recés está pensada para mujeres de hasta 35 años, Danés señala que cada vez les derivan a chicas más jóvenes. "La media de edad es 21 años, y tenemos a mujeres de 34 países diferentes", relata la directra de la entidad, quien precisa que la mayoría son mujeres que han migrado muy jóvenes, con mochilas muy pesadas. "La mayoría han vivido situaciones de violencia: intrafamiliar, sexual o institucional. Lo primero que hacemos con ellas es trabajar la recuperación emocional", añade.

Danés subraya la importancia del trabajo en red con los distintos agentes del territorio para poder hacer un abordaje integral. “No se trata solo de derivar; lo importante es hacerlo de forma coordinada, hay mucha falta de recursos así que es clave evitar duplicidades”, explica la directora de la fundación, quien apunta que hay lista de espera para acceder a la Casa de Recés. “Llegan aquí con historias de vida muy complejas. Sienten que están en una sociedad que a veces las invisibiliza. Es muy importante que estas personas vayan cogiendo confianza. Es a partir de ahí que se pueden ir generando cambios”, continúa la directora de la fundación, quien precisa que tres de cada cuatro usuarios son personas de origen migrante.

La fundación atiende, además, a más de 500 familias de Ciutat Vella cada año, a las que ofrece programas de refuerzo educativo, atención psicoterapéutica, ocio educativo, gestión emocional y descubrimiento de talentos. Desde sus inicios se han adherido al programa 2.819 familias y 3.670 criaturas.