Lluvias insuficientes

Los pantanos se encomiendan a la borrasca prevista para el miércoles para evitar su mínimo histórico

Las últimas lluvias no han aliviado la situación de los embalses de las cuencas internas

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El pantano de La Baells (Berguedà), el pasado día 17.

El pantano de La Baells (Berguedà), el pasado día 17. / MARC VILA

Guillem Costa

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¿Pueden los embalses descender hasta el 20,69% de su capacidad media en las cuencas internas de Catalunya? Esto es lo que ocurrió en la sequía de 2008. Y solo el retorno de las lluvias (como las de los últimos fines de semana) puede evitarlo. Ahora mismo la situación es preocupante: los pantanos se encuentran al 22,52% de su volumen máximo. Sin embargo, es cierto que septiembre, octubre y noviembre suelen ser meses lluviosos. Por lo tanto, episodios como el que se prevé este miércoles se convertirán en esenciales para aliviar este escenario extremo provocado por el verano que ya se acerca al fin.

El pasado viernes fue el día más lluvioso desde el 12 de marzo de 2022, más de un año antes. Cayeron 120 litros en Ametlla de Mar (Baix Ebre) y se registraron más de 50 litros en varios puntos del litoral. Las precipitaciones fueron generalizadas, lo que sirvió para dejar el riesgo de incendios prácticamente a cero.

De todas formas, en la montaña, donde se hallan las cabeceras de ríos como el Ter o el Llobregat, con varios embalses a lo largo de su curso, las cantidades de agua no fueron especialmente abundantes.

El pasado viernes fue el día más lluvioso desde el 12 de marzo de 2022, pero los pantanos siguen al límite

En algunas comarcas de los Pirineos llovieron menos de 20 litros, y en Vall d'Aran, aún menos. Lo destacado del viernes fue el grueso de agua recogida en poco tiempo, aunque no hubo incidentes graves. Desde el Servei Meteorològic de Catalunya (SMC) aseguran que no se trata de un episodio excepcional, igual que tampoco está previsto que lo sea el de este miércoles.

Esperando el miércoles

El problema es que en plena sequía, cada día como este es importantísimo para revertir el momento actual. Esta agua es útil para refortalecer los acuíferos y aunque todavía no se perciba en los datos sobre los embalses aportados por la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), sí puede acabar contribuyendo a que estos se recuperen lentamente.

A día de hoy, preocupa el estado del pantano de Sau, al 19% de su capacidad, y el de Susqueda, al 23% aproximadamente. Estos son los dos embalses del río Ter, que sirven para abastecer a poblaciones de las comarcas de Girona pero también a parte del área de Barcelona, ya que la conexión Ter-Llobregat trasvasa parte del agua, cada vez menos, a zonas metropolitanas. El embalse Darnius-Boadella, en el río Muga (Alt Empordà), pese a las lluvias sigue descendiendo y continúa bajo el umbral de la emergencia, aunque no se haya decretado la fase de emergencia en cuanto a las restricciones.

Si en las próximas semanas no lloviera, tanto el sistema Ter-Llobregat (del que dependen más de cinco millones de personas) como otras unidades hidrográficas podrían activar la luz roja del semáforo. Es decir, entrar en fase de emergencia, un estado en el que las restricciones aumentarían.

Esperanza para el Segre

Pero la realidad es que los responsables de la ACA están pendientes de las lluvias para tomar una u otra decisión. De hecho, aunque los embalses superen en negativo el récord de 2008 y bajen del 20,69%, esto no significa que se deba declarar el estado de emergencia, ya que la llegada de lluvias podría aliviar la situación.

De hecho, en las cuencas del Ebro, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) prevé que la cuenca del Segre, por ejemplo, deje de estar en emergencia a finales de septiembre, después de 15 meses, precisamente por las lluvias de las últimas semanas, que sí han tenido sus efectos sobre esta cuenca. Los embalses de Rialb y Oliana se encuentran en estado aún endeble, pero disponen del doble de agua de la que almacenaban un año atrás. En el Bajo Ebro, de momento, continuará la emergencia decretada por la CHE.