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Las lluvias dan un respiro al paisaje, pero debe llover 10 veces más para salir de la emergencia por sequía

Este lunes las reservas en los pantanos acumulan tres décimas más de agua que el sábado y se sitúan al 14,77%

El sábado fue el día más lluvioso de los últimos seis meses en Catalunya

El río ha logrado recuperar sus condiciones favorables para el salmón

El río ha logrado recuperar sus condiciones favorables para el salmón / Efe

Guillem Costa

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Las hojas de algunos árboles quedaron cubiertas por la nieve, los arbustos mediterráneos se impregnaron de agua, cientos de anfibios se concentraron en charcos improvisados y las anguilas trataron de llegar al mar a través de ríos borrados cuyos caudales renacían de la nada. Lo que ocurrió el sábado no se veía desde hacía más de un año.

Sin embargo, pasados dos días, ¿cuál es la situación en los embalses y los acuíferos? No hay duda de que las abundantes lluvias han dejado registros cuantiosos en las cabeceras de los ríos de las cuencas internas de Catalunya. Estaba todo tan seco que la tierra se apresuró a succionar gran parte del agua que caía.

Aun así, las precipitaciones se reflejan en la actualización diaria realizada por la Agència Catalana de l'Aigua (ACA): hoy las reservas en los pantanos acumulan tres décimas más de agua que el sábado y se sitúan al 14,77%. Destaca lo que ha ocurrido en Sau, un embalse que hoy dispone del 2,15% de su volumen total, casi el doble de lo que quedaba el pasado viernes. Darnius-Boadella y la Llosa del Cavall han visto como sus provisiones de agua también subían ligeramente.

Para encontrar un cambio de tendencia como este hay que irse al mes de mayo de 2023, cuando varios días de lluvias aliviaron la situación antes de que empezara el verano. De hecho, los caudales de los ríos de la mitad este de Catalunya mostraban caudales similares a los de junio del año pasado. Sin embargo, hoy, estos ríos y arroyos ya no fluyen con la fuerza de tres días atrás.

En el Francolí o el Tordera, muchas de las anguilas, una especie en grave peligro de extinción, que trataron de aprovechar el empuje de las aguas para alcanzar el mar se han quedado a medio camino. El pico de intensidad del Ter, el Llobregat o el Muga se va suavizando, mientras una porción considerable del recurso se infiltra lentamente hacia las masas de agua subterránea.

"Hace falta más"

Por lo tanto, aunque los embalses sigan en la UCI, no se puede decir que el episodio húmedo no tenga consecuencias positivas. En Catalunya, una gran cantidad de pueblos beben de sus pozos, que pueden ver aliviada su situación tras estas lluvias, si bien es cierto que se deberá esperar para comprobar la mejora de los acuíferos.

¿Cuánta agua debería caer para que el sistema Ter-Llobregat y el resto de las cuencas internas salgan de esta sequía? Más o menos se tendría que repetir lo del sábado unas diez veces más. Así, se podría afirmar que Catalunya sale de la crisis hídrica.

Jordi Vayreda, investigador del CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales) especializado en el estudio de los bosques, advierte de que se necesita mucha más agua para dar la vuelta al mal estado de las arboledas: "Cuando caen 30 litros en un bosque, alrededor de un 10% no llega al suelo. Y de los que llegan al suelo, muchos son capitalizados por plantas y arbustos. Pero los árboles de raíces profundas necesitan más precipitaciones para recuperarse".

Vayreda afirma que, de forma inmediata, el riesgo de incendio disminuirá. "Es fantástico que haya llovido así, porque la gran parte de la vegetación no deja pasar una oportunidad como esta, pero debe llover más", insiste. Detalla que para que el caudal de los ríos se mantenga, se requieren más temporales abundantes y generales como el vivido este fin de semana: "Si no, cuando para de llover, enseguida se para todo, puesto que los niveles freáticos eran tan bajos que la tierra acapara el agua, que tiene que cruzar varias capas para llegar a las profundidades del subsuelo".

La ventana de lluvias primaverales, esperada por meteorólogos, políticos, ambientalistas y empresarios, no ha hecho más que abrirse. Ahora llegan las semanas supuestamente más lluviosas del año (junto con el otoño). Está por ver si las precipitaciones generosas se repetirán. Y también habrá que prestar atención al aumento de las temperaturas.

Y hay otro factor clave: la nieve. Hasta la fecha, las cubiertas nivales de este invierno eran preocupantes por su escasez. Ahora el escenario ha cambiado.

Aún no se puede determinar con contundencia qué efecto tendrá la nieve acumulada en las zonas más frías. Pero si el deshielo es progresivo, puede servir para llegar no solo bajo tierra sino también a riachuelos y charcas que terminan en los embalses.

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