Cuatro jóvenes muertos

Tragedia en Montmeló: "El tren iba a 100 km/h en un tramo con poca iluminación; imposible verlos o frenar"

En la R3 todo el mundo cruza cuando quiere y por donde quiere", se queja un maquinista de Renfe

¿Es necesario vallar toda la red de Rodalies para evitar los atropellos?

Un atropello múltiple de un tren de Rodalies deja cuatro jóvenes muertos en Montmeló

Las víctimas mortales del atropello de Montmeló son tres chicas y un chico de entre 19 y 22 años

Qué es el Duro Festival

Carlos Márquez Daniel

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Una curva cerrada, de noche, con escasa iluminación, sin vallas que protejan y aislen la infraestructura y a una velocidad de 100 kilómetros por hora que asciende a 120 km/h una vez superado el giro. Añadan la imprudencia de las víctimas mortales, por desconocimiento, por no estar familiarizados con el entorno, por las prisas, por el deseo de flirtear con lo incorrecto, por las ganas de llegar a un festival de música que llevaban tiempo esperando. Todos los elementos coincidieron la noche del domingo en la línea R3 de Rodalies, entre las paradas de Parets y Canovelles-Granollers. Como resultado, cuatro jóvenes, tres chicas y un chico de Madrid y Barcelona de entre 19 y 22 años, murieron al ser brutalmente arrollados por un tren. Cuatro vidas truncadas y muchas otras marcadas para siempre, entre ellas, la del maquinista que en ese momento cubría el trayecto entre L'Hospitalet y Vic.

El tren que arrolló a los jóvenes, detenido sobre la calle del Camí Fondo de Can Guitet, que llevaba al festival DURO

El tren que arrolló a los jóvenes, detenido sobre la calle del Camí Fondo de Can Guitet, que llevaba al festival DURO / Jordi Otix

"En ese punto es absolutamente imposible frenar. Te los llevas por delante. Tienes que añadirle, además, que hay poca iluminación, y por mucho que nosotros llevemos un foco muy potente, no hay manera de reaccionar a tiempo", comparte un maquinista de Renfe que ha pasado por ahí en infinidad de ocasiones. "Si hay gente en las vías, como mucho te da tiempo de ver sombras, pero a esa velocidad no puedes evitar atropellarlos; imposible", añade. En cualquier caso, la conclusión final deberá llegar de mano de los Mossos d'Esquadra, que ya tienen abierta una investigación. En colaboración con Renfe, que se ha puesto "a disposición" de cualquier cosa que precisen las autoridades.

El recuerdo de Castelldefels

Los chats de Whatsapp del personal de la empresa no han parado de comentar la tragedia ferroviaria, registrada sobre las 20.20 horas del domingo, la peor desde la verbena de 2010, cuando 12 personas murieron y otras 17 resultaron heridas al ser arrolladas por un convoy en la estación de la R2 de Castelldefels. Hay cierta unanimidad: no era habitual coincidir en este punto con gente invadiendo la infraestructura, porque está entre dos estaciones, porque hay poca cosa interesante a su alrededor, porque los trenes van muy deprisa.

Y hay otra máxima compartida: "En la R3 todo el mundo cruza cuando quiere y por donde quiere". En la curva, de hecho, señalan los maquinistas, hay una señal que indica la velocidad máxima de 100 kilómetros por hora, que se eleva a 120 en la larga recta que el tren estaba a punto de tomar en direción a Canovelles-Granollers. Si no había retrasos, se trataba del tren que había salido de L'Hospitalet de Llobregat a las 19.24 horas y tenía su llegada prevista a Vic a las 20.52 horas.

Agentes de los Mossos, junto al tren de la R3 implicado en el atropello, el domingo por la noche

Agentes de los Mossos, junto al tren de la R3 implicado en el atropello, el domingo por la noche / Jordi Otix

Algunos residentes en la zona, en una pequeña y peculiar urbanización sita entre el cementerio de Montmeló y un polígono industrial, aseguraban a ACN que han visto en repetidas ocasiones a personas cruzando al otro lado de las vías coincidiendo con algún acontecimiento en el circuito de carreras. De día, eso sí, que ya es de por sí una inmensa diferencia respecto a lo ocurrido la pasada noche, cuando este grupo de siete chavales atravesaron la infraestructura para atajar en su camino hacia el festival DURO, el primero de Catalunya dedicado al 'hard techno' y que se celebraba en el Espai Can Guitet, situado en el Camí Mas Moreneta. Estaban a escasos 500 metros de su destino.

Itinerario sin sentido

No solo estaban a un tiro de piedra de su destino. El alcalde de Montmeló, Pere Rodríguez, ha explicado la mañana del lunes, durante el minuto de silencio en recuerdo de las víctimas, que a escasos 100 metros hay un paso elevado para sortear las vías. Eligieron un camino rural sin señalizar, llevados por la escala lógica que brinda la luz del ocaso. En opinión del concejal, es probable que este grupo de siete personas (los otros tres resultaron heridos leves) se perdiera, ya que el camino que tomaron "no tiene ningún sentido".

Un tren de la línea R3 circulando a la altura de Montmeló

Un tren de la línea R3 circula por la curva en la que el domingo se produjo el fatal atropello / Ferran Nadeu

Al acto también asistió la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, que ha añadido que el lugar por el que intentaban cruzar "no llevaba a ninguna parte". "Adif y Renfe siempre trabajan para que las vías sean seguras y estén correctamente señalizadas, pero en las zonas en las que no hay paso autorizado, no se puede pasar", ha subrayado. También se han desplazado hasta Montmeló para expresar su duelo el 'conseller' de Salut, Manel Balcells, la presidenta del Parlament, Anna Erra, y el delegado del Govern en Catalunya, Carles Prieto.

Según el alcalde, el domingo por la noche se organizó un "dispositivo con un acceso delimitado y con personal informador". "Entendemos que el grupo quiso atajar por un lugar que no está ni señalizado ni iluminado; creemos que no sabían dónde iban, con la mala suerte de que ha llegado el tren y se los ha llevado", ha detallado Rodríguez. Aunque las vías quedan protegidas por una valla perimetral a su paso por una zona aislada de viviendas, entre un polígono industrial y el cementerio de Montmeló, los jóvenes accedieron a la infraestructura por un punto en el que termina el cercado y donde queda solo un camino de tierra de unos 50 centímetros de ancho.