Agricultura sostenible
Insectos o carne sintética: ¿solución o parche ante el reto alimentario?
¿Comer insectos? 'No, grazie’: Italia declara la guerra a la harina de gusanos, escarabajos y grillos
Salamanca tendrá la granja de insectos más grande del mundo
Patricia Martín
Periodista
Escribo en la sección de Sociedad, normalmente sobre temas sanitarios, de mujeres, violencia machista, infancia o consumo; aunque también he trabajado en otras secciones de El Periódico, como Política o Tribunales. Mi trayectoria profesional comenzó en medios locales, incluida una emisora regional de la 'Cadena Ser', y trabajé también para 'El País' y 'Cinco Días'.
La población mundial está en expansión, al mismo tiempo que el cambio climático merma la productividad de la agricultura y la ganadería. Alimentar a una población creciente en un contexto de crisis climática es uno de los grandes retos que tienen planteados gobiernos, organismos internacionales y empresas, que buscan soluciones a través de fórmulas que contemplen la fabricación de alimentos teniendo en cuenta la dimensión nutricional, ambiental y sociocultural.
Algunas de las propuestas que, tímidamente, se están abriendo paso son, por un lado, la fabricación de carne sintética, que en EEUU ha logrado ya las primeras autorizaciones para su venta, y por otro, la ingesta de insectos, elaborados de forma atractiva para el consumo humano o como parte de la alimentación de los animales de granja, con el fin de reducir las hectáreas de cultivos destinadas al producir piensos.
El Departamento de Agricultura estadounidense ha autorizado a dos compañías a vender carne de pollo artificial, es decir, elaborada a partir de células de pollo pero sin necesidad de sacrificar a estos animales, lo que reduce el maltrato animal y el daño al medio ambiente que provoca la industria cárnica, que supone el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Una de las empresas que ha recibido la luz verde, Good Meet, ya vende carne cultivada en Singapur, el primer país que autorizó esta posibilidad.
Carne sintética en España
En España también hay empresas que están investigando el desarrollo de carne artificial, como una empresa de Navarra que ha logrado fabricar chuletones con una impresora 3D, a partir de una papilla con sustancia cárnica.
La que será la cuarta planta de carne cultivada del mundo prevé abrir sus puertas en España en 2024, si bien la legislación europea no permite, por ahora, la comercialización de estos productos en territorio comunitario. De cara al futuro, se prevé que haya más evaluaciones y si estas arrojan resultados positivos, quizá la UE dé su visto bueno.
En cuanto a los insectos, aunque en Europa no es nada común, un tercio de la población mundial, sobre todo en China, India o Egipto, come insectos de manera habitual. Hay más de 1.500 especies comestibles. "Poseen proteínas de alta calidad y son ricos en fibra, requieren menos agua, dependen menos de la tierra que el ganado convencional, son baratos de producir y pueden alimentarse de residuos biológicos así que son más sostenibles que la carne de ganado", sostiene Gemma del Caño, experta en alimentación y autora de ‘Ya no comemos como antes y menos mal’.
Los gustos
También hay fábricas de insectos en suelo español. Una biotecnológica prevé abrir en Salamanca la mayor granja de insectos del mundo, también en 2024. La UE ya ha autorizado la comercialización de cuatro especies para el consumo humano pero en España, más allá de la legislación, la iniciativa choca con los gustos de los españoles, que en su mayoría no ha probado nunca insectos por asco, carencia de hábitos y dudas sobre su seguridad, según un estudio efectuado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Aún así, un 58% de las personas creen que podrían ser una fuente alternativa y sostenible a la proteína y que su integración en la dieta podría ser una realidad, según la misma encuesta.
No obstante, una y otra fórmula generan recelos. “No estamos en contra de los insectos o la carne sintética, pero son distracciones, hay que ir a la raíz del problema y disminuir la producción de carne y aumentar el consumo de alimentos de origen vegetal”, sostiene Luis Ferreirim, responsable de agricultura y ganadería de Greenpeace.
Las opiniones
“La producción de insectos y carne sintética también tiene emisiones por lo que es más lógico buscar soluciones viables para alimentarnos con productos naturales, ecológicos, de proximidad y de temporada”, añade Concepción Fabeiro, de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica.
Desde el ámbito de la ciencia, Francisco Villalobos, investigador del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC, señala que los “insectos podrían ser sustitutivos del ganado pero la carne sintética es distinta, el coste [de elaboración] es muy alto, no tiene mucho sentido y no toda la producción ganadera es insostenible”. “En muchos casos, la ganadería es la única alternativa para explotar ecosistemas, que por ser fríos o por exceso de agua, no permiten el cultivo de alimentos”.
A su vez, Diego Rubiales, profesor de Investigación de Mejora Genética del CSIC, afirma que para afrontar el reto alimentario no hace falta recurrir a estas soluciones. “Es más fácil que todo eso: sembremos y comamos lentejas, garbanzos y otras leguminosas que aportan la proteína necesaria en alimentación y el nitrógeno al suelo”.
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