Salud mental

La mitad de los presos valorados por psiquiatras sufre un trastorno mental grave

Barcelona condensa en un cómic los 113 años de infamia de la Modelo. El libro, primero de una nueva línea editorial del ayuntamiento, repasa con testimonios reales la historia de una cárcel que jamás fue la Bastilla local pese a merecerlo.

Barcelona condensa en un cómic los 113 años de infamia de la Modelo. El libro, primero de una nueva línea editorial del ayuntamiento, repasa con testimonios reales la historia de una cárcel que jamás fue la Bastilla local pese a merecerlo. / JORDI OTIX

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Casi el 50% de los presos valorados en consulta de psiquiatría son diagnosticados de un trastorno mental grave, según ha puesto de manifiesto la Sociedad Española de Psiquiatría Legal (SEPL) y la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP) en la presentación del 'Libro Blanco sobre la atención sanitaria a las personas con trastornos mentales graves en los centros penitenciarios de España'.

El problema es que el 70% de las personas internas con trastorno mental grave no han tenido seguimiento de su enfermedad antes de entrar en prisión, por lo que el "medio penitenciario constituye una oportunidad para el cuidado de su salud mental y la estabilización de los síntomas de su trastorno”, según ha expuesto el doctor Joaquín Antón Basanta, presidente de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria. 

El problema es que solo Catalunya, País Vasco y Navarra, que tienen trasferidas las competencias, tienen integrados los servicios sanitarios penitenciarios en el sistema de salud, pese a que es una medida a la que obliga la ley de de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, aprobada en 2003.

En los centros penitenciarios de las comunidades sin competencias los reclusos son atendidos, mayoritariamente, por médicos no especializados en psiquiatría, pese a la complejidad diagnóstica y terapeútica que presentan.

“La experiencia en España demuestra, tal y como se explica en el Libro Blanco, que la administración penitenciaria no es la más idónea para proveer y gestionar la asistencia sanitaria de las personas judicializadas, y que esta situación deteriora la calidad de la asistencia que reciben las personas encarceladas por la falta crónica de recursos, con muy escasa dotación de personal especializado, y la tendencia a regimentar, priorizando la seguridad sobre la salud”, ha lamentado Alfredo Calcedo-Barba, expresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Legal.

“Sin la correcta integración del sistema de sanidad penitenciaria en los sistemas de salud autonómicos, como ocurre en Catalunya y País Vasco, se vulneran los principios de equidad, igualdad de oportunidad, arraigo y calidad asistencial que garantizan las leyes sanitarias españolas, vigentes tanto para las personas judicializadas en prisión como para las personas no judicializadas que están en libertad”, ha continuado.

Trastornos más habituales

La patología dual, que asocia un trastorno mental y un abuso de sustancias y los trastornos psicóticos son las enfermedades mentales más habituales entre las personas encarceladas. Asimismo, las personas con esquizofrenia u otras psicosis tienen el doble de posibilidades de entrar en la cárcel que los que sufren otras dolencias. Y las personas con patología psiquiátrica que tienen ingresos previos en el año anterior, tienen hasta diez veces más de probabilidades de ser encarceladas de nuevo.