Medio Ambiente

Los cazadores acaban con más de 5.400 jabalís en los macizos de Gavarres y Rocacorba

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La campaña ha permitido reducir "de manera drástica" la superpoblación de estos animales que causan daños en la agricultura y accidentes de tráfico

Jabalís abatidos por cazadores en la provincia de Girona.

ACN

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La campaña de caza y de emergencia cinegética para combatir la superpoblación de jabalís en Girona ha acabado este miércoles con más de 5.400 jabalís capturados en los macizos de las Gavarres (Baix Empordà y la Garrotxa) y Rocacorba (Pla de l'Estany y Gironès). La Conselleria d'Acció Climàtica y los cazadores han calificado de "éxito" la campaña porque ha permitido reducir "de forma drástica" la población de jabalís y prácticamente se han alcanzado los objetivos fijados, según ha destacado la directora general de Ecosistemas Forestales y Gestión del Medio, Anna Sanitjas.

En Rocacorba han cazado el 96% de los animales previstos y en las Gavarres el 74%. Ahora, se abre un periodo con actuaciones "más quirúrgicas" en puntos donde detecten daños en la agricultura causados por estos animales. Además, Acció Climàtica estudia declarar la emergencia cinegética en otros puntos de las comarcas de Girona o de Barcelona donde detecten una densidad superior a los 15 jabalís por kilómetro cuadrado.

El objetivo de la campaña era cazar 6.700 jabalís

La Generalitat declaró la emergencia cinegética en los macizos de Les Gavarres y Rocacorba con el objetivo de reducir la densidad de jabalís en un 70%. Así, entre el pasado septiembre y este miércoles, es decir, entre la temporada de caza y el periodo excepcional fijado, preveían capturar más de 6.700 jabalís. No se ha llegado al objetivo, pero casi. Según ha subrayado Sanitjas, el primer balance sitúa el número de animales cazados en más de 5.400.

La 'conselleria' Departamento de Acción Climática y la territorial de Girona de la Federación Catalana de Caza remarcan que, en estos dos macizos, era necesario impulsar medidas extraordinarias en el marco del plan de choque porque la densidad de jabalí provocaba "daños graves" en el agricultura, accidentes de tráfico y también tenía un "impacto negativo" en la biodiversidad. "La declaración de la emergencia cinegética se ha sumado a medidas complementarias como son la protección de cultivos y zonas urbanas", ha explicado Sanitjas.

Los cazadores también creen que la declaración de la emergencia cinegética "ha funcionado bien": "Estamos satisfechos con el sistema". Esta herramienta consistía en fijar el número mínimo de capturas en 21 Áreas Privadas de Caza (APC) de las Gavarres y nueve de Rocacorba. En el periodo que iba desde septiembre pasado a este miércoles, las capturas fijadas en el macizo de las Gavarres eran de 4.492 y han hecho 3.324 (el 74%) y en Rocacorba de 2.234 con 2.137 alcanzadas (el 96%).

En Rocacorba tenemos que hablar de gran éxito", ha valorado Sanitjas que añade que, en el caso de las Gavarres, la situación ha sido diferente porque ha habido pandillas de cazadores que quizás no han salido "tanto como hubiera sido necesario" y, además, la sequía ha modificado los hábitos de los jabalís, que se han desplazado a otras zonas buscando agua y comida: "Estaban en otros puntos a los que ha sido imposible llegar".

"Labor social"

A partir de este miércoles, y con la finalización de la medida, el Departament, conjuntamente con los cazadores, prevén desplegar una "segunda fase" de la declaración de emergencia cinegética que consistirá en realizar actuaciones "más quirúrgicas" y más precisas desde de ahora y hasta finales de agosto, antes de que comience la nueva temporada de caza. El objetivo es alcanzar el 100% de los objetivos fijados el pasado marzo: "Con el apoyo de los Agentes Rurales, drones y las peritaciones de Acción Climática identificaremos zonas de daños o de aumento de población". Entonces, los primeros en actuar serán un grupo de cazadores voluntarios articulados a través de la Federación y, si no es posible, el Departamento actuará de forma subsidiaria.

"Somos conscientes de que a los cazadores les pedimos un esfuerzo suplementario porque la caza deja de ser una actividad de ocio y ahora es casi una obligación", ha admitido Sanitjas que expone que, para "apoyar" a los cazadores han articulado una serie de ayudas, como una para adquirir chalecos para proteger a los perros de caza que puedan ser atacados por algún jabalí durante una actuación cinegética.

El vicepresidente de la territorial de Girona de la Federación Catalana de Caza, Joan Espona, ha remarcado que son "el único depredador" que tiene el jabalí y que actúan con "responsabilidad" para evitar que causen daños a la agricultura y accidentes de tráfico. Espona añade, sin embargo, que deben hacer un esfuerzo extra porque ya no actúan sólo durante la temporada de caza: "Estamos haciendo una labor social muy importante pero significa sacar horas a la familia y al recreo".