La estación de Gavà vuelve a la normalidad con la duda sin resolver sobre el origen de la avería y el Govern a ciegas

Las imágenes hacían presagiar que la resolución del problema iría para largo. Los antecedentes de averías similares, en València o Mollet, iban en esa dirección. Incluso Adif, en un documento interno, hablaba de meses para que la estación de Gavà volviera a ser la de antes. Pero afortunadamente no ha sido así, y las consecuencias del incendio del enclavamiento que gobierna las señales de esta parada de la línea R2 Sud de Rodalies ya son historia.

Este lunes ha sido el primer laborable con la normalidad restablecida (siete trenes por sentido en hora punta y cuatro en horas valle), un esfuerzo extraordinario que se explica, también, por la cercanía electoral, con los técnicos echando horas como si no hubiera un mañana. Lo que se mantiene en el aire son las causas del fallo que el 1 de mayo se produjo en la catenaria, cuando un cable con 3.000 voltios cayó sin perder la tensión sobre una señal, y de ahí, el incendio pasó a la caseta de mando de la estación, que se quedó a ciegas. Se dijo que el informe se daría a conocer a la semana siguiente. Tres semanas después, todavía no se sabe qué pasó esa noche. No lo saben los usuarios, y tampoco la Generalitat, que se ha quedado sin poder llevar a cabo la auditoría que reclamaron al Gobierno.

Tres semanas después de la avería, Adif no ha dado a conocer su informe sobre lo ocurrido

Las fotos que se filtraron la misma noche del incidente, cuando se daba por hecho que el origen era un rayo, hacían presagiar lo peor. La cosa podría requerir más de cuatro meses de obras, como sucedió en Massalfassar (València), donde un robo de cobre, a finales de 2021, terminó con el enclavamiento en llamas y el lugar necesitó seis meses para recuperar la circulación normal. Historia similar en Mollet, donde en 2015, también por vandalismo, la R8 quedó coja durante tres meses. En el caso de Gavà, aunque la caseta parecía un siniestro total, todo parece indicar, y así lo confirman fuentes conocedoras de la reparación, que el 'cerebro' informático del control de señales se salvó de la quema, con lo que solo ha sido necesario instalar el nuevo cableado.

100% operativo

De producirse solo la recuperación parcial de las comunicaciones, esto habría permitido ampliar la frecuencia de paso de trenes por Gavà (ahora vuelven a ser siete trenes por hora, por tres durante la avería), pero la estación se habría mantenido como apeadero, esto es, habría seguido sin enclavamiento, con solo dos de las cuatro vías operativas, lo que no permitiría que los trenes Regionals avanzaran a los Rodalies en este punto. De ahí que en un principio se señalaran esos cuatro meses de reformas para que la estación recuperara el 100% de su operatividad. Al ser menor la afectación en el enclavamiento, Gavà ha podido volver a su estatus inicial.

"Fue un milagro que el incendio no fuera más allá, todos dábamos por hecho que esto iba para largo. Espero que sirva para que Adif se dé cuenta de que sus instalaciones son todavía muy vulnerables y muy fáciles de boicotear. Y que las consecuencias de que esto suceda son terribles", señala un ingeniero buen conocedor del entorno ferroviario. En cuanto a los efectos, la Cambra de Comerç aseguraba hace un par de días que la avería ha afectado a más de un millón de desplazamientos y ha supuesto la pérdida acumulada de horas correspondientes a 60.000 jornadas laborales.

¿Un rayo?

En cuanto al informe sobre las causas de la avería, parece que todavía no hay fecha para que Adif haga público su dictamen, a pesar de que en los primeros compases de la incidencia se informó que a la semana siguiente ya habría un diagnóstico sobre lo sucedido. "En cuanto sepamos alguna cosa, os informaremos", detallan fuentes del gestor público ferroviario. En un principio se apuntó a la posibilidad de que un rayo hubiera impactado en la catenaria, soltando el cable de alta tensión.

Esta teoría, sin embargo, presentaba dos interrogantes. Por un lado, el Servei Meteorològic de Catalunya no había detectado tormenta eléctrica alguna en esta zona durante el día de marras. Y segundo, el caer un rayo, la subestación eléctrica desconecta la alimentación y el cableado pasa a ser una simple cuerda. No fue eso lo que pasó, pues el hilo quedó colgando con los 3.000 voltios intactos, que se trasladaron a la señal luminosa con la que impactó el cable, y de ahí, al enclavamiento.

Al cabo de unos días, Adif concretó que el rayo pudo haber caído días atrás, es decir, no el mismo atardecer en que el cable cedió. Con todo, el Govern reclamó por carta al Gobierno el 11 de mayo poder realizar su propia auditoria. La misiva fue respondida el pasado 18 de mayo por el secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Xavier Flores, viejo conocido de la Generalitat, donde ocupó el cargo de director general de Infraestructuras de Movilidad. Suya es en buena parte la culpa de que, amén del periodo electoral, siempre más tenso, se hay recuperado un cierto entente entre ambas Administraciones.

En este escrito se señala que el informe sobre las causas está "pendiente de la finalización de los análisis más detallados y necesarios de algunos elementos", y sobre la posibilidad de que Territori mande a sus propios técnicos a investigar la 'zona cero', no hay una negativa explícita pero sí queda claro que será Adif quien dictaminará las razones de la avería y quien, en cualquier caso, compartirá la información con el Govern. Cuándo sucederá eso y si pasará antes de las elecciones, ya se verá.