Sequía en Catalunya

El Canal d'Urgell pedirá la declaración de zona catastrófica si no llueve

Los responsables de esta infraestructura están al límite: "Una sequía así no la hemos visto en la vida"

canal urgell

canal urgell / Oriol Bosch / ACN

Guillem Costa

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La sequía ha puesto contra las cuerdas los cultivos de regadío hasta tal punto que ahora los agricultores de Canal d'Urgell (Lleida) se plantean exigir que sus campos sean declarados zona catastrófica. Después de una larga reunión de la comunidad de regantes, los agricultores han llegado a la conclusión de que si no llueve, perderán gran parte de la cosecha.

"El canal baja con poca agua, y en el pantano de Rialb cada vez queda menos cantidad de agua", advierte Jaume Pedrós, responsable de regadíos del sindicato Unió de Pagesos. "Llegará un día, y cada vez falta menos, en que no podremos tirar del pantano. Ahora mismo, el embalse de Rialb está al 8,7%. Solo hay 35,1 hectómetros cúbicos (hm3) de los 403,6 hm3 de capacidad.

En Oliana, las cosas no están tan mal. De los 101.1 hm3 de capacidad, solo hay 42.5 hm3, por lo que el embalse está al 42%. El problema es que si se analiza el conjunto del sistema Oliana-Rialb, las aportaciones de agua son las más bajas de los últimos 70 años.

Amadeu Ros, presidente de los regantes del Canal d'Urgell, tampoco ve otra salida: "La única esperanza pasa por confiar en que llueva. Si no, no podremos sembrar en verano y perderemos mucho dinero del que dependen cientos de familias".

"Los árboles fruteros están condenados, solo se salvarán el trigo y la cebada"

— Jaume Pedrós, de Unió de Pagesos

En una semana, el miércoles día 19, se reúnen con el ministro de Agricultura, Luis Planas, y esperan que este les ofrezca una solución en forma de ayudas. Si no, la única opción para recibir indemnizaciones importantes será que sus regadíos se declaren zona catastrófica, aseguran. Estos campos suponen la parte regable más grande de Catalunya, unos cultivos que, si no llueve, pronto (en mayo o en junio) dejarán de ser tierras regables.

"Los árboles frutales están condenados, solo se podrá salvar el trigo y la cebada", avisa Pedrós. El maíz, que en muchos lugares directamente no se está plantando por la falta de agua, es probable que no sobreviva.

Los agricultores explican que ellos pagan por las tierras que labran, hecho que les obliga a ganar dinero en cada cosecha: "No son nuestras. Si solo tenemos gastos y no vendemos, no podremos resistir".

Tanto Ros como Pedrós coinciden: no han visto nunca una sequía como esta. "No ha pasado en la vida. Han habido sequías, pero como esta, no la recordamos. Es cierto que queda agua en el embalse, pero no habíamos estado tanto tiempo sin ver lluvias", zanja Pedrós. Intentan no perder la esperanza y seguir trabajando cada día a la espera de que llegue la lluvia, pero cada vez ven más cerca la muerte de miles de cultivos y las pérdidas millonarias.

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