Ganadería, piscinas y turismo

Hablan alcaldes que no pueden cumplir las restricciones por sequía: "Nos sentimos señalados"

Varios municipios admiten a EL PERIÓDICO que consumen más agua de la permitida por sus características, no por mala praxis

El embalse de Darnius Boadella y el río Muga bajo los efectos de la sequía

El embalse de Darnius Boadella y el río Muga bajo los efectos de la sequía / DAVID APARICIO

Guillem Costa

Guillem Costa

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Cuáles son los cerca de 200 municipios que incumplen las restricciones en el uso del agua? Es la pregunta que corretea estos días entre quienes siguen con detalle la sequía. Hasta ahora, la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) se ha negado a dar la respuesta. Sin embargo, este martes el Govern ha insinuado que abrirá la caja de pandora para acabar con la incertidumbre: "Si es necesario, se publicará una lista con el consumo de cada municipio y las pérdidas por fugas para que sea información pública, lo estamos estudiando". Son palabras de Patrícia Plaja, portavoz del Govern, quien ha avisado de que "se requerirán planes de ahorro y eficiencia a los municipios que gastan más agua de la permitida".

Pantano de Sau desde el Mirador de Vilanova de Sau

Pantano de Sau desde el Mirador de Vilanova de Sau / ZOWY VOETEN

Ante este amago, algunos de estos pueblos (suponen solo el 10% de la población en fase de excepcionalidad) han decidido dar la cara y explicar a EL PERIÓDICO por qué consumen más agua de la que indica el estado de alerta o excepcionalidad. En general, son localidades pequeñas, con circunstancias muy concretas y que tienen dificultades para reducir el consumo. De ahí que pidan ayuda.

Aunque cada caso es distinto, estos ayuntamientos comparten una reflexión común: consideran que no superan el máximo permitido por mala praxis, sino por motivos justificados y difíciles de cambiar. Algunos de los alcaldes consultados por este diario opinan que, en lugar de señalarlos y amenazar con publicar una lista negra, lo que tendría que hacer la ACA es ayudarlos a cumplir con las medidas.

Ganado en Oristà

"Nosotros superamos la dotación máxima permitida, sí, ¿cómo no nos vamos a pasar?", admite Marc Sucarrats, alcalde de Oristà desde hace 16 años. El pueblo, que forma parte de la futura comarca del Lluçanès, tiene poco más de 500 habitantes. La mayoría son granjeros o ganaderos. Mantienen a casi 3.000 vacas y a más de 40.000 cerdos, repartidos en una treintena de granjas. "Normalmente, en invierno, la gente saca agua de los pozos para dar de beber a los animales, pero muchos se secan, por lo que, en algunos casos, se ha tenido que tirar del agua del grifo", explica. En febrero consumieron 275 litros de agua al día por habitante: "Si miramos la extensión del pueblo y los animales que hay, es una miseria. Una vaca ingiere 50 litros al día. En verano, será peor, porque el ganado bebe aún más".

Sucarrats asegura que en el pueblo la gente tiene pánico ante la sequía. "¿Qué hacemos, empezamos a matar vacas y cerdos?", se pregunta. Considera que les tocará pagar los platos rotos: "La ACA nos echará la culpa, pero es un error. Aquí damos de comer a la gente de Barcelona." Reivindica que ellos no tienen ni piscina ni campo de golf, solo alguna casa rural, y viven de la agricultura y la ganadería. "No nos pueden acusar ni señalar, aquí tenemos mucho cuidado con el uso del agua", zanja.

Orís

Orís (Osona) está más al norte, cerca de Torelló. En el pueblo, todavía vive menos gente que en Oristà. "Aquí somos unos 300, esto es un municipio pequeño de verdad", cuenta Arnau Basco, alcalde desde 2015. Él también se expresa sin tapujos: "Incumpliremos la norma, sí. Y seguramente nos señalarán injustamente, aunque dudo de que lleguen las sanciones". En este micropueblo, tienen un pozo municipal y sacan agua del río Ter. "Las fuentes están secas, pero como hemos ahorrado tenemos agua suficiente", resalta el alcalde.

Como en Oristà, consumen más de lo que se les exige por la actividad agrícola y ganadera. Basco pide que se analice cada municipio teniendo en cuenta sus propias circunstancias: "Los granjeros tiran de la red de abastecimiento, en una masía el consumo individual y el industrial se mezclan".

"Me siento juzgado, porque nos pasan la responsabilidad y esto me sabe muy mal", se lamenta. Detalla que para controlar el contador de cada edificio tendrían que contratar a una persona a media jornada. Y sobre la posibilidad de reducir las fugas, avisa de que no es tan fácil como parece: "Las redes de distribución son complejas y, sin una gran inversión, las fugas son difíciles de encontrar".

Turismo en el Empordà

El Baix Empordà, según los datos de 2021, era la comarca de Catalunya que más cantidad de agua por habitante consumía. El presidente del Consell Comarcal y alcalde de Begur, Joan Manel Loureiro, argumenta por qué: "Tenemos muchos jardines, muchas piscinas y pocos habitantes en invierno".

Asegura que en su pueblo hacen todos los esfuerzos: "En pocos días, iniciaremos el servicio de playas y posiblemente no saldrá agua de las duchas para ahorrar". Begur, en verano, triplica su población base de 3.000 habitantes: "En ese momento, gastaremos tres veces más, pero esperemos que se tenga presente. Seguro que no habrá multas, oficiosamente ya nos han dicho que no". Plantea una reflexión: "¿A la gente de Barcelona y alrededores que veranea en Begur, la contarán como si fueran habitantes del pueblo, no?"

"Controlaremos que todo el mundo tenga el ahorro en mente", afirma. Loureiro explica que vigilarán los contadores y darán un toque de atención a los vecinos que rieguen más de la cuenta con aspersores. A sus compañeros de Pals les ocurre algo parecido, según explica: "Allí tienen varios cámpings que consumen mucho". El alcalde de Pals, Carles Pi, cuenta que durante este pasado lunes se reunieron durante horas para abordar su consumo de agua ante la sequía.

Piscinas y fugas en Lliçà

En Lliçà d'Amunt también hay muchas piscinas, pero su realidad es distinta, ya que el pueblo es más grande (de cerca de 16.000 vecinos). "Somos uno de los lugares con más piscinas por habitante y eso se nota en los datos". Así de claro lo dice Ignasi Simón, alcalde de este pueblo del Vallès. Están en el límite entre cumplir y no cumplir con la dotación máxima permitida de 230 litros por habitante al día en el caso de los municipios en excepcionalidad.

format_quote

edit

delete

"Lliçà es la típica ciudad jardín donde todo el mundo tiene su piscina y su césped. Son urbanizaciones con casas rodeadas de jardines que siempre han tenido un huerto, aunque ahora, en algunos casos, lo han sustituido por una piscina". La red de distribución tiene ya 60 años, y Agbar les ha dicho que para renovarla mínimamente necesitan 3,6 millones de euros: "La ACA no nos ha dado ni una inversión, y ahora nos amenazan con multas". Simón lo ha comentado con otros alcaldes: "Nos sentimos perseguidos por una administración que tendría que trabajar con nosotros. Lo que necesitamos son herramientas para dejar de incumplir y no que nos señalen con el dedo sacando listas".

Hace poco, el ayuntamiento solicitó a la ACA la concesión de 4 pozos para el riego municipal. En la respuesta de la agencia se les dice que la autorización puede tardar hasta 18 meses. "En plena sequía, parece una broma", ironiza Simón.

Suscríbete para seguir leyendo