Pederastia en la Iglesia

Las víctimas de abusos en los Jesuitas cuestionan la investigación interna

Consideran que la cifra de 65 pederastas y 81 menores abusados en un siglo es “irrisoria”

Creen que la Compañía de Jesús “sigue encubriendo” al no incluir todos los casos y no publicar los nombres de los acusados y los centros

Sant Ignasi jesuitas abusos sexuales

Sant Ignasi jesuitas abusos sexuales / Jordi Cotrina

Patricia Martín

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La Compañía de Jesús ha sido la primera orden educativa religiosa que ha investigado y difundido los abusos sexuales cometidos en sus colegios, con el fin de arrojar luz sobre delitos execrables y encubiertos durante años y que la Iglesia española, salvo en contados casos, aún mantiene bajo el manto del silencio. Si bien las conclusiones de la investigación no satisfacen, en términos generales, a las víctimas directas de estos abusos, que consideran que los Jesuitas han tratado, con el informe publicado el 21 de enero, hacer un gesto cara a la galería más que una investigación rigurosa y con ánimo de difundir toda la verdad.

El estudio concluye que 96 jesuitas han cometido abusos sexuales desde 1927, el 1% de los integrantes de la Compañía de Jesús. De ellos, 65 cometieron agresiones contra menores y 31 contra personas adultas. Y como en el 20% hubo más de una abusado, el número de víctimas asciende a 118, 81 de ellos menores cuando se cometió el delito. El informe no contiene nombres de los pederastas ni los colegios o lugares donde se cometieron las violaciones.

Pero para Jordi de la Mata, quien se dirigió en febrero de 2019 a EL PERIÓDICO para destapar la pederastia silenciada en el colegio Sant Ignasi, el de los Jesuitas de Sarrià (Barcelona), el principal problema es que las “cifras no cuadran”. Jordi explica que él, “sin apenas recursos” y a través de un mail que difundió para buscar otras víctimas en el colegio de su infancia, encontró a 28, por lo que “81 víctimas en un siglo y en toda España es una completa infravaloración”.

"Sigue el encubrimiento"

Jordi, quien sufrió abusos por parte del padre Pere Sala (que también abusó de su hermano) y del padre Tó, admite que “los Jesuitas han hecho más que cualquier otra orden” para investigar el pasado pero, en su opinión, ha sido “por la caña” que les han metido las víctimas, con denuncias ante las fuerzas de seguridad, los juzgados o la prensa.

Y según Jordi, la institución religiosa “sigue con el encubrimiento que ha practicado durante años” al mantener en el anonimato a los depredadores sexuales o los colegios donde cometieron sus atrocidades porque, “si hubieran publicado los nombres, seguro que saldrían más víctimas” al ver a sus agresores puestos en la palestra.

El informe señala además que se está trabajando en la creación de un “protocolo de reparación” en el que se compensará a las personas afectadas “caso por caso”. Si bien Jordi desconfía de que le vayan a ofrecer ayuda dado que no se han puesto en contacto con él desde 2019, tras acusarle de “mentir” cuando destapó el escándalo. “A mí me da igual el dinero, la vida ya me la han jodido pero al menos que no pase más, que acepten que encubrieron, lo mal que lo han hecho y que no van a volver a encubrir”, denuncia.

Los abusos en el Sant Ignasi

Reflexiones similares expresan E. C. , L. J. y M. C, todas ellas mujeres de la promoción nacida en 1973 y también víctimas de abusos en el Sant Ignasi. “Cuando veo las irrisorias cifras del informe se me remueven las tripas porque sólo en los años que estuvimos en el Sant Ignasi sale una cifra tan alta que están faltando a la verdad y volviendo a encubrir”, señala L. J. quien prefiere no desvelar el número de de docentes bajo sospecha en este centro, por hechos ocurridos en los 80, “por respeto” a los compañeros que no quieren denunciarlo.

Según el informe, entre los años 70 y 80 ha habido 19 víctimas menores en toda España y abusos en 10 de colegios o instalaciones jesuitas en Catalunya.

Pero las tres dudan que sus casos estén incluidos en el balance puesto que la Compañía de Jesús solo se ha puesto en contacto con una de ellas. Las otras, pese a haber interpuesto denuncia ante los Mossos, se han enterado de la investigación por otras vías. “Nos tendrían que haber consultado para poner una cifra de víctimas y, si no lo han hecho, sospechamos que otras víctimas tampoco están”, explica E. C., quien relata que los Jesuitas tampoco les permitieron contactar con otros alumnos porque “la unión hace la fuerza y ellos solo quieren limpiar su cara”.

El perdón de la institución

A su vez, M. C. se pregunta: “¿Qué responsabilidad tiene la institución? Dicen que los culpables son 65 curas, pero la mitad de los profesores lo sabían, qué van a hacer ustedes como comunidad?”.

A este respecto, el informe pide perdón a las víctimas por participar en una “cultura institucional equivocada” que consistía en “silenciar”, “reducir las sanciones a apercibimientos” o alejar al acusado de sus alumnos pero no de “víctimas potenciales”. Para los afectados es insuficiente.

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