Actividad clave para la conciliación

Abiertas las inscripciones a los 'casals' de verano entre infinitas incógnitas

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Helena López

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En la (entre las familias barcelonesas) famosa web 'T'estiu molt', donde se recogen todas las propuestas de campamentos urbanos de la capital catalana, un visible recuadro rojo advierte de lo obvio junto a una señal de peligro: "la oferta de actividades de la campaña de vacaciones de verano está sujeta a la evolución de la crisis de la Covid-19 y a las indicaciones de las autoridades sanitarias al respecto". Pese a ese recordatorio inicial -que lo marca y emborrona todo-, la web está activa y las inscripciones en marcha; inscripciones a una oferta por el momento idéntica a la previa a la pandemia, como si este verano fuera a ser como cualquier otro. Lo único que por ahora ha cambiado es la manera de solicitar tanto las plazas como las ayudas económicas, este curso de forma telemática.

Pero es evidente que este verano será distinto y la incertidumbre planea tanto entre las familias como entre los organizadores de los 'casals', en algunas casos las propias familias, a través de las ampas de los colegios. ¿Podrán hacerse los 'casals'? La Secretaria de Infància, Adolescència i Joventut de la Generalitat, Georgina Oliva, no se atreve a responder a esa, la gran pregunta. "Estamos trabajando para, si finalmente pueden realizarse, tenerlo todo a punto", señala la responsable política del asunto, quien avanza que están pensando en unos campamentos "muy kilómetro cero". "¿Puede ser que los niños de Barcelona este año no puedan ir de colonias al Pirineo? Puede ser. Quizá toque redescubrir Collserola. ¿Puede ser que en algunos territorios puedan empezar los campamentos antes que en otros? Puede ser", pone sobre la mesa Oliva. Al contrario que el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat no ha sacado todavía sus plazas para este verano. "No lo haremos hasta que tengamos más certezas", concluye la secretaria de Infància.

Antídoto natural

Sí ha abierto inscripciones la Fundació Catalana de l'Esplai, una de las grandes patronales del sector, con 68.000 plazas. No solo las han abierto, sino que desde Fundesplai repiten que la campaña de este verano tiene que ser "la mejor de la historia para el máximo número de niños posible". "Lo necesitan más que nunca. Estamos convencidos de que las colonias son el antídoto natural de los efectos del confinamiento y tenemos la responsabilidad de ser la punta de lanza del retorno a la normalidad de los niños y los jóvenes", afirma Josep Maria Valls, portavoz del fundación.

«Las becas comedor están ligadas al curso escolar, las colonias sirven, además, para asegurar la alimentación de los niños en verano»

Francesc Freixanet

— Director del Institut Escola Antaviana

"Si tenemos a los niños seis meses encerrados o semiencerrados, en septiembre nos encontraremos con unos niños deprimidos, sobre todo los de entornos más desfavorecidos. Es muy importante que estos niños tengan la oportunidad de salir, de experimentar vivencias, de relacionare, sentir el cariño de los monitores... Las colonias tienen que hacerse sí o sí", apunta Francesc Freixanet, director del Institut Escola Antaviana, en el barcelonés barrio de Roquetes, quien recuerda también la importancia de estos 'casals' en la alimentación de los niños más vulnerables. "Las becas comedor están vinculadas al curso escolar, cuando termina el curso se acaban. Estos niños necesitan también tener asegurada una alimentación equilibrada y los 'casals' sirven también para eso", añade.

Un agosto (casi) huérfano

La directora territorial del Casal dels Infants del Raval, María José García, señala la necesidad de ampliar las becas. "El ayuntamiento solo beca dos semanas por niño y el verano tiene 13 semanas", apunta García, quien lleva años haciendo esa reivindicación, pero este la considera más necesaria que nunca dadas las circunstancias. Desde el Casal -y, sobre todo desde las familias- se reivindica también ampliar la oferta en agosto y que se abran los colegios -todas sus dependencias- a las entidades que gestionan campamentos urbanos para poder asegurar disponer de suficientes espacios para llevar a cabo los protocolos de seguridad en los que se está trabajando.

Tanto desde la Generalitat como desde los propios 'casals' trabajan también en generar una propuesta pedagógica relacionada con el Covid-19 que de herramientas a los niños para gestionar las emociones acumuladas durante estos meses, para trabajar el luto -muchos niños han perdido a sus abuelos- o el autocuidado.

En cuanto a las becas, desde el Ayuntamiento de Barcelona aseguran que "pondrán el dinero que haga falta" para que nadie que cumpla los requisitos se quede fuera, tras la torpeza del verano pasado, cuando se denegaron a más de 3.000 niños por falta de presupuesto, algo que finalmente se solventó tras las quejas de los afectados. Finalmente se destinaron 3,5 millones a esas becas que, como alertaba la directora territorial del Casal dels Infants del Raval, cubren solo dos semanas por niño. "Estas son las becas de la campaña general de verano, para los niños más vulnerables hay otras ayudas que se gestionan desde servicios sociales", puntualiza una voz municipal. Y, en cuanto a la crítica por la poca oferta en agosto, el consistorio responde que hay una oferta de 10.500 plazas "que ningún año se han llenado".  

El sector del ocio educativo reclama becas universales