Psicología

Los siete pasos que debes dar para que tus hijos sean asertivos

Poner límites es una habilidad que aprendemos de pequeños

Padre hablando con hija

Padre hablando con hija / 123RF

Ángel Rull

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En el contexto actual, promover la asertividad en nuestros hijos e hijas emerge como un pilar esencial para su desarrollo emocional y social. Esta habilidad, que permite expresar nuestros deseos, pensamientos y necesidades de una manera clara, honesta y respetuosa, es fundamental para forjar relaciones saludables y una autoestima sólida.

¿Qué es la asertividad?

La asertividad se define como la capacidad de expresar nuestros sentimientos, pensamientos y necesidades de manera directa, honesta y respetuosa, tanto hacia nosotros mismos como hacia los demás. Esta habilidad comunicativa se encuentra en un punto medio entre la pasividad, que implica no defender nuestros propios derechos, y la agresividad, que supone violar los derechos de los demás. Ser asertivo significa saber decir "no" sin sentir culpa, pedir lo que necesitamos sin exigir, y expresar nuestros pensamientos sin desvalorizar los de otros.

En la práctica, la asertividad se manifiesta cuando somos capaces de mantener nuestra postura y límites sin agredir ni someternos. Por ejemplo, un niño o niña que puede rechazar una propuesta de sus amigos de forma firme pero amable, o que expresa su opinión en clase sin temor a la discrepancia, está ejercitando la asertividad. Este equilibrio es crucial para el desarrollo de una personalidad íntegra y autónoma.

¿Por qué es importante la asertividad?

La asertividad es una herramienta clave para la vida porque facilita la interacción social saludable y el manejo efectivo de conflictos. Una comunicación asertiva permite a niños y niñas expresar lo que piensan y sienten sin temor, lo que contribuye a una autoimagen positiva y a relaciones interpersonales basadas en el respeto y la comprensión mutua.

En el ámbito escolar y social, ser asertivo ayuda a los menores a lidiar con situaciones de presión de grupo, bullying y otras formas de manipulación o abuso. Al enseñarles a ser asertivos, los preparamos para que establezcan límites saludables, sepan defender sus derechos y, a su vez, respeten los de los demás, evitando caer en respuestas pasivas o agresivas.

¿Qué beneficios tiene la asertividad?

La importancia de la asertividad radica en su impacto a largo plazo. Los niños que desarrollan esta habilidad tienden a convertirse en adultos con mejor salud mental, mayores habilidades de negociación y una mayor capacidad para tomar decisiones de manera autónoma. Esto demuestra cómo la asertividad no solo mejora la calidad de nuestras relaciones actuales, sino que también sienta las bases para un futuro personal y profesional exitoso.

Pero ¿qué otros beneficios tiene la asertividad?

  • Mejora de relaciones interpersonales: al ser asertivos, los niños aprenden a comunicar sus pensamientos y sentimientos de manera efectiva, lo que reduce malentendidos y conflictos. Esta habilidad les permite construir relaciones basadas en el respeto mutuo y la sinceridad, fomentando la confianza tanto en amistades como en relaciones familiares.
  • Desarrollo de la autoestima: la capacidad de expresarse de manera asertiva está directamente vinculada con la percepción que tienen los niños de sí mismos. Al sentir que sus opiniones y necesidades son valoradas, refuerzan su autoestima y confianza, lo cual es esencial para su bienestar emocional y su desarrollo social.
  • Habilidades para la resolución de conflictos: la asertividad equipa a los niños con las herramientas necesarias para manejar desacuerdos de una manera constructiva. Aprenden a negociar, a encontrar soluciones que beneficien a ambas partes y a enfrentar situaciones adversas sin recurrir a la agresividad o la sumisión.

Pasos que debes dar para que tus hijos sean asertivos

Fomentar la asertividad en la infancia no solo prepara a los niños para enfrentar situaciones de presión o conflicto, sino que también les enseña el valor del respeto mutuo y la autoaceptación. Los padres y madres desempeñan un papel fundamental en este proceso, modelando con el ejemplo y proporcionando oportunidades para que sus hijos practiquen y refinen estas habilidades en su día a día.

¿Qué pasos podemos dar para enseñarles a ser asertivos?

1. Modelo de asertividad

Los niños observan y replican las conductas de los adultos que los rodean. Si deseas que tus hijos adopten una actitud asertiva, es primordial que tú mismo practiques la asertividad en tu vida cotidiana. Esto significa expresar tus propias necesidades y sentimientos de manera respetuosa y establecer límites claros en tus interacciones.

Fomenta un ambiente familiar donde la expresión de emociones y opiniones se vea como algo natural y positivo. Al compartir tus propias experiencias y sentimientos de manera abierta, animas a tus hijos a hacer lo mismo, enseñándoles el valor de la vulnerabilidad y la honestidad.

Además, utiliza los desacuerdos familiares como oportunidades para modelar la resolución asertiva de conflictos. Muestra cómo es posible llegar a acuerdos mutuos sin necesidad de elevar el tono de voz o recurrir a la imposición, reforzando la idea de que todos los miembros de la familia tienen derecho a ser escuchados.

2. Enseñanza activa de la comunicación

Enseña a tus hijos frases y técnicas específicas para expresarse asertivamente. Por ejemplo, el uso de "yo siento" para expresar emociones sin culpar a otros, o cómo pedir algo de manera directa pero educada. Practica estas técnicas en casa mediante juegos de roles y situaciones hipotéticas.

Promueve la escucha activa como parte de la comunicación asertiva. Enséñales a escuchar sin interrumpir, a hacer preguntas para aclarar dudas y a demostrar empatía por los sentimientos de los demás. La escucha activa no solo mejora la comprensión mutua, sino que también valida las emociones de los interlocutores.

Alentar a los niños a dar y recibir retroalimentación de manera constructiva es esencial para su desarrollo asertivo. Enséñales a aceptar críticas sin tomarlas de forma personal y a ofrecer sugerencias de mejora de forma amable y respetuosa.

3. Fomenta la autoestima

Es crucial validar los esfuerzos y logros de tus hijos, independientemente del resultado. Celebra sus avances y anímalos a sentir orgullo por sus propios esfuerzos. Este reconocimiento fortalece su autoconfianza y los motiva a seguir intentando nuevos problemas.

Involucra a tus hijos en la toma de decisiones familiares apropiadas para su edad y anímalos a tomar decisiones por sí mismos en su vida cotidiana. Esto les enseña a confiar en su propio juicio y a asumir la responsabilidad de sus acciones.

Utiliza el refuerzo positivo para alentar comportamientos asertivos. Cuando tus hijos se expresen de manera asertiva, reconoce su esfuerzo y valentía. Este refuerzo no solo valida sus acciones, sino que también les muestra que la asertividad es una herramienta poderosa para la autoafirmación.

4. Establecimiento de límites claros

Establecer reglas claras y coherentes en el hogar es fundamental para enseñar a los niños el respeto por los límites propios y ajenos. Explica el motivo detrás de cada regla y las consecuencias de no seguirlas, fomentando un entendimiento del porqué es importante respetar los límites.

A medida que tus hijos crezcan, involúcralos en la negociación de límites. Esto les enseña que los límites pueden ser flexibles y sujetos a discusión, siempre dentro de un marco de respeto mutuo y entendimiento.

Enséñales a tus hijos a respetar los límites de los demás, ya sea en el hogar, el colegio o cualquier otro entorno social. Esto no solo mejora sus relaciones, sino que también refuerza la importancia de la comunicación asertiva para entender y respetar las necesidades y deseos de otros.

5. Desarrollo de la empatía

Fomentar la empatía es esencial para desarrollar la asertividad. A través de ejercicios de role-playing y discusiones, ayuda a tus hijos a entender cómo sus palabras y acciones pueden afectar a los demás. Incúlcales la importancia de considerar los sentimientos y perspectivas ajenas antes de actuar.

Enséñales a ser buenos oyentes, a prestar atención no solo a las palabras sino también al lenguaje no verbal. La empatía se fortalece cuando entendemos no solo lo que la otra persona dice, sino también cómo lo siente.

Inculca en tus hijos la práctica de la gratitud y el reconocimiento hacia los demás. Hacerles notar lo bueno en las personas y expresar agradecimiento fortalece las conexiones emocionales y promueve una actitud empática y asertiva hacia los demás.

6. Manejo del fracaso y la frustración

Es crucial enseñar a los niños que el fracaso y la frustración son aspectos naturales del aprendizaje y el crecimiento. Ayúdalos a ver estos momentos no como finales definitivos, sino como oportunidades para aprender y mejorar.

Proporciona herramientas y estrategias para manejar la frustración y el fracaso de manera constructiva. Esto puede incluir técnicas de respiración, la búsqueda de soluciones alternativas o simplemente aceptar que algunas cosas están fuera de nuestro control.

Fomentar la resiliencia en los niños les ayuda a recuperarse de los reveses y a seguir adelante con una actitud positiva. Celebra su valentía al enfrentar problemas y anímalos a seguir intentándolo, reforzando la idea de que el esfuerzo y la perseverancia son más importantes que el éxito inmediato.

7. Celebración de la individualidad y el respeto por las diferencias

Cada niño y niña tiene su propio conjunto de habilidades, intereses y personalidad. Es fundamental que, como padres y madres, celebremos estas diferencias, mostrando a nuestros hijos que ser únicos es algo positivo. Anímales a explorar sus intereses y a desarrollar sus talentos, reforzando la idea de que todos tenemos algo valioso que aportar.

En un mundo diverso, el respeto por las diferencias es clave para la convivencia armónica. Enséñales la importancia de aceptar y valorar a los demás por lo que son, más allá de sus diferencias. Esto incluye el respeto por distintas culturas, opiniones, y formas de vida. A través de la literatura, el arte, y la conversación, podemos exponer a nuestros hijos a una amplia variedad de perspectivas, fomentando una actitud abierta y curiosa hacia el mundo.

La asertividad también implica defender lo que es justo y promover la inclusión. Enseña a tus hijos a ser aliados de aquellos que pueden sentirse excluidos o marginados. Mostrarles cómo usar su voz de manera asertiva para apoyar a otros no solo beneficia a quienes los rodean, sino que también fortalece su sentido de la justicia y la equidad.

Al seguir estos siete pasos, padres y madres pueden jugar un rol activo en el desarrollo de la asertividad de sus hijos e hijas. Recordemos que cada niño es único y que estas estrategias deben adaptarse a sus necesidades individuales. Con paciencia, práctica y mucho amor, podemos guiar a nuestros hijos hacia un futuro donde se sientan seguros, respetados y capaces de navegar el mundo con confianza y asertividad.

* Ángel Rull, psicólogo.