Psicología

Asertividad en el trabajo: cinco formas de llevarlo a cabo

Poner límites en el entorno laboral nos resulta complicado

Dos personas hablando trabajo

Dos personas hablando trabajo / 123RF

Ángel Rull

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La asertividad es una habilidad comunicativa fundamental que nos permite interactuar de manera efectiva y respetuosa en nuestro entorno laboral. Implica la capacidad de expresar honesta y directamente nuestros pensamientos, sentimientos y necesidades, respetando siempre a los demás. Esta habilidad es crucial en el trabajo, donde constantemente interactuamos con una variedad de personas y situaciones.

Ser asertivo no significa ser agresivo o impositivo. Se trata de encontrar un equilibrio, donde tus derechos y los de los demás son igualmente importantes. En el ámbito laboral, la asertividad nos permite manejar situaciones difíciles, como desacuerdos o peticiones, de una manera que es justa y considerada tanto para uno mismo como para los demás.

¿Por qué nos cuesta ser asertivos en el trabajo?

A menudo, la falta de asertividad en el entorno laboral se debe a la ansiedad sobre cómo nuestras palabras y acciones serán percibidas. Existe el temor de ser juzgado negativamente, de crear conflictos o de ser visto como poco colaborador. Estos miedos pueden provenir de experiencias pasadas, tanto personales como profesionales, y pueden ser agravados por una cultura organizacional que no promueve la comunicación abierta.

Además, las diferencias en estilos de comunicación y personalidades en el lugar de trabajo pueden hacer que ser asertivo sea todo un reto. Algunas personas pueden sentirse incómodas al expresar sus necesidades o al enfrentarse a opiniones contrarias, especialmente si están en posiciones de menor autoridad o si la cultura laboral favorece la conformidad sobre la individualidad.

La falta de habilidades comunicativas y de autoconfianza también juega un papel importante. Muchas personas no han tenido la oportunidad de desarrollar estas habilidades o no han sido alentadas a usarlas. Por lo tanto, aprender y practicar la asertividad puede ser un proceso gradual que requiere paciencia y práctica.

Problemas que aparecen si no somos asertivos

La falta de asertividad en el trabajo puede resultar en una serie de problemas interpersonales y de bienestar personal. Sin la capacidad de expresar abiertamente nuestras necesidades y opiniones, podemos acumular resentimientos, lo que a su vez puede llevar a conflictos con compañeros o superiores. Esto puede crear un ambiente de trabajo tenso y disminuir la moral y la productividad.

Además, cuando no somos asertivos, corremos el riesgo de sobrecargarnos de trabajo y responsabilidades. Al no poder decir "no" o establecer límites saludables, podemos vernos atrapados en situaciones que nos causan estrés y agotamiento. Esto no solo afecta nuestro rendimiento laboral, sino también nuestra salud mental y física.

La falta de asertividad también puede impactar negativamente en nuestra autoestima y autoimagen. Cuando constantemente cedemos a las demandas de otros o no expresamos nuestras verdaderas opiniones, podemos empezar a sentirnos menos valiosos y competentes. Esto puede llevar a un ciclo de falta de confianza y menor asertividad, perpetuando el problema.

Formas de llevar la asertividad al entorno laboral

En el contexto laboral, la asertividad es una herramienta valiosa para la negociación, la resolución de conflictos y la toma de decisiones. Al ser asertivos, demostramos confianza y respeto, lo que puede generar un ambiente de trabajo más positivo y productivo.

Con estos pasos podremos ser más asertivos en el entorno laboral:

1. Conoce tus derechos y necesidades

Es esencial reconocer que tienes derecho a expresar tus opiniones y necesidades. Muchas veces nos reprimimos por creer que nuestras necesidades no son importantes o por temor a las reacciones de los demás. Sin embargo, es importante recordar que tus pensamientos y sentimientos son válidos y merecen ser escuchados.

Identificar lo que realmente necesitas y quieres es el primer paso para ser asertivo. Esto puede requerir una reflexión interna y honestidad contigo mismo. Pregúntate qué es lo que realmente quieres lograr o evitar en tu entorno de trabajo y por qué es importante para ti.

Tener confianza en ti mismo y en tus derechos es fundamental. Practica el autoafirmarte a ti mismo que tus necesidades y opiniones son tan importantes como las de los demás. Esto te ayudará a expresarte con mayor claridad y convicción.

2. Escucha activa

La asertividad no solo implica hablar, sino también escuchar. Practicar la escucha activa significa prestar toda tu atención a la persona que está hablando, sin interrumpir ni juzgar. Esto demuestra respeto y apertura hacia las perspectivas de los demás.

Al escuchar activamente, puedes entender mejor los puntos de vista y necesidades de tus compañeros. Esto te permite responder de manera más efectiva y asertiva, ya que tu respuesta se basará en una comprensión completa de la situación.

La escucha activa también puede ayudar a desescalar situaciones tensas y a encontrar puntos en común. Al mostrar que estás dispuesto a escuchar, es más probable que los demás estén dispuestos a escucharte a ti también, creando un diálogo más constructivo y colaborativo.

3. Expresión clara y directa

Al comunicar tus puntos de vista o necesidades, es importante ser tan claro y directo como sea posible. Esto significa usar un lenguaje sencillo y específico, evitando vaguedades o ambigüedades. Cuanto más claro seas, menos espacio habrá para malentendidos o interpretaciones erróneas.

Utiliza declaraciones en primera persona, como "Yo siento" o "Yo pienso", para expresar tus pensamientos y sentimientos. Esto te ayuda a asumir la propiedad de tus palabras y reduce la probabilidad de que la otra persona se sienta atacada o acusada.

Evita el uso de generalizaciones o acusaciones, como "siempre haces esto" o "nunca consideras mi opinión". En su lugar, enfócate en expresar cómo te afecta una situación específica y lo que te gustaría que cambiara.

4. Establece límites saludables

Aprender a decir "no" es un aspecto crucial de la asertividad. Decir "no" de manera respetuosa pero firme te permite establecer límites claros sobre lo que estás dispuesto a hacer y lo que no. Esto es especialmente importante en el trabajo, donde las demandas y expectativas pueden ser altas.

Establecer límites no significa ser inflexible. Se trata de ser claro sobre tus capacidades y tus necesidades, y de comunicarlas de manera que los demás entiendan y respeten tus límites.

Recuerda que está bien pedir tiempo para pensar en una solicitud antes de responder. Esto te da espacio para considerar si puedes y quieres comprometerte con la solicitud, y cómo hacerlo de una manera que respete tus propios límites.

5. Manejo de conflictos

Enfrentar los conflictos de manera constructiva es una parte importante de la asertividad. Esto implica abordar los problemas de frente, pero de una manera que sea respetuosa y que busque una solución mutuamente beneficiosa.

Cuando te enfrentes a un conflicto, trata de mantenerte calmado y centrado. Evita reaccionar emocionalmente o de manera defensiva, lo cual puede escalar el conflicto. En su lugar, trata de entender el punto de vista de la otra persona y explica el tuyo de manera clara y tranquila.

Busca soluciones que sean justas para ambas partes. Esto puede implicar compromiso o encontrar un terreno común. Recuerda que el objetivo no es "ganar" el conflicto, sino resolverlo de una manera que beneficie a todos los involucrados.

Como vemos, la asertividad en el trabajo no solo mejora nuestra capacidad de comunicación y nuestras relaciones interpersonales, sino que también promueve un entorno laboral más saludable y productivo. Ser asertivo es un derecho y un paso esencial hacia el bienestar personal y profesional. Con práctica y determinación, todos podemos desarrollar y mejorar nuestras habilidades asertivas, lo que nos beneficiará tanto en el trabajo como en otros aspectos de nuestras vidas.

* Ángel Rull, psicólogo.