GIRONA-VILLARREAL (0-1)

Un Villarreal eficaz castiga la poca puntería de un Girona sin gol

Jörgensen, el meta del Villarreal, frustra una gran ocasión de Dovbyk, el delantero del Girona, en Montilivi.

Jörgensen, el meta del Villarreal, frustra una gran ocasión de Dovbyk, el delantero del Girona, en Montilivi. / Siu Wu / Efe

Marcos López

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Terminó estrellado el Girona en su ineficacia. Acabó derrotado porque el Villarreal supo sostenerse de pie con una fiereza defensiva encomiable, sobre todo en la segunda mitad, donde Traoré sí supo ser contundente. Y en el duelo de Pichichis nadie marcó. Ni Dovbyk, agarrado en cada acción dentro del área por Bailly sin que el árbitro detectara penalti alguno, ni tampoco Sörloth. Y en un buen partido del equipo de Míchel topó con la derrota, alejándose del Barça.

Empezó el encuentro como quiso el Villarreal, sobre todo en los 10 primeros minutos. No estaba nada cómodo el Girona porque le habían quitado su tesoro. Le habían quitado la pelota y hasta que la encontró en los pies de Savinho le tocó resistir agarrado a las manos de Gazzaniga.

Dovbyk es agarrado por Bailly durante el Girona-Villarreal en Montilivi.

Dovbyk es agarrado por Bailly durante el Girona-Villarreal en Montilivi. / David Borrat / Efe

Era un partido de equipos atrevidos y valientes. Ambos lo son. Y el de Marcelino se plantó con personalidad en Montilivi como demostró ese venenoso centro desde la izquierda de Sörloth, un ‘nueve’ jugando de falso extremo, al que no llegó Guedes por mílimetros.

Después, el imponente zapatazo de Traoré desde fuera del área encontró una hermosa respuesta en el paradón de Gazzaniga cuando la pelota, fuerte y furiosa, se dirigía a la escuadra derecha.

Luz sin acierto de Sávinho

Emergió en un plástico, y al mismo tiempo, eficaz vuelo el portero argentino. La parada tuvo de todo. Belleza y contundencia porque las manos de ‘Gazza’ escupieron la pelota con autoridad para evitar el peligro.

Estaba relajado el Villarreal fluyendo el juego desde la banda izquierda por Baena, aquel joven que se descubrió para el fútbol de elite en Montilivi vistiendo la zamarra del Girona. Por eso, al ser sustituido, Montilivi le aplaudió.

Yangel Herrera, el jugador del Girona, intenta frenar a Guedes, el delantero del Villarreal, en Montilivi.

Yangel Herrera, el jugador del Girona, intenta frenar a Guedes, el delantero del Villarreal, en Montilivi. / David Borrat / Efe

Algo similar le ocurre a Sávinho, una de las grandes estrellas de esta Liga. Llegada la media hora de partido, encendió la luz de su equipo. Y del estadio. Arrancó desde la izquierda dejando hasta cinco rivales del Villarreal a su espalda para conectar con Tsygankov. O sea, química entre el extremo zurdo y el derecho, unidos ambos por la pelota. El tiro rozó el poste derecho de Jörgensen, a quien, de repente, se le vino trabajo encima. Estuvo atento el meta danés achicando el espacio para cerrar todos los caminos a Dovbyk en la segunda gran oportunidad del Girona. 

La condena de Traoré

El partido ya había cambiado de dueño. Y así arrancó en la segunda mitad eclipsando al Villarreal, que se veía superado. Al equipo de Míchel le faltó, eso sí, precisión en el último toque, lo que acabó pagando finalmente. Lo pagó porque Traoré castigó la debilidad defensiva en el 0-1 coincidiendo, curiosamente, con los mejores momentos del Girona. Pero perdonó en el área de Jörgensen, condenado además porque el larguero evitó un auténtico golazo con esa zurda exquisita que se desató de Tsygankov, y resultó débil, demasiado débil ,en la de Gazzaniga en el tiro definitivo de Traoré.

Míchel, el técnico del Girona, durante el encuentro contra el Villarreal en Montilivi.

Míchel, el técnico del Girona, durante el encuentro contra el Villarreal en Montilivi. / David Borrat / Efe

Reaccionó con energía el Girona apelando a lo que mejor sabe hacer. Jugar bien al fútbol. Primero, la madera repeliendo el tiro de Tsygankov, después el cabezazo de David López salvado en la misma línea de gol por Jorge Cuenca, lo que obligó a intervenir a Marcelino. Iba ganando el Villarreal, aunque cada vez estaba más encerrado en su propio campo, una vez obtenido tan valioso botín.

Con todo perdido, Míchel ordenó un doble cambio (Valery por Miguel y Portu por Yangel Herrera) para irse aún más al ataque, enviando a Savinho a la banda derecha para hurgar en la poco habitual de posición de Terrats como lateral zurdo. Tsygankov se marchó a ejercer de extremo izquierdo en los minutos finales. Producía mucho (22 remates), pero con poca puntería (solo 5 a puerta), aunque sin acierto alguno. Y terminó abatido.

La ficha del Girona-Villarreal (0-1)

Girona: Gazzaniga, Eric García, David López, Blind, Miguel (Valery, m. 74), Aleix García, Yangel Herrera (Portu, m. 74), Iván Martín, Tsyngankov (Toni Villa, m. 83), Sávinho y Dovbyk.

Entrenador: Míchel.

Villarreal: Jörgensen, Kiko Femenia, Mosquera, Bailly, Jorge Cuenca (Terrats, m. 66), Comesaña (Capoue, m. 80), Parejo, Traoré (Morales, m. 80), Baena (Trigueros, m. 92), Guedes (Ilias, m. 66) y Sörloth.

Entrenador: Marcelino.

Gol: 0-1, Traoré (m. 59)

Árbitro: Sánchez Martínez, murciano.

Tarjetas amarillas: Blind (m. 36); Kiko Femenia (m. 41 y m. 95); Baena (m. 43); Traoré (m. 56); Terrats (m. 93).

Tarjeta roja: Kiko Femenia (m. 95)

Estadio: Montilivi.

Espectadores: 11.440