Psicología

Siete formas de llevar el optimismo inteligente a nuestro día a día

La ilusión y la esperanza son protectores contra la depresión

Persona feliz

Persona feliz / 123RF

Ángel Rull

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El optimismo inteligente es una perspectiva de vida que se basa en una actitud positiva y esperanzada, pero no ingenua. Se trata de una forma de pensar y afrontar la vida con una visión optimista, pero fundamentada en la realidad y en la toma de decisiones. A diferencia del optimismo ciego, el optimismo inteligente reconoce las dificultades y los problemas, pero busca soluciones constructivas y mantiene la creencia en que las cosas pueden mejorar.

¿Qué beneficios tiene el optimismo inteligente?

Este tipo de optimismo no significa negar la realidad ni evitar las situaciones difíciles, sino afrontarlas con una actitud positiva, buscando aprender de las experiencias y encontrar soluciones efectivas. El optimismo inteligente conlleva una serie de beneficios para la salud mental y el bienestar emocional de las personas.

Estos son algunos de sus beneficios:

  • Reducción del estrés y la ansiedad: cuando practicamos el optimismo inteligente, tendemos a percibir el estrés y la ansiedad como problemas temporales que podemos superar. Esta perspectiva nos ayuda a mantener la calma en situaciones estresantes y a desarrollar estrategias efectivas para gestionar nuestras emociones. En lugar de sucumbir al miedo, el optimismo inteligente nos impulsa a buscar soluciones prácticas.
  • Mayor resiliencia: la resiliencia es la capacidad de recuperarse de las adversidades y salir fortalecido de ellas. Las personas que cultivan el optimismo inteligente tienden a ser más resistentes ante las dificultades. Ven los obstáculos como oportunidades para crecer y aprender, lo que les permite adaptarse con éxito a los cambios y retos de la vida. Esta habilidad para recuperarse de las caídas nos ayuda a mantener una perspectiva positiva incluso en momentos difíciles.
  • Mejora de las relaciones interpersonales: el optimismo inteligente también tiene un impacto significativo en nuestras relaciones con los demás. Cuando mantenemos una actitud positiva y esperanzada, somos más agradables y comprensivos en nuestras interacciones. Las personas optimistas tienden a ser solidarias y están dispuestas a brindar apoyo a quienes las rodean, lo que fortalece las conexiones emocionales y contribuye a un entorno más positivo en el ámbito social.
  • Incremento de la motivación: el optimismo inteligente nos motiva a establecer metas y trabajar hacia ellas de manera persistente. Al creer en la posibilidad de un resultado favorable, nos sentimos más motivados y enfocados en nuestras metas. Esta motivación intrínseca nos impulsa a perseguir nuestros sueños y objetivos con determinación y pasión.
  • Mayor bienestar emocional: las personas que practican el optimismo inteligente suelen experimentar emociones positivas con mayor frecuencia. Mantener una perspectiva positiva en la vida contribuye a una sensación general de bienestar emocional. Esto no significa que ignoremos las emociones negativas, sino que aprendemos a gestionarlas de manera efectiva y a enfocarnos en las experiencias que nos generan alegría y satisfacción.
  • Mejora de la salud física: sorprendentemente, el optimismo inteligente también está relacionado con una mejor salud física. Las investigaciones han demostrado que las personas optimistas tienen un sistema inmunológico más fuerte y un menor riesgo de enfermedades crónicas. La reducción del estrés y una mentalidad positiva pueden tener un impacto directo en la salud del cuerpo, lo que subraya la importancia de cultivar esta perspectiva en nuestra vida diaria.
  • Toma de decisiones más acertadas: el optimismo inteligente promueve la toma de decisiones bien pensadas. Las personas optimistas evalúan los riesgos y beneficios de manera más objetiva, lo que les permite tomar decisiones más acertadas en diversas áreas de la vida. Esta habilidad para considerar cuidadosamente las opciones y anticipar las consecuencias es valiosa en el entorno laboral, en las relaciones personales y en la planificación a largo plazo.

¿Es posible aplicarlo al día a día?

la consideración de los pros y los contras

De esta manera podemos beneficiarnos del optimismo inteligente en nuestro día a día:

1. Practicar la gratitud diaria

La gratitud es una poderosa herramienta para cultivar el optimismo inteligente. A menudo, nos enfocamos en lo que nos falta o en los problemas que enfrentamos, olvidando apreciar las cosas buenas que tenemos en nuestras vidas. Para practicar la gratitud de manera efectiva, puedes llevar un diario de gratitud donde escribas cada día tres cosas por las que te sientes agradecido. Estas pueden ser cosas simples, como un amanecer hermoso o una conversación agradable con un amigo. Al hacerlo, entrenas tu mente para enfocarse en lo positivo, lo que puede mejorar tu perspectiva general.

Además de mantener un diario de gratitud, también puedes expresar verbalmente tu agradecimiento. Cuando alguien haga algo amable por ti, toma un momento para agradecerle sinceramente. La gratitud no solo beneficia tu propia perspectiva, sino que también fortalece las conexiones con quienes te rodean, creando un ambiente más positivo en tus relaciones personales.

2. Fomentar la resiliencia

La resiliencia es una habilidad fundamental para afrontar los retos con optimismo inteligente. Para desarrollar la resiliencia, primero debes cambiar tu percepción de las dificultades. En lugar de verlas como obstáculos insuperables, considéralas como oportunidades para crecer. La resiliencia implica aprender a adaptarte a situaciones cambiantes y enfrentar la adversidad con una mentalidad abierta.

Una forma de fomentar la resiliencia es establecer metas a corto y largo plazo. Estas metas actúan como faros que te guían a través de las dificultades. Cuando te enfrentes a obstáculos, recuerda tus metas y visualiza el logro que representan. Esto te ayudará a mantenerte enfocado en tus objetivos y a superar los problemas con determinación.

Otro aspecto importante de la resiliencia es el autocuidado. Asegúrate de cuidar de tu bienestar físico y emocional. Esto incluye descansar lo suficiente, mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y buscar actividades que te relajen y te brinden satisfacción. Un cuerpo y una mente saludables son fundamentales para mantener una perspectiva optimista y enfrentar los problemas con éxito.

3. Cultivar el autocuidado

El autocuidado es esencial para mantener una actitud optimista y saludable. A menudo, nos descuidamos a nosotros mismos debido a las demandas del trabajo, la familia y otras responsabilidades. Sin embargo, dedicar tiempo para cuidar de tu cuerpo y tu mente es fundamental para cultivar el optimismo inteligente.

Una de las formas más efectivas de practicar el autocuidado es establecer una rutina. Esto incluye asegurarte de dormir lo suficiente, comer alimentos nutritivos y hacer ejercicio regularmente. El sueño, la alimentación y la actividad física son pilares fundamentales de tu bienestar físico y emocional. Cuando cuidas de estos aspectos, te sientes más enérgico, enfocado y emocionalmente equilibrado.

Además de los aspectos básicos del autocuidado, es importante encontrar tiempo para actividades que te brinden placer y relajación. Dedica tiempo a tus pasiones e intereses, ya sea leer un libro, practicar un deporte, tocar un instrumento o disfrutar de un baño relajante. Estas actividades te ayudan a recargar tus energías y a mantener un estado de ánimo positivo.

4. Practicar la empatía y la comprensión

La empatía y la comprensión son componentes clave del optimismo inteligente en el ámbito de las relaciones interpersonales. Practicar la empatía implica ponerse en el lugar de los demás y comprender sus sentimientos y perspectivas. Esto fortalece las conexiones emocionales con quienes te rodean y promueve un ambiente más positivo en tus relaciones.

Para practicar la empatía, escucha activamente a las personas que interactúan contigo. Presta atención a sus emociones y muestra interés genuino por lo que tienen que decir. Evita juzgar o criticar rápidamente y en su lugar, busca comprender sus puntos de vista y necesidades.

La comprensión también es esencial en el contexto del optimismo inteligente. Reconoce que cada persona tiene sus propias luchas y problemas. En lugar de apresurarte a juzgar o criticar a alguien, busca comprender su situación y ofrecer apoyo cuando sea necesario. La comprensión mutua fortalece las relaciones y contribuye a un entorno más positivo en el que todos se sienten valorados y respetados.

5. Establecer metas realistas

El establecimiento de metas es una parte esencial de la vida, pero es fundamental que estas sean realistas y alcanzables. El optimismo inteligente implica establecer objetivos que supongan un reto pero viables. Cuando te fijas metas realistas, tienes más posibilidades de alcanzarlas, lo que aumenta tu sentido de logro y autoeficacia.

Al establecer metas, ten en cuenta tus recursos y limitaciones actuales. Evalúa si tienes las habilidades y los conocimientos necesarios para alcanzar tus objetivos o si necesitas desarrollar nuevas habilidades. Divide tus metas en pasos más pequeños y manejables para facilitar tu progreso y celebra tus logros a medida que avanzas.

Es importante recordar que el éxito no siempre es lineal, y es posible que encuentres obstáculos en el camino. El optimismo inteligente te anima a ver estos obstáculos como oportunidades para aprender y crecer en lugar de como fracasos inevitables. Mantén una mentalidad de crecimiento y ajusta tus metas según sea necesario para seguir avanzando.

6. Enfocarse en soluciones

Cuando te enfrentes a problemas o dificultades en la vida cotidiana, en lugar de centrarte en los obstáculos, busca soluciones. El optimismo inteligente se basa en la creencia de que siempre hay una manera de superar los problemas. En lugar de caer en la desesperación o la queja, enfócate en la búsqueda de soluciones constructivas.

Una forma eficaz de abordar problemas es utilizar un enfoque paso a paso. Desglosa el problema en componentes más pequeños y abordables. Esto te permitirá abordar cada aspecto por separado y desarrollar estrategias específicas para resolverlo. Además, busca la ayuda de personas de confianza o profesionales si es necesario. A menudo, contar con el apoyo de otros puede ser invaluable en la búsqueda de soluciones efectivas.

El optimismo inteligente también implica aprender de las experiencias pasadas. Reflexiona sobre situaciones anteriores en las que hayas enfrentado retos y considera qué estrategias funcionaron y cuáles no. Esta retroalimentación te ayudará a desarrollar un conjunto de herramientas más sólido para abordar problemas futuros de manera eficaz.

7. Practicar la autocompasión

El optimismo inteligente también se aplica a la forma en que te relacionas contigo mismo. La autocompasión es un aspecto crucial de este enfoque. A menudo, somos más críticos y duros con nosotros mismos de lo que seríamos con un amigo que enfrenta dificultades. La autocompasión implica tratarte con amabilidad y comprensión, reconociendo que todos cometemos errores y enfrentamos momentos difíciles.

Una forma de cultivar la autocompasión es ser consciente de tu diálogo interno. Presta atención a cómo te hablas a ti mismo cuando enfrentas dificultades. ¿Te estás criticando severamente o te estás ofreciendo apoyo y comprensión? Trata de cambiar los pensamientos negativos por afirmaciones más amables y compasivas.

Además, recuerda que cometer errores es parte de la vida y una oportunidad para aprender y crecer. En lugar de castigarte por los errores, busca lecciones y oportunidades de mejora. La autocompasión te ayudará a mantenerte en una actitud optimista y constructiva incluso cuando enfrentes problemas personales.

El optimismo inteligente es una valiosa perspectiva de vida que combina la positividad con el realismo. A través de la práctica del optimismo inteligente, podemos experimentar una serie de beneficios significativos para nuestra salud mental y bienestar emocional. Esto incluye la reducción del estrés y la ansiedad, la construcción de resiliencia, la mejora de nuestras relaciones interpersonales, el aumento de la motivación y el bienestar emocional, así como el fortalecimiento de nuestra salud física y la toma de decisiones.

* Ángel Rull, psicólogo.