MWC 2024

Asistentes virtuales y relojes GPS con detector de caídas: la tecnología facilita el cuidado de los ancianos en su casa

EL PERIÓDICO conmemora los 18 años del MWC en Barcelona con una serie de contenidos sobre el certamen y la tecnología que marca el futuro de la industria y de la sociedad

La telemedicina permite que Bruno, con fibrosis quística, esté ingresado en su casa: "El hospital te consume"

MULTIMEDIA | El hospital en casa: el covid-19 aumenta el 42% la hospitalización domiciliaria en Catalunya

Un paciente del Hospital Vall d'Hebron recibe una llamada de la asistenta virtual Lola.

Un paciente del Hospital Vall d'Hebron recibe una llamada de la asistenta virtual Lola. / HOSPITAL VALL D'HEBRON

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"¿Se ha puesto el respirador por la noche? ¿Le ha resultado fácil colocárselo?". La que habla al otro lado del teléfono es Lola. La voz es tan humana que parece real, pero Lola es, en realidad, la cuidadora virtual del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Una suerte de asistenta destinada a cuidar de personas mayores con alguna patología crónica, principalmente apnea del sueño o insuficiencia cardiaca. Lola está programada para hacer un seguimiento de estos pacientes, controlar que están bien, evitarles visitas innecesarias al médico y, algo no menos importante, reducir la carga de trabajo de estos últimos.

Lola es un ejemplo de cómo la telemedicina, bien dirigida y siempre bajo supervisión de un facultativo, ayuda a cuidar de los pacientes y, más en concreto, de las personas mayores. Hay otro que se citará a lo largo de este reportaje: un reloj con GPS para ancianos con un botón de emergencia y un detector de caídas. Y, en paralelo, los hospitales, impulsados por el covid-19, han comenzado a desarrollar programas de seguimiento a distancia de enfermos.

Uno de los retos de la tecnología es acercarse a los ancianos con propuestas que no les resulten estigmatizantes

Lola, la asistenta virtual

"La asistenta virtual Lola está basada en un algoritmo de inteligencia artificial y es útil para esos pacientes mayores a los que les dan el alta y que luego se tienen que desplazar muchas veces al hospital para comprobar que todo va bien", explica la dermatóloga Anna Sala, que es miembro de la Comisión de Innovación del Campus Universitari Vall d'Hebron.

Esta asistenta virtual, que funciona desde hace un año, rompe con la brecha digital que muchas veces sufre la tercera edad. Estos pacientes no necesitan entrar en internet ni descargarse ninguna 'app'. Basta con que tengan su móvil con sonido. "Lola llama por teléfono, a un día y una hora previamente programadas, y hace varias preguntas. El paciente debe hablar con ella normal y corriente, como haría con cualquier sanitario".

Lola está basada en el procesamiento del lenguaje natural de las personas. En función de cómo se han contestado las preguntas, Lola sabe si el paciente está bien o no. Si sale algún ítem alterado, se programa automáticamente una visita presencial con el médico o enfermera. ¿Y cuáles son estos ítems? "Cada patología -cuenta Sala- tiene varias preguntas. Por ejemplo, a los pacientes con apnea se les pregunta si se han puesto la máquina CPAP por la noche, o si les ha costado o no ponérsela. Es lo mismo que se les preguntaría en una visita presencial".

Como explica esta médica, con Lola se pretende conseguir también reducir las visitas médicas que no tienen valor. "Si todas las preguntas salen bien, te ahorras una visita al hospital. Nos fijamos sobre todo en las adherencias al tratamiento, si hay síntomas, si el paciente se encuentra bien. Y, en función de estas respuestas, volvemos a hablar o a vernos en tres meses", añade. Lola se ha utilizado, de momento, en pacientes de más de 75 años (todos con apnea o insuficiencia cardiaca), algunos de los cuales son dependientes, pero Vall d'Hebron prevé extrapolarla a otras enfermedades y pacientes más jóvenes.

Durcal, el reloj que detecta caídas

Se llama Durcal por Rocío Dúrcal y sus creadores buscaban así generar una complicidad con sus usuarios: las personas mayores. Durcal es un reloj GPS de teleasistencia: detecta caídas y tiene un botón de emergencia; funciona las 24 horas. La empresa, del mismo nombre, nació en Barcelona durante la pandemia.

"El reloj Durcal es un dispositivo adaptado a la gente mayor. Queríamos buscar una solución que no fuese estigmatizante. No es un 'smartwatch', sino algo muy sencillo de usar. Además de dar la hora, gracias al GPS la familia sabe dónde está la persona. Tiene un botón de emergencia y un detector de caídas que, en 20 segundos, avisa a los servicios de emergencia", explica Guillem Viladomat, CEO de Durcal. Solo en 2023, en toda España, Durcal hizo 720 rescates reales y localizó a 20 personas desaparecidas o caídas que tenían enfermedades como alzhéimer.

Geriatras como Jordi Mascaró, del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), ya se lo recomiendan a sus pacientes con problemas cardiacos, pérdida de memoria o que viven solos. Dúrcal cuesta 19 euros al mes: el dispositivo no tienen ningún coste ni se paga ningún tipo de permanencia.

Precisamente la Cruz Roja, que acaba de celebrar su VIII Edición de los Premios Tecnología Humanitaria, ha otorgado el primer galardón a Showee, una ducha eco-inteligente que aglutina características la asistenta virtual Lola y el reloj Durcal. Showee incorpora un detector de caídas, un asistente virtual y un control intuitivo mediante pantalla táctil y voz además de cromoterapia y aromaterapia.

El final de vida, en casa

El covid-19 impulsó la telemedicina y hospitales como el del Mar (Barcelona) han aprovechado para consolidar programas de asistencia telemática. Este centro sanitario hace un seguimiento a distancia de pacientes con ventilación mecánica y esclerosis lateral amiotrófica (ELA). La gran mayoría tiene más de 65 años. El Servicio de Neumología vio la necesidad de "digitalizar" a sus pacientes. ¿Por qué? "Porque muchos vienen de fuera", responde Marta Hurtado, jefa de del Servei d'Atenció al Ciutadà del Mar. Y, también, porque otros muchos prefieren pasar el final de su vida en casa.

Así, la telemedicina permite saber si el paciente con ventilación mecánica, desde su domicilio, se pone bien la mascarilla gracias a que estos datos se envían a la nube. Además, el programa también incluye videollamadas. "Antes venían cada 4 o 6 meses al hospital; ahora, una vez al año", explica la neumóloga Juana Martínez. Las videollamadas les permiten detectar antes problemas que antes veían cuando llegaban al servicio de urgencias. "Por ejemplo, antes, en urgencias, veíamos lesiones en la cara por ponerse mal la máscara, ahora lo detectamos antes con la videollamada", añade.

El objetivo es, también, que los pacientes estén más tiempo en su domilicio, lo cual mejora su bienestar. Por ejemplo, en el caso de los enfermos con ELA, es "muy difícil" (por la silla, el ventilador) trasladarlos al hospital en su final de vida. Muchos prefieren pasarlo en casa, algo que telemedicina facilita.

Suscríbete para seguir leyendo