En desacuerdo con el convenio

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Beatriz Pérez

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No solo de médicos está hecha la sanidad y eso lo ha demostrado este martes la huelga, principalmente, de enfermeras, pero también de otras categorías profesionales (como auxiliares y administrativos, entre otros) del Institut Català de la Salut (ICS), empresa pública que aglutina al 80% de los centros de atención primaria (CAP) y ocho hospitales catalanes. Dos manifestaciones (una solo de enfermeras, convocadas por el sindicato Infermeres de Catalunya, que llamó a facultativas tanto del ICS como del Siscat, la sanidad concertada) y otra de enfermeras y resto de perfiles profesionales solo del ICS (convocada por cinco sindicatos minoritarios) han logrado cortar el centro de Barcelona este martes durante más de dos horas. Y, sobre todo, ha impactado en la atención primaria, que no ha podido sacar adelante la actividad programada (y no urgente), como por ejemplo vacunaciones, porque no había enfermeras. La protesta continuará este miércoles, con la segunda jornada de huelga.

La movilización, que incluye a administrativos y auxiliares, pone de manifiesto la gran desconexión con el sindicato mayoritario Satse, que se ha desmarcado de la protesta

A las 10 horas ha arrancado una manifestación en la plaza de Catalunya (la de Infermeres de Catalunya) y otra en la sede del ICS (en Gran Via con Balmes). Ambas han confluido en la Via Laietana y han transcurrido juntas hasta la plaza de Sant Jaume, frente al Palau de la Generalitat, sobre las 12 horas del mediodía. Protestaban los trabajadores por el preacuerdo del nuevo convenio laboral firmado por la Conselleria de Salut y el sindicato de enfermeras mayoritario, Satse, pese al rechazo de la gran mayoría de facultativas e incluso colegios profesionales.

Los CAP han funcionado a medio gas y no han podido sacar adelante la actividad programada (y no urgente) porque no había enfermeras

De hecho, la huelga ha puesto sobre la mesa otra realidad: la gran desconexión entre las enfermeras y Satse, el sindicato con más peso del colectivo y el que tiene más representación. La movilización ha logrado reunir a unas 2.500 personas según la Guàrdia Urbana, y 4.000 enfermeras según el sindicato Infermeres de Catalunya. Según Salut, con datos del 71% de todos los centros, la huelga ha tenido un seguimiento del 8,2% en el turno de mañana y del 10,6% en el turno de tarde.

Los CAP, a medio gas

Aun así, el impacto de la huelga ha podido verse a primera hora de la mañana principalmente en los CAP, que han trabajado solo con el 25% de la plantilla de enfermeras, y no tanto en los hospitales. El CAP Raval Nord, uno de los más masificados de Barcelona, estaba bastante vacío pasadas las 9. En la entrada únicamente había dos administrativas, las de servicios mínimos. 'Los administrativos también somos esenciales', rezaba una pancarta en la entrada. "La gente está muy enfadada", comentaba una limpiadora que no podía hacer huelga porque era parte de una subcontrata.

La recepción del CAP Raval Nord, este martes, sin apenas administrativos, que también estaban de huelga.

La recepción del CAP Raval Nord, este martes, sin apenas administrativos, que también estaban de huelga. / Jordi Otix

"Yo vine a hacerme mi cura diaria pero mi enfermera está de huelga", comentaba Judith, una joven, desde este centro de salud. Por eso la han mandado a las urgencias del mismo CAP. La actividad urgente está garantizada pese a la huelga. "Yo tuve una angina de pecho hace unas semanas y he visto cómo enfermeras y auxiliares hacen todo el trabajo. Entiendo mucho su huelga", comentaba Isabel, otra paciente que este martes acudió a las urgencias del CAP Raval Nord.

Ramon Almirall, de 73 años, también se ha visto afectado por el parón de las enfermeras. Almirall había acudido esta mañana al CAP Manso a ponerse la segunda vacuna del herpes zóster, pero su enfermera estaba de huelga. Le han dicho que llame el día 14 (la huelga de los cinco sindicatos minoritarios es de dos días, martes y miércoles, pero Infermeres de Catalunya ha llamado a una huelga indefinida). Estaba molesto por ello, pero Ramon apoya la huelga. "Esta gente cobra una miseria", explicaba a este diario.

"He visto cómo enfermeras y auxiliares hacen todo el trabajo. Entiendo mucho su huelga"

Isabel

— Usuario del CAP Raval Nord

En la otra punta de Barcelona, en el CAP Besòs, incluso los médicos han apoyado la huelga enfermera de este martes. "Aquí los médicos hacemos también huelga en solidaridad con el resto del equipo. No se pueden mejorar las condiciones de unos [los médicos] y dejar a los otros igual o con una mejora ridícula", explicaba a este diario la médica del CAP Besòs Meritxell Sànchez-Amat.

Ramon Almirall, paciente que hoy no pudo vacunarse en Manso por la huelga.

Ramon Almirall, paciente que hoy no pudo vacunarse en Manso por la huelga. / JORDI OTIX

Agravio respecto a los médicos

Cánticos, música y petardos retumbaban esta mañana en la Gran Via al arrancar la manifestación frente a la sede del ICS. "El preacuerdo del nuevo convenio laboral es clasista. A los médicos les suben 15.000 euros al año y a nosotras, 1.700", se quejaba Emma Solís, enfermera del CAP Sant Andreu. Junto a ella se encontraba Miquel Alonso, administrativo en el CAP Manso, que consideraba "totalmente injusto" que a los médicos les subieran tanto el sueldo. "Los administrativos cada vez tenemos más responsabilidades", decía Alonso. Los administrativos fueron quienes, en la pandemia, hicieron de 'gestores covid', una figura que ya no existe. 'Lo essencial és invisible als ulls', se leía en un cartel que sujetaba, muy cerca, una joven.

"El preacuerdo es clasista: a los médicos les suben 15.000 euros al año y a nosotras, 1.700"

Emma Solís

— Enfermera del CAP Sant Andreu

Enfermeras, auxiliares y administrativos, que jugaron un papel tan clave durante la pandemia de covid-19 (sobre todo las enfermeras, encargadas de diagnosticar, hacer test, vacunar, cuidar a los pacientes), tienen la sensación de haber sido totalmente olvidados. Las enfermeras, por ejemplo, siguen sin ser consideradas categoría A1 (son A2), como los médicos, pese a que desde 2010 son graduadas y ya no diplomadas. Esta es una de las principales reivindicaciones de las enfermeras.

"Lo de Satse es indignante. Están vendidos", se quejaban dos comadronas. "Las comadronas somos la única especialidad de enfermería que no se paga", lamentaban Raquel Martínez y Ester Cerro, del CAP Badalona. "Si fuéramos hombres y estuviéramos trabajando a cargo de los órganos masculinos se nos reconocería", reflexionaba Cerro. Piden que se les suba un 13% el sueldo, igual que ha subido el IPC.

La manifestación baja por Via Laietana.

La manifestación baja por Via Laietana. / Jordi Otix

"A las auxiliares no nos han subido nada el sueldo. Y desde la pandemia tenemos más competencias", se quejaba Carmen Andreu, auxiliar en el CAP Adrià. "Hacemos mapas, espinometrías, electros, domicilios... Somos el estamento más bajo", añadía. "En la pandemia nos hemos comido de todo. Y nuestro aumento ha sido de cero aumento al mes", se quejaba también la administrativa Nela Quiñones, del CAP Pare Claret.

La enfermera de urgencias Arantxa Chávez, del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti, de Badalona) ha venido a manifestarse en su tiempo de descanso. "Los de urgencias somos tan pocos, que siempre somos servicios mínimos. Trabajé de noche y ahora estoy aquí en mi tiempo de descanso", ha dicho. Todos ellos volverán a verse este miércoles las caras en la segunda jornada de huelga.