Sanidad pública infrafinanciada

Una menor acaba con peritonitis por falta de ecógrafos en fin de semana en Terrassa

El padre explica que su hija acudió con síntomas de apendicitis pero la enviaron a casa con indicaciones de volver el lunes

Una niña muere de peritonitis tras ir 3 veces a urgencias sin hacerle pruebas

Rubí - Norah Cruz Fiel en su casa con sus padres David Vruz i su madre Mónica Fiel - La niña fue un sábado al Hospital de Terrassa con un dolor abdominal muy fuerte. Era sospecha de apendicitis pero en fin de semana no tenían ecógrafos y le dijeron que volviera el lunes. Regresó el lunes y ya era peritonitis: en vez de una laparoscopia, tuvieron que abrirla para limpiarla. La niña ahora está bien - Foto Anna Mas

Rubí - Norah Cruz Fiel en su casa con sus padres David Vruz i su madre Mónica Fiel - La niña fue un sábado al Hospital de Terrassa con un dolor abdominal muy fuerte. Era sospecha de apendicitis pero en fin de semana no tenían ecógrafos y le dijeron que volviera el lunes. Regresó el lunes y ya era peritonitis: en vez de una laparoscopia, tuvieron que abrirla para limpiarla. La niña ahora está bien - Foto Anna Mas / Anna Mas

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

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La madrugada del sábado al domingo 15 de enero, David Cruz llevó a Norah, su hija de 15 años, a las urgencias del Hospital de Terrassa porque la menor se había despertado a media noche con "mucho dolor abdominal". Los médicos la examinaron y parecía que todo estaba bien. "Me dijeron que podía ser que estuviera ovulando. Pero, como no presentaba ni fiebre ni vómito, la mandaron a casa y le prescribieron calmantes", cuenta Cruz, que ha enviado una carta a la sección Entre todos de EL PERIÓDICO para denunciar su caso.

Sin embargo, justo al salir del hospital, en la puerta de las urgencias, la niña vomitó. "Volvimos a entrar y le hicieron una analítica. Le salió un poco de anemia", dice el padre. Había sospecha de que fuera una apendicitis (la inflamación del apéndice), pero el cuadro clínico de esta dolencia es, en sus inicios, muy inespecífico y difuso.

Por eso, para saber si se trata de apendicitis, a los pacientes se les realiza una ecografía, pese a que esta prueba no siempre es concluyente. "El hospital nos dijo que, para confirmar o descartar una apendicitis, necesitaba una ecografía, pero que no tenían ecógrafos [los técnicos que hacen ecografías] durante el fin de semana. Y que no podían molestar a un cirujano porque no podían confirmar el diagnóstico, ya que no se podía hacer esa prueba", señala Cruz, vecino de Rubí.

Sin otra opción, la familia volvió a casa. "Nos dijeron que volviéramos el lunes si Norah seguía mal, que ya habría ecógrafos". Y así fue: el lunes, la niña ya tenía fiebre y vómitos recurrentes. Acudió al hospital y la ecografía confirmó la apendicitis. La operaron de urgencia. "A la salida del quirófano nos dijeron que le había explotado el apéndice y que era peritonitis. Aunque en el informe final que nos dieron no pone 'peritonitis', sino 'apendicitis aguda gangrenosa con exudación purulenta", cuenta Cruz.

Semanas después, ya recuperada la hija, el padre vio el caso de la niña de 12 años de València que falleció de una "peritonitis purulenta" tras haber ido hasta tres veces al hospital, donde nadie le diagnosticó ni le realizó ninguna prueba médica. Fue ahí cuando Cruz decidió escribir a este diario y contar lo que le ocurrió a él. "Vi lo de València y me asusté. Me recordó a lo de mi hija. Todos sabemos cómo puede acabar una apendicitis que no se cura", explica. Aunque la menor ahora está bien, después de la operación estuvo una semana ingresada, ya que "la tuvieron que abrir", pues no le pudieron realizar una "laparoscopia" por lo mal que estaba.

Preguntado por este diario, el Hospital de Terrassa asegura que en fin de semana, y "en función de la patología del paciente, el equipo asistencial indica la pauta a seguir en el mismo centro o si es necesario se deriva, como en el caso de una ecografía compleja, al Hospital Parc Taulí de Sabadell". Sin embargo, Cruz asegura que a su hija nadie la derivó a Sabadell. El Hospital de Terrassa elude hablar sobre el caso de esta paciente por cuestiones de "privacidad".

Protocolo de actuación

El cirujano pediátrico del Hospital Vall d'Hebron (Barcelona) Carles Giné advierte de que, desde que ocurrió el caso de la niña de València, a las urgencias del centro no dejan de llegar personas con dolores abdominales que temen padecer una apendicitis, algo que luego muchas veces se descarta. Giné llama a la calma.

"La apendicitis tiene un proceso evolutivo. Al principio la clínica intestinal es muy inespecífica, pero se va a haciendo más grave", cuenta Giné. A menudo se confunde con una gastroenteritis, pero la apendicitis tiene todo un protocolo de actuación.

Cuando un niño llega a urgencias con sospechas de apendicitis, lo primero que hace el equipo de pediatría es valorarlo. "La mayoría de dolores no son apendicitis. Cuando hay duda, se avisa a los cirujanos. Y, si sigue habiendo dudas, hacemos una ecografía. Si la ecografía es concluyente, operamos. Si no, enviamos al niño a casa, pero debe volver al día siguiente si sigue encontrándose mal", explica este cirujano.

Mejora de las ecografías

La apendicitis suele "ir a más" a las siete u ocho horas. En los últimos años, las ecografías han mejorado mucho, pero no siempre permiten ver el apéndice. "Si no se ve completamente el apéndice, hacemos dos cosas: en caso de que el paciente esté clínicamente bien, lo dejamos en observación y lo reevaluamos a las seis u ocho horas con otra analítica. Pero, si está sintomático y hay dudas razonables de que sea apendicitis, le hacemos un TAC, que tiene una sensibilidad del 100%", cuenta.

¿Y por qué no se les realiza a todos un TAC? "Porque el escáner genera radiaciones ionizantes importantes y en los críos puede causar cáncer radio-inducido. Por eso intentamos reducir mucho estas pruebas". Giné asegura que la mayoría de retrasos en los diagnósticos se deben a que el paciente se queda en casa aguantando el dolor y vienen a los dos o tres días con situaciones complicadas.

La peritonitis es una afección grave que se produce cuando no se trata a tiempo la apendicitis. "Si dejas evolucionar la apendicitis y se perfora, provoca una infección en el resto del abdomen y es un cuadro potencialmente muy grave", concluye Giné.

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