Gestión de recursos públicos
El hospital covid del Moisès Broggi está vacío y sin enfermos por la falta de personal
Salut levantó este edificio anexo en 2021 para "dar respuesta" a la pandemia, pero dos años después sus 56 camas de uci permanecen inutilizadas porque no hay enfermeras
Beatriz Pérez
Periodista
Responsable del área de sanidad/salud de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA desde 2018. Durante este tiempo, entre otras cosas, he hecho el seguimiento de la pandemia de covid-19.
En 2021, en plena pandemia, Catalunya levantó cinco edificios anexos a cinco grandes hospitales del territorio para ampliar sus camas de críticos y semicríticos. Se construyeron, en apenas cuatro o seis meses a lo sumo, en el Hospital de Bellvitge, el Germans Trias i Pujol (Can Ruti, en Badalona), el Arnau de Vilanova (Lleida), el Parc Sanitari Pere i Virgili (gestionado por Vall d'Hebron, en Barcelona) y el Moisès Broggi (Sant Joan Despí). Se anunciaron como solución al colapso que supuso el covid-19 en la primera ola, en un momento en que el virus aún azotaba con fuerza. Pese a esas promesas, dos años después, el hospital satélite del Broggi está vacío y no atiende a ningún enfermo por falta de personal sanitario.
El máximo exponente de este modelo fue el Hospital Isabel Zendal en la Comunidad de Madrid (150 millones), mientras que Catalunya optó por cinco hospitales satélite (75 millones todos ellos, la mitad que el madrileño). En su momento fueron presentados con entusiasmo por la Conselleria de Salut (entonces la titular era Alba Vergés) y por el 'president', Pere Aragonès, quien destacaba el "tiempo récord" en que eran levantados. "Esto es fortalecer el sistema de salud, dar respuesta al covid, pero pensado también en el postcovid, en qué necesitará el sistema de salud", decía en abril de 2021 Vergés en la inauguración del hospital satélite del Moisès Broggi. Costó 16 millones de euros.
Sin embargo, el edificio anexo de este hospital comarcal (el cual da servicio a 12 municipios del Baix Llobregat y está dentro de la región sanitaria metropolitana sur) ya lleva más de un año sin rastro de pacientes. Se utiliza algunos días de la semana para vacunar del covid y se hacen en él algunas pruebas complementarias, como TAC. También tiene un laboratorio.
Pero no hay enfermos ingresados y las camas de críticos y semicríticos permanecen en la segunda planta sin utilizarse. Salas y espacios vacíos mientras las urgencias del Moisès Broggi están repletas de pacientes en los pasillos. Detrás de este ejemplo de cuestionable gestión de dinero público se esconde otra realidad: la falta de médicos y, sobre todo, de enfermeras, pues son ellas quienes cuidan a los pacientes críticos. La carencia de sanitarios es el mayor reto que afronta el sistema sanitario público catalán.
La situación del hospital satélite del Moisès Broggi, que ocupa 4.643 metros cuadrados y dispone de 56 camas para pacientes críticos y semicríticos (que, supuestamente, aumentarían a 74 las camas totales del hospital, "un salto espectacular", dijo entonces Vergés), recuerda a la del Zendal de Madrid, hospital que se levantó en apenas seis meses en el 2020.
Los sanitarios denuncian que, mientras tanto, las urgencias del Broggi están saturadas con pacientes en los pasillos
La presidenta, Isabel Díaz Ayuso, dijo de él, el día de la inauguración, que era "un auténtico pulmón asistencial, una bomba de oxígeno para los profesionales del conjunto de hospitales madrileños". Pero la realidad distó mucho de sus palabras: el Zendal estuvo prácticamente vacío en 2022, también por la falta de sanitarios. Solo hace pocos días, la Comunidad de Madrid comenzó a derivar pacientes al Zendal por el colapso de las urgencias de otros centros.
Falta de enfermeras
Sindicatos y médicos ya advirtieron en su momento de la falta de médicos y enfermeras, por mucho que se levantaran hospitales satélite. Que de nada servía construir nuevas infraestructuras si no hay manos.
En lo peor de la pandemia, el hospital satélite del Moisès Broggi se utilizó para enfermos críticos con covid. Eran momentos en que, por ejemplo, los anestesistas pasaron a trabajar como intensivistas, se cerraron quirófanos igual que muchas consultas de urgencias y gran parte de las enfermeras fueron trasladadas a las ucis. Ocurrió en todos los hospitales.
Sin embargo, una vez bajó la gravedad y todo se comenzó a recolocar, el anexo del Broggi comenzó a vaciarse de pacientes. Una recepcionista y apenas cuatro personas esperando para hacerse un TAC estaban este miércoles en este edificio, donde no hay sanitarios ni movimiento. Es un edificio fantasma.
"El año pasado solo se hizo en él vacunación covid y algún TAC. No hay profesionales y, sobre todo, no hay enfermería. Y, si no tienes enfermeras, no puedes tener camas en ucis: son ellas quienes están con los pacientes, quienes les dan la medicación", apuntan fuentes médicas del Moisès Broggi a este diario.
Urgencias saturadas
Todo esto, además, contrasta con la situación que viven las urgencias de este hospital. "Los pasillos están llenos y los niveles de carga son insoportables. Faltan camas y por eso hay gente en los pasillos. Hay enfermeras en urgencias que llevan a 22 pacientes cada una", añaden estas fuentes.
En Catalunya faltan alrededor de 24.000 enfermeras, según el sindicato Satse. "Hay una falta de enfermeras importantísima en todo el sistema sanitario", como reconocen también médicos de urgencias de otros hospitales. "En una planta convencional, necesitas una enfermera para cada ocho pacientes. En semicríticos, una por cada cuatro. Y en críticos [las ucis], una por cada dos", explican.
Fuentes de la dirección del Moisès Broggi confirman a este diario que actualmente en estas instalaciones anexas hay un TAC en funcionamiento y, "en breve", habrá una resonancia magnética. "Hay un plan funcional para el edificio y se está adaptando la estructura para la actividad que vaya allá según el plan funcional: hospital de día y gabinetes de pruebas, para liberar espacios en el edificio antiguo", añaden.
El resto de hospitales satélite
La situación del hospital satélite del Arnau i Vilanova, en Lleida, también es denunciada por sus sanitarios, pese a que es diferente de la del Moisès Broggi. "Vacío no está. Pero no hay pacientes ingresados. Hay cuatro plantas, que se utilizan para radiología, vacunaciones de covid, consultas de oncología y hospital de día de oncología, o pacientes crónicos", dicen fuentes de Metges de Catalunya. "De este edificio se dijo que podrían ingresar a críticos, semicríticos y pacientes covid, y nunca se utilizó para esto". Ocupa 4.816 metros cuadrados, costó 12,5 millones y se levantó en 18 semanas.
No ocurre lo mismo en el hospital satélite de Can Ruti (14 millones), que se está utilizando entero y que cuenta con una uci y con un hospital de día polivalente. Aunque médicos de este centro reconocen la "falta general de sanitarios", sí valoran positivamente que el centro haya puesto "en plantilla" a facultativos que tenían contratos temporales durante el covid.
Bellvitge también está utilizando su hospital satélite (14,5 millones) para tratar a pacientes respiratorios procedentes del servicio de Neumología. Y el del Parc Sanitari Pere i Virgili (el edificio Garbí, dependiente de Vall d'Hebron, 18 millones) atiende a pacientes oncológicos que permanecen ingresados, además de hacer tratamientos de radioterapia y TAC.
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