Continuidad generacional

Verano de 'cerrojazos' del comercio de Sabadell y Terrassa: se despiden locales históricos por falta de relevo

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Comercio en el centro de la ciudad de Terrassa, en la calle de Sant Pere

Comercio en el centro de la ciudad de Terrassa, en la calle de Sant Pere / Josep Garcia

Clàudia Mas

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La debilitación del comercio de proximidad en el contexto de la globalización y transformación del sector es uno de los grandes retos que afrontan las ciudades. Tanto ayuntamientos como negocios locales luchan por su supervivencia en un complejísimo contexto con una tendencia que va en detrimento del pequeño comercio.

Los últimos meses en las cocapitales del Vallès Occidental, Sabadell y Terrassa, son buena muestra de ello. En tan solo dos meses, al menos siete históricos comercios locales han cerrado o prevén cerrar. 

“Las tendencias están cambiando. La falta de relevo generacional y el comercio en línea nos han hecho mucho daño”, reconoce Josep Maria Farràs, de 81 años, propietario de la centenaria tienda de música de Terrassa, Casa Farràs (1916). Un comercio emblemático que en setiembre bajará su persiana. El aún propietario, que adquirió el negocio de su padre, asegura que “sus hijos no se han interesado nunca por la tienda y que, además, los números salen en rojo”. Así, la falta de continuidad, junto al cambio de hábitos del cliente, ha abocado al cierre definitivo de la tienda. 

El de Farràs no es un caso excepcional. Así, este verano se ha producido una oleada de cierres concentrados en los centros las urbes. En Terrassa, las panaderías Torres (1917) y la Rasa (1951), junto a la icónica tienda de papelería Gusi (1927), ya han pasado a la historia egarense.  

En Sabadell, en cambio, han cerrado sus puertas: La joyería y relojería Borrell (1949), la tradicional herboristería la Campana (1948), y la Llar del Llibre (1957), que cierra uno de sus dos locales, concretamente el del paseo de la Plaça Major. También lo hará, en setiembre, la histórica tienda de electrodomésticos, Milar Brunet (1945).  

“Nos toca despedirnos de nuestro hogar”

El presidente de la Comisión de Comercio Interior de la Cambra de Comerç de Sabadell, Josep Maria Porta, explica que se trata de una “conjunción de este verano” de aquellos comerciantes herederos de un negocio familiar, y a los que "ahora les toca jubilarse". Porta llega a la conslusión que "sus hijos no quieren asumir esta responsabilidad” y, además, “no les interesa”.

Así lo explica el propietario de la ya histórica joyería y relojería de Sabadell, Ricard Borrell, quien cerró la tienda el pasado 21 de julio, en modo celebración: "Se termina un modelo de comercio: el tradicional, el pequeño, el familiar", exponía en una entrevista en EL PERIÓDICO, un día antes de su cierre.

El propietario llegaba a la siguiente conclusión: “Los comerciantes de los años setenta estamos surfeando una ola de cierres, ni los hijos, ni los nietos, nos siguen los pasos. Ha cambiado la mentalidad”.

El propietario de la relojería Borrell se despide del negocio

El propietario de la relojería Borrell se despide del negocio / Ángel García

En la misma situación en la que también se ha encontrado, Antoni Maria Brunet -propietario de la tienda Milar Brunet y uno de los impulsores de la marca pionera Milar- quien vivió una época de esplendor en 1974 cuando abrieron ocho comercios en diferentes localidades de la región metropolitana (Cerdanyola, Ripollet, Badalona y Sant Feliu del Llobregat, dos en Sabadell y dos en Barcelona).

Sin embargo, con el paso del tiempo y hasta día de hoy se han ido cerrado, fusionado o trasladado. “Ahora toca despedirnos de la más emblemática, la de nuestro hogar: Sabadell”, explica el propietario ante un momento tan histórico como emotivo. Lo hace con “satisfacción” por una marca nacida de “una intensa vocación hacia nuestro negocio”. Él, es uno de los cuatro hermanos Brunet, los que han dedicado toda su vida el negocio: “Cuando vimos que no teníamos descendencia, decidimos ir cerrando todas las tiendas”.

De todos modos, Antonio Maria Brunet explica que si hubieran encontrado una substitución, el negocio podría haber seguido adelante, ya que “los números del grupo salían bien”, explica.

Tienda de la cadena Milar se fusionará con otra 

Tienda de la cadena Milar / Josep Garcia

“¿Una ciudad sin comercios?”

“¿Cómo serían las calles de Terrassa sin comercio?”, se pregunta Xavi Linares, presidente de Terrassa Centre. Pues sería una “ciudad sin luz”, se responde a él mismo con un tono enfurecido, pero a su vez esperanzado con el consumo ‘responsable’ de la sociedad y con la valentía de los comercios aún “vivos”.  

Por su parte, a Jordi Obradors, gerente de Sabadell Comerç Centre, no le preocupa la “falta de oferta comercial en la ciudad", ya que explica que rápidamente serán sustituidos, y, con total seguridad, explica que en cuestión de medio año "abrirán de nuevo los locales en manos de otros propietarios".

Sin embargo, Obradors pone el foco en el tipo de empresario que se marcha: “Nos deja una forma de hacer y de implicarse en la ciudad. Nos marcha una sustancia intangible: el trato y sobre todo la estima por sus calles y su clientela”. Asegura que todos los propietarios que marchan “sentían una estricta responsabilidad en su negocio y hacia la ciudad. Es un hecho que las ciudades pagaremos caro”.

Así, la portavoz de la Cambra de Comerç de Terrassa, Fanny Novell, tilda el "relevo generacional" y la búsqueda de rentabilidad del comercio minorista como "dos de los principales retos de este ámbito de actividad en el Vallès", para no perder unas "costumbres valiosas". 

La otra cara de la moneda

Ante una situación complicadísima del comercio local de ambas capital del Vallès, Aina Recordà y Maria Bajona, de 37 y 38 años, deciden "afrontar un gran reto" para aportar su "granito de arena en el comercio de Sabadell".

Así, han cogido el relevo a un icónico comercio de Sabadell, Estripa’m, una tienda nacida en 1988 ubicada en el número 103 de la Rambla de Sabadell, que anunciaba esta primavera su cierre por “jubilación”.

Bajona, una de las ya propietarias, explica que abre con ilusión esta nueva etapa “todas las casualidades nos han venido de cara” y por este motivo cogemos el tren de “uno de los mayores desafíos de nuestras vidas".

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