Historias de compra-venta

Un usuario estrella de Wallapop en Barcelona: "He vendido más de 4.000 artículos en 10 años"

Xavi Corbellini comenzó como particular a raíz de una mudanza y acabó restaurando y revendiendo profesionalmente desde la App

Barcelona, el gran zoco de Wallapop: los datos más curiosos y los productos estrella

Xavier Corbellini, uno de los usuarios estrella de Wallapop en la provincia de Barcelona, en su 'show room', donde vende objetos que suele restaurar y reciclar.

Xavier Corbellini, uno de los usuarios estrella de Wallapop en la provincia de Barcelona, en su 'show room', donde vende objetos que suele restaurar y reciclar. / Jordi Cotrina

Patricia Castán

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Literalmente, a Xavi Corbellini Wallapop le cambió la vida. Andaba en plena mudanza hace 10 años cuando se enteró de que acababa de irrumpir una app que facilitaba la venta de artículos usados. Tenía que desprenderse de varias cosas y las colgó sin pensarlo. "Enseguida lo vendimos todo", rememora, empezando por una mesa de centro y una lámpara.

Ignoraba que aquel descubrimiento desembocaría primero en un 'hobby' (comprar, reparar o customizar y revender), y finalmente le llevaría a ir aparcando su profesión de ingeniero de sonido para centrarse en esta pasión por la "segunda vida" del mobiliario y los objetos de decoración. Hasta sumar más de 4.000 artículos vendidos desde la pantalla de su móvil, entre los perfiles que ha tenido hasta crear su marca.

Para Wallapop es uno de los usuarios estrella en la provincia de Barcelona, y también en Catalunya. Fue de los primeros en registrarse pero también de los más activos. La aplicación revolucionaba el concepto de la venta de segunda mano entre particulares y abrió un mundo de posibilidades a pequeños emprendedores, como fue su caso. Corbellini recuerda que a medida que su adicción por dar nueva funcionalidad a los objetos crecía, su vida también daba un giro. Empezó en el garaje de su casa, siguió con un local pequeño (y ya con ventas en el Mercantic de Sant Cugat) y acabó con un 'show room' en dos naves (700 metros cuadrados) en Mataró.

Al principio compraba y vendía, después de restaurar las piezas, hacerlas brillar de nuevo, fotografiarlas, describirlas y volcarlas en la gran ventana de Wallapop. Luego, al convertirlo en profesión, empezó a adquirir mercancía en otros países porque la compra a particulares no le permitía las necesarias facturas para desarrollar una actividad económica. Pero durante años las ventas han tenido su principal tentáculo en la app, nacida en Barcelona y que acaba de cumplir su 10º aniversario. Ahora suponen el 40% de su actividad con @llavavintage, estima.

Al principio, ventas de proximidad

"Mi negocio no habría surgido seguro" sin usar esta aplicación, dice. A él no le costó porque tenía rodaje como comprador de e-Bay. Además, al principio Wallapop no incluía envíos y "las ventas eran muy de proximidad, casi en el barrio", de modo que los compradores tenían pocos recelos porque veían la mercancía antes de cerrar el mínimo trato.

Por entonces, Xavi ejercía de director técnico de los festivales de música más potentes de Barcelona, como experto en sonido e iluminación, profesión que ahora solo ejerce puntualmente. Estaba cansado de viajar y de no tener tiempo para sus familiares y amigos. Así que acabó volcándose en el asunto del reciclaje de mobiliario y la venta, junto a su pareja, que es interiorista. Ahora, "con horarios libres", también comercializan piezas nuevas a medida, pero siempre de materiales ecológicos y sostenibles, fieles a la filosofía original de su actividad.

Xavier Corbellini, uno de los primeros usuarios de Wallapop en Barcelona, en su 'show room', con algunas de sus piezas 'vintage'.

Xavier Corbellini, uno de los primeros usuarios de Wallapop en Barcelona, en su 'show room', con algunas de sus piezas 'vintage'. / Jordi Cotrina

Los tres estilos de piezas recuperadas en los que se ha especializado en esta década hiperactiva son 'vintage' de mitad de siglo XX, industrial y retro de los años 80 y 90 con 'look' antiguo'. Mesas, bufets, muebles de TV y lámparas son los superventas. Por ello, haber vendido más de 4.000 piezas solo desde el móvil tiene el mérito añadido del volumen y precio. "No es lo mismo que vender discos, o cosas de tres euros".

Corbellini es un todo terreno que gestiona todo el proceso, incluso la difusión por las redes sociales, pero asume que semanalmente pasa horas zambullido en Wallapop, donde cada día añade fotos y responde a una quincena de peticiones. Porque más allá de la venta directa, esa fórmula le brinda un escaparate para colocar otras muchas. "Vienen al 'show room' a mirar o comprar algo, y entonces se suelen llevar más cosas que descubren allí". También le ha librado de tener la esclavitud de una tienda: solo queda in situ con los compradores que le contactan, y para los que no se atreven a ir a mirar un producto y tal vez no comprar, hacen puertas abiertas el primer viernes, sábado y domingo de cada mes.

Consejos para la venta

Desde hace tiempo dejó de ser un usuario particular (y gratuito) de la App, para pasar a la versión Pro (profesional), donde por una mensualidad los anuncios no caducan, puedes añadir foto grande en el perfil, presentar tu Instagram, tener destacados, gestionar promociones y "añadir fiabilidad porque tienen tus datos", sintetiza.

¿Algún consejo para los que tratan de vender lo que ya no usan o piensan en redecorar las repúblicas de sus casas? "Descripciones muy completas, con medidas, detalles y estado" para minimizar entrar en chats de preguntas y conversar solo con verdaderos interesados.

Xavi no sabe de sobredosis: sigue comprando también a nivel particular. Cuenta que ese día se ha hecho, para su casa, con una batería de juguete y un jarrón alto de mimbre. La tentación está a un clic.

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