Cruasanes de mascarpone, cheesecakes y focaccias en un templo quesero de Barcelona

¿Sigue estando de moda la tarta de queso? Algo me dice que el pico de la fiebre ya está superado, pero que nadie se confíe: el cheesecake sigue estando ahí, en la carta de todos los restaurantes y cafeterías de especialidad. De hecho, la tarta de queso sigue generando negocios que la colocan sin rubor en el centro de su heráldica. Cheesebakers es uno de los más recientes.  

Resulta complicado definir este espacio. El queso es la argamasa que da sentido a un collage dulce-salado en el que puedes encontrar de todo: desde cruasanes a focaccias. No obstante, el rey de reyes en este oasis quesero parecer ser el cheesecake artesanal. El día que visito la tienda, me encuentro con dos estilos: el vasco (quemado por fuera, cremoso por dentro) y el japonés (textura de esponja). Y hay variaciones para todo tipo de paladares: brie, cabra, Mahón, azul y chocolate, para la hinchada vasca; mascarpone, matcha y chocolate, para la nipona...

Pruebo el japonés de chocolate y sí, está rico y golosón. Puedes consumir porciones individuales, y si te va la marcha, puedes darle fuerte a la oferta de porción + copa de espumoso por 7 euros. Si en casa te esperan con hambre, te llevas la tarta entera y aquí queso y después gloria. 

Pero no todo son cheesecakes en esta casa. Recorro las vitrinas y me topo con una mezcla de bollería de calidad y fantasías con queso. Me dicen que los cruasanes de mascarpone lo petan. Detecto pan suizo con queso y jamón, focaccia de parmesano, focaccia de quesos, tablas de quesos, galletas de parmesano, y una bodega nada despreciable para darle algo más de chispa a la caprichosa ingesta. Absteneos, creyentes: uno de los sitios del Eixample donde más fácil resulta pecar. 

Cheesebakers. Bailén, 154. Instagram.com/cheesebakersofficial/

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