Toma pan y moja

Aquí se vende una de las mejores palmeras de Barcelona

No es ni un horno ni una pastelería: es un refugio. Un histórico. Su pan de payés y de Sant Jordi han ganado premios

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Palmera del Forn del Passeig.

Palmera del Forn del Passeig. / O. B.

Òscar Broc

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Mientras en el núcleo duro de Barcelona florecen las pastelerías d’auteur e inventos con menos esperanza de vida que una mosca, como el croffle, en la periferia de la ciudad, la bollería no cede ante la pamplina, antes al contrario, se reafirma en su encarnación más tradicional y ‘nostrada’, gracias a escuderías históricas como el Forn del Passeig. No es ni un horno, ni una pastelería: es un refugio

Con varios espacios repartidos por Sant Andreu y otras zonas periféricas, este negocio familiar destaca, ahora más que nunca, por su compromiso con la artesanalidad de lo antiguo. 'La feina ben feta’ desde 1964. Por algo su pan de payés y de Sant Jordi han ganado premios. La tienda del paseo Fabra i Puig, 140 es una regresión a las panaderías a las que ibas con los yayos, con una bolsa de tela que se llenaba de barras y pastas. Huele a bollería catalana de toda la vida y sus ejemplares en vitrina están a la altura de la fragancia.  

Las palmeras del Forn del Passeig son legendarias. Imperfectas en su forma, todas distintas y con un aspecto apetitoso: las señales externas son muy positivas. Pero la fiesta se desata cuando le hincas el diente a su masa extra crujiente, con la carga justa de azúcar caramelizado, con el sabor profundo y duradero que tenían las 'ulleres' cuando se las respetaba años ha. Merecen entrar en el podio de las mejores de Barcelona: están cien veces más buenas y son cien veces más baratas que el dichoso New York Roll.  

Cruasán de chocolate del Forn del Passeig.

Cruasán de chocolate del Forn del Passeig. / O. B.

Y en mi bolsa de tela introduzco también otro de los iconos de la casa, un cruasán de chocolate a la catalana que parece un panzer y del que pueden comer dos humanos perfectamente. Enorme, denso, con una masa que es pura manteca y se muestra incapaz de contener las paladas de chocolate del relleno. Puntas redondeadas y recubiertas de una costra de chocolate crocante que hundiría el 'Titanic'. La verdad está ahí fuera, sí, en Sant Andreu. / P. Fabra i Puig, 10. P. Fabra i Puig, 140. Avda. Meridiana, 420. P. Onze de Setembre, 43-45. P. Maragall, 336. Horta, 67.

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