Dos restaurantes donde comer lasañas top en Barcelona

Todavía recuerdo la lasaña del desaparecido Sorrento, la mejor que he probado en mi vida, un grial que se perdió con el cierre de un restaurante de otra galaxia. Desde entonces, he buscado esa lasaña por todas partes y no he podido encontrarla. Quizás por eso, siempre he sido enormemente tiquismiquis con este plato. En mi cruzada lasañera, he probado cosas que nunca creeríais; no obstante, en este periplo lleno de piedras, he encontrado piezas que se le acercan. 

Cuando me apetece una lasaña tradicional, todos los caminos me llevan a las alturas de la ciudad. En la encrespada calle Homer se esconde un pequeño restaurante italiano que me vuelve majareta. Es L’Italiano Perso (Homer, 18) y sus cinco mesitas mal contadas vibran con los espectaculares platos de pasta y la lasaña boloñesa, tan elegante, melosa y placentera que acabas haciendo pucheritos. La salsa de tomate, la ternera y la mozzarella bailan en perfecta armonía. 

Y si la lasaña de L'Italiano Perso es un vals, la lasaña de la Señora Dolores (Marqués Campo Sagrado, 27) es puro rock’n’roll. El chef de Perpiñán Mathieu Pérez se ha inventado un bar de barrio, con frituras de autor y vinos naturales, que no tiene parangón en Barcelona. Sus churros de patata (elaborados con una máquina churrera de verdad) son el icono de una carta cambiante en la que se practican locuras deliciosas. Una de ellas, la lasaña frita. Una lasaña con una costra de rebozado que le añade toneladas de sensualidad y aguanta la explosión rojiblanca de su interior laminado. Y nada aceitosa, pero te chuparás los dedos igualmente.  

Suscríbete para seguir leyendo