Café a precio de caviar: 5 euros por un espresso en Barcelona, por Òscar Broc

Dicen que es por los nómadas digitales que han elegido Barcelona como base de operaciones. La Derecha del Eixample ya se ha rendido a su bolsillo. Y si no, que se lo pregunten a Carles Huguet, el propietario del Bar Bruselas, que bajó la persiana hace poco, harto de ver cómo el barrio se estaba convirtiendo en un 'amusement park' para expats con mucha pasta en la cartera.

Cierra 83 años después la Granja Bruselas, el templo de la merienda en el Eixample

Dejo atrás la avalancha de restaurantes de brunch de la zona, con los lamentos de Huguet reverberando en mi sesera, y me dirijo al Gòtic en un acto de masoquismo inexplicable. Por alguna razón, decido meterme en la cafetería de diseño que ha sustituido al extinto Satan’s Coffee Corner. 

Barcelona en peligro

Observo la lista de precios del nuevo local y tengo que frotarme los ojos con estropajo: 3,5 euros por un flat white, 4,5 euros por un cold brew, 5 euros por un doble espresso con el café especial del mes, con notas de miel, cereza y yo qué sé más… No detecto a un solo cliente local; mesitas y barra acogen un amplio abanico de clientes extranjeros que no parecen escandalizados por las cifras astronómicas y sorben felices su café a precio de caviar. 

Esta Barcelona empieza a dar miedo. Es una Barcelona que vive muy por encima de sus habitantes, en una esfera solo al alcance de unos pocos que depredan su historia y espíritu con la misma sonrisa con la que pagan casi 4 euros por un café en el Gòtic, 5 euros por una caña pésimamente tirada en la Nova Icària o 19 euros por una tostada de aguacate en el Eixample. Y las voces de alarma ya avisan de que la infección está alcanzando el barrio de Gràcia. Habrá que volver al carajillo del bar de abajo antes de que se convierta en una eco friendly zero waste vegan brunch specialty coffee shop para content creators. Dejad que respire.

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