Entrevista

Montse Bizarro: "A los jóvenes nos han prometido cosas que nunca se van a cumplir y al final eso acaba afectando a la salud mental"

La escritora presenta su primera novela, una historia que narra la complejidad de las relaciones humanas a través de unas protagonistas que luchan por comprender un mundo que en ocasiones puede ser hostil y violento

Entrevista a la escritora Montse Bizarro

Entrevista a la escritora Montse Bizarro / Adrián Quiroga / EPC

Abril Rocamora

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Montserrat Bizarro Amat (Barcelona, 1994) acaba de publicar su primer libro, 'Mañana ya no hablaremos de nada' (Almadia). En él explora la Barcelona contemporánea a partir de la relación entre Mar y Lorena, caracterizada por la inestabilidad emocional, las conductas autodestructivas y la necesidad de hallar un equilibrio en sus redes afectivas y su propia comprensión del mundo.

¿Cómo nace esta historia?

De manera autobiográfica. Tuve una relación bastante tóxica y me interesaba explorar la complejidad de este tipo de relaciones a nivel psicológico. Esa intermitencia de ‘ahora nos alejamos, ahora nos acercamos’, 'por qué seguimos juntas si parece que esta relación no beneficia a ninguna de las partes'… No quería hacer tampoco un maniqueo de ‘este personaje es un ángel y este otro el villano malvado’. Quería explicar cada gesto, cada mirada, ver qué nos tiene atrapadas en este tipo de relaciones y mostrar que el abuso también puede darse en personas que aparentemente nos quieren o que a veces nos tratan bien.

¿Y la documentación?

Sobre todo he sido autodidacta. Creo que en la literatura siempre se ha hablado de la locura de una forma un poco genérica y superficial, a veces sin hablar con los implicados en primera persona y quería abordarlo en profundidad. Hay que saber cuáles son los pensamientos que provocan estas emociones desagradables y por qué se mantienen ciertas conductas. Mostrar cómo es la mente de una persona obsesiva, con ansiedad y con fobia social.

Entrevista a la escritora Montse Bizarro

Entrevista a la escritora Montse Bizarro en el Parque de la Oca, uno de los espacios que aparecen en la obra / Adrián Quiroga / EPC

La salud mental está muy presente en la novela, ¿por qué?

No tenía un objetivo moralizante porque al final los personajes muchas veces actúan mal, tienen actitudes autodestructivas… No es un libro sobre cómo tienes que actuar en la vida, sería casi al contrario. Quería exponer cómo pueden vivir un grupo de personas concretas, con problemas de salud mental, que viven en los márgenes y que están sufriendo mucho.

Y buscan evadirse a través de las drogas...

Y tienen conductas tóxicas, sí. Muchos jóvenes tienen trabajos precarizados, viven en casa de sus padres hasta los 30 años y jamás podrán pagar una hipoteca. Hay ciertas personas que recurren a conductas dañinas en su día a día porque no saben cómo será su futuro, porque les han prometido cosas que nunca se van a cumplir y todo esto al final acaba afectando a la salud mental.

Hay una frase en la que habla de “estudiar lo que no soy para parecer intelectual”, ¿existe una tendencia a querer ser aquello que no somos?

En el caso de la protagonista, creo que sobre todo esta frase parte de la inseguridad, de la falta de autoestima y de la necesidad de encajar con lo que ella cree que la sociedad espera de ella. Como que desde pequeña le han reforzado que es una persona inteligente, que es brillante a nivel intelectual y ella se agarra a eso porque cree que así la van a querer y va a encontrar su lugar en el mundo. Es una perspectiva un poco triste porque es como una búsqueda desesperada de la propia identidad a través de lo que otros han visto de ti, pero sin preguntarte si eso es lo que eres tú en realidad. Creo que existe una tendencia a querer ser aquello que no somos, pero esto muchas veces parte del miedo o de no querer decepcionar a la gente que quieres.

En la escuela catalogaban a Mar, la protagonista, como “una persona con una imaginación desbordante”. Estos centros son puntos clave en la formación de una persona, ¿tu libro es un toque de atención?

Me gusta ver a Mar como una persona neurodivergente, una mujer autista, por ejemplo, que no ha sido diagnosticada correctamente en la infancia y esto hace que vaya acumulando problemas de salud mental, diagnósticos psiquiátricos, quizá algunos erróneos y algunos no, y que tenga esa sensación constante de que no encaja en el mundo y no sabe quién es. En la escuela se empieza a formar nuestra identidad, tenemos nuestros primeros vínculos, se construye la autoestima y si somos personas neurodivergentes, o muy sensibles o no normativas en algún sentido, y no recibimos un acompañamiento adecuado por parte de padres, profesores o cuidadores, es posible que tengamos problemas de salud mental y que acabemos viendo el mundo como un lugar hostil y lleno de violencia.

Es como una búsqueda desesperada de la propia identidad a través de lo que otros han visto de ti, pero sin preguntarte si eso es lo que eres tú en realidad

¿Y los lazos de amistad?

Cada personaje libra sus propias batallas y sobrevive como puede, pero al final se remarca mucho esa lealtad de los amigos, la necesidad de apoyarte en ellos en momentos difíciles, en el día a día e incluso simplemente para ser felices. Deberíamos tener una actitud más empática, más compasiva, alejarnos del punitivismo y comprender qué está ocurriendo a nivel de contexto socioeconómico para entender por qué la gente joven está sufriendo tanto.

¿Cómo?

Hay que derribar las barreras sociales y estructurales que impiden desarrollarse plenamente a personas neurodivergentes, y no tanto señalarlos o juzgarlos. Hay una cierta crítica capitalista, sobre todo en la edad adulta, que hace que nos centremos mucho en el trabajo, en el núcleo de la familia tradicional monógama, en las responsabilidades… Al final no es una crítica a las personas que hacen esto, sino al sistema capitalista que solo te deja tiempo para el trabajo y las responsabilidades, y descuidamos a los amigos, que son fundamentales.