Dos decretos del Gobierno

El giro final de Junts que salva a Sánchez descoloca al PP

Los populares daban por segura una derrota parlamentaria muy dura para el presidente en el arranque del año y la postura final de Puigdemont fue una decepción a pesar del "esperpento" de legislatura que prevén a partir de ahora

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el pleno de los decretos del Gobierno

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el pleno de los decretos del Gobierno / Eduardo Parra

Paloma Esteban

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las caras de los diputados del PP cambiaron en cuestión de segundos. Después de toda una mañana y parte de la tarde en la que parecía que Junts tumbaría los decretos del Gobierno y el revés para Pedro Sánchez sería muy duro, el partido de Carles Puigdemont decidió salvar al Ejecutivo en dos votaciones clave: el decreto llamado ‘ómnibus’ del Ministerio de Justicia y el que contenía la extensión de medidas anticrisis. Una negociación secreta ‘in extremis’ con contrapartidas importantes (eliminando un artículo que ponía en riesgo la aplicación de la ley de amnistía o consiguiendo competencias en materia de inmigración, entre otras cosas) hizo dar un giro a Junts.

Fue un jarro de agua fría para los populares cuando contaban con una derrota parlamentaria para Sánchez que iba a ser inmensa. El Gobierno consiguió sacar adelante dos votaciones y solo fracasó la del Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz por culpa de Podemos. Aún así, y a pesar de la decepción por la “supervivencia de Sánchez” según reconocían varios diputados, el PP considera que el pleno vivido ayer en el Senado es “un esperpento” con difíciles comparaciones en democracia.

Nunca hemos visto empezar así una legislatura. Tampoco hemos visto que se traslade la soberanía nacional fuera de España, que se negocie a escondidas o se traspasen competencias a un Gobierno autonómico en materia de inmigración a última hora”, resumía un miembro de la dirección nacional. 

Alberto Núñez Feijóo también compareció en la Cámara justo antes de que se produjeran las votaciones y sabiendo que finalmente dos decretos saldrían adelante. Lo hizo para restar importancia a ese resultado y poner todo el foco en “el ridículo” y “el mercadeo” del Gobierno con los intereses generales, reprochando haber perdido la prerrogativa de decidir cuánto durará la legislatura.

El resumen de lo que el PP piensa fue muy claro por boca del líder conservador: “Aterra pensar lo que será cada semana en esta legislatura”. La sensación de que cada votación será “un calvario” la llevaban anticipando los de Feijóo desde hace semanas. Pero comprobarlo en el primer pleno del año ratificó que la demostración de fuerza de Junts será constante.

Fuentes del PP ya avanzaron también que estudiarán llevar al Tribunal Constitucional varios aspectos de los acordados entre el Gobierno y los independentistas, empezando por el traspaso de competencias en materia de inmigración, que genera muchas dudas al PP por lo que implica que un gobierno autonómico controle sus propias fronteras.

También se plantean recurrir la supuesta urgencia del real decreto ley que incluía la digitalización de la Justicia en España, con aspectos que no entrarán en vigor hasta 2025. “Pues menuda urgencia. Es un abuso constante”, zanjaban fuentes populares.

La ofensiva del PP continuará tras el pleno de los decretos. En Génova están convencidos de que haber salvado dos votaciones no exime al Ejecutivo de una realidad muy complicada de soportar. Y entienden, además, de que “la derrota ya se ha producido” por el “camino tortuoso” que el Gobierno ha tenido que sufrir hasta salvar sus decretos. “La exhibición más que nunca de que solo manda y gana Puigdmont ha quedado clara. Toda España sabe quién tiene la sartén por el mango”, insistían diputados conservadores.

Sin embargo, y a pesar del discurso de crítica, el PP contaba este miércoles con empezar el año con una primera victoria de oposición viendo la derrota de Sánchez que, al final, no se produjo. La apuesta de un perfil bajo durante la primera parte de la sesión, dejando que el Gobierno “se cociera en su propia salsa” e incluso la preparación de un relato sobre la “imposibilidad de que la legislatura continuará” se esfumó.

Aún así, reconocen fuentes de la dirección, la apuesta discursiva pasará en todo momento por dejar claro que "una inestabilidad de estas dimensiones es inaceptable" y que el país no puede verse sometido a "chantajes semanales" por el camino elegido por el presidente del Gobierno con sus socios.