Crisis educativa y del agua

PSC y Junts hurgan en la minoría de Aragonès: "¿Hasta cuándo piensa aguantar esta agonía?"

Aragonès cita a los partidos para aprobar medidas educativas que reviertan los malos resultados de PISA

El Govern afea al PSC que ponga los macroproyectos como condición para los presupuestos

Simó descarta un plan de choque tras los resultados PISA: "Hay que volver a lo básico"

El president Pere Aragonès y el líder del PSC y jefe de la oposición, Salvador Illa, este miércoles en el Parlament

El president Pere Aragonès y el líder del PSC y jefe de la oposición, Salvador Illa, este miércoles en el Parlament / QUIQUE GARCÍA / EFE

Sara González
Carlota Camps
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La oposición aprieta al Govern a cuenta de la crisis del agua y la crisis educativa. Sin embargo, no ahoga. Porque ni el PSC ni Junts hacen referencia ni a una eventual moción de censura ni a la convocatoria de elecciones. El retrato de este miércoles en el Parlament es el de un Govern que, pese a los incendios que intenta sofocar con su minoría, está convencido de poder aprobar nuevos presupuestos y agotar la legislatura; mientras sus rivales políticos hurgan en su debilidad sin capacidad para articular una alternativa. Entre bambalinas, cuestionan que Pere Aragonès esté en condiciones de continuar su mandato hasta febrero de 2025. En público, nadie osa reclamar que se apriete un botón rojo cuya onda expansiva alcanzaría tanto al Congreso de los Diputados como a las discrepancias internas irresueltas en el partido de Carles Puigdemont.

"¿Hasta cuándo piensa aguantar esta agonía? El país no puede sostener tanta incompetencia", le ha espetado el presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet. Y el líder del PSC y jefe de la oposición, Salvador Illa, ha espetado al president que es "temerario" navegar en solitario para revertir el hecho de estar "en la cola" en materia educativa o en transición energética, además de, a su juicio, vivir "mirando al cielo" por la falta de infraestructuras para hacer frente a la sequía.

La solución: nuevos presupuestos

Lejos de exhibir desasosiego aunque reconociendo las dificultades en múltiples frentes, Aragonès ha replicado que si realmente están tan preocupados por estas cuestiones, la solución es la aprobación de unas nuevas cuentas en 2024, una alianza a la que ERC no renuncia a incorporar a sus exsocios de gobierno más allá del PSC. "Sin presupuestos, toda propuesta que hagamos en el Parlament no sirve para nada, necesitamos presupuestos que habiliten su aplicación", ha espetado recordando que el proyecto económico que está ultimando la conselleria de Economia volverá a ser expansivo. La inversión para el departamento de Educació, ha citado como ejemplo, crecerá "por encima de la media".

A favor del president juega el hecho de que los votos de ERC sean necesarios para Pedro Sánchez en el Congreso y que eso condicione hasta dónde puede llegar Illa como jefe de la oposición. De hecho, la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà, lo ha dejado caer durante una interpelación del PSC en la que ha afeado a los de Illa que pongan como condición para los presupuestos macroproyectos como el Hard Rock, la B-40 o la ampliación del aeropuerto. "Un proyecto estratégico es tener presupuestos. Sí, en plural", ha asegurado.

Una mano tendida pero severa

Un aviso a navegantes para dejar claro que sin el sí del PSC en el Parlament tampoco habrá voto afirmativo de los republicanos. La advertencia ya ha sido entendida como una "amenaza" para los socialistas catalanes, pese a que públicamente han respondido tendiendo la mano al Govern pero reclamándole un volantazo en su gestión. Para empezar, Illa, que ha asegurado que se mordería la lengua en lugar de "hacer sangre" de la situación, ha retado a Aragonès a suspender las medidas anunciadas por la consellera Anna Simó tras el informe PISA hasta que se acuerden con la oposición en la cumbre anunciada por el president.

"No huyo, afrontamos los problemas de cara y buscando acuerdos para salir de situaciones difíciles que nos estimulan a mejorar", ha replicado el president. Más agrio ha sido el intercambio con Junts, a quien Aragonès ha acusado de lanzar "perdigonadas" si tener presente que su partido también tiene "responsabilidad compartida" en carpetas como el plan contra la sequía que se está aplicando o los recortes en educación que los republicanos tratan de revertir.

"Damos respuestas a los problemas y no nos escondemos. Por muy difícil que sea la situación, no abandonamos. Y si ustedes no hubieran abandonado, tendríamos un Govern con una composición muy diferente y sabrían de la complejidad de las decisiones a tomar", ha respondido dirigiéndose a los posconvergentes, con quien el Executiu se reunirá este jueves para explorar hasta qué punto puede ser viable su apoyo a los presupuestos. Los Comuns, por ahora, ponen como condición la renuncia al Hard Rock para explorar la entente, un proyecto que, como la B-40 y el futuro del aeropuerto, Aragonès ha advertido -también mirando a la CUP- de que no forma parte ni de las cuentas ni de la ley de medidas fiscales y financieras.