Comparecencia en el Parlament

Aragonès cita a los partidos para aprobar medidas educativas que reviertan los malos resultados de PISA

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Simó descarta un plan de choque tras los resultados PISA: "Hay que volver a lo básico"

El president de la Generalitat, Pere Aragonès.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès. / David Zorrakino / Europa Press

Sara González
Carlota Camps
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El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha comparecido este miércoles en el Parlament, de forma extraordinaria y alterando el orden del día, para anunciar que convocará a los partidos tras analizar los malos resultados de Catalunya en el informe PISA. El objetivo es sacar adelante con el apoyo del hemiciclo las medidas anunciadas por la consellera de Educació, Anna Simó, para intentar revertir lo que la propia dirigente ha admitido que es una "crisis educativa". La oposición ha agradecido al president que les haya citado, pero le han acusado de ir "tarde" y le han afeado que no haya buscado ese consenso previamente. Especialmente beligerante se ha mostrado el jefe de la oposición, Salvador Illa, que ha pedido al Govern que deje en suspenso estas iniciativas y busque primero el acuerdo con el resto de grupos.

Una semana después de la publicación de los resultados de PISA, que el president ha reconocido sin paliativos como "malos", Aragonès ha descartado las "excusas", ha afirmado que la educación es una de sus "prioridades" y ha defendido que su Govern asume todas las "responsabilidades" para revertir esta situación. Unas palabras para zanjar la polémica sobre la atribución que hizo inicialmente la conselleria a la "sobrerepresentación" del alumnado inmigrante en la muestra, afirmación que fue rechazada después y tachada de "error".

Para el president de la Generalitat, la respuesta no debe pasar por una política de "electrochoques" ni tampoco de "medidas superficiales para cubrir el expediente", sino que ha asegurado que la comunidad educativa necesita "estabilidad" y que no haya cambios políticos constantes. Por este motivo, ha emplazado a los grupos a dejar a un lado los "partidismos" y buscar el "máximo consenso". Aun así, ha asegurado que es necesario estar "dispuestos a hacer cambios" y ha asegurado que su Govern lo está y que será "valiente". Algo que también ha pedido al resto de grupos.

Las medidas del Govern

En este sentido, el Govern ha puesto en valor las medidas anunciadas por Simó, que responden a las conclusiones aprobadas por el Parlament durante el debate monográfico de educación celebrado el pasado mes de junio. Estas pasan por llegar a un pacto de políticas educativas "resilientes", con "dotación económica" para "revertir los recortes de fondo" y que abaste "un mínimo de dos legislaturas". También incluye un "compromiso de país" con el resto de grupos parlamentarios y un pacto "con el mundo local" para trabajar por la gratuidad de 0 a 3 años.

Entre las otras iniciativas que forman parte del plan apuntado por el Govern para revertir la situación, están el "enriquecimiento" de las actividades extraescolares, una mejora "global de la formación de los docentes", más "dotación de recursos" para las aulas de acogida, un plan para "reducir" el abandono escolar -con el objetivo de llegar al 10%-, así como la "recuperación de aprendizajes de las competencias lectoras y matemáticas" y también la "potenciación de la educación afectivo-sexual, la coeducación y la prevención del acoso escolar".

Las críticas de la oposición

El líder de la oposición, Salvador Illa, ha confirmado que acudirá a la cita convocada por Aragonès, aunque ha lanzado un reto al president: "Si quiere que lo hagamos juntos, deje en suspenso las medidas anunciadas por la consellera Simó hasta que hablemos con el Govern". Los socialistas repiten como un mantra que el ejecutivo peca de no tener en cuenta su minoría y tratar de impulsar medidas sin tener el apoyo suficiente de la oposición, cosa que, a su juicio, ha vuelto a suceder con esta crisis.

Su voluntad, ha dicho el líder del PSC, es "constructiva" ante la evidencia de que el rumbo de la educación "no va bien" y que "no es una opción no hacer nada". Illa ha advertido de que hay que actuar "sin precipitación" siendo conscientes de que "las grandes transformaciones se hacen gradualmente" y de que hay que desburocratizar los centros e implicar a los docentes. También Junts ha hurgado en este nuevo frente que se le ha abierto al Executiu y ha reclamado una "rectificación". El presidente del grupo en el Parlament, Albert Batet, ha abogado por un "pacto de país" como el que en su día se tejió para construir el sistema educativo catalán. "Hacen falta medidas estructurales", ha subrayado. 

También la CUP y los Comuns han confirmado que se implicarán en la cumbre, pero sin ahorrarse un discurso duro contra el Govern. El diputado Carles Riera ha apostado por revertir los recortes, invertir el 6% del presupuesto en educación, más recursos para la escuela inclusiva y rebajar las ratios. Jéssica Albiach, por su parte, ha criticado los ocho días de "silencio" del president y su "intento a la desesperada de intentar tapar las críticas", ha cargado contra la segregación que, a su juicio, produce la doble red de escuela pública y concertada y ha señalado como problema la "sacralización" de las pantallas, de la educación por proyectos y competencias, además de considerar que se ha "menospreciado" los libros y memorizar.

"Volver a lo básico"

En una interpelación parlamentaria previa, la consellera Simó ya había defendido que el sistema educativo catalán no necesita un "plan de choque", sino "reforzar" asignaturas como matemáticas y lengua, así como también la compresión lectora: "Hay que volver a lo básico", ha espetado. A su juicio, la solución no pasa "por más horas", aunque no ha desarrollado en qué consistiría su proyecto. Sí que ha defendido que las medidas que ha puesto sobre la mesa no salen de una "chistera", sino que son fruto del trabajo que hace el departamento desde el principio de la legislatura y del pleno monográfico que se celebró en el Parlament.

Según el informe PISA, Catalunya es la segunda comunidad (la primera es la ciudad de Melilla) que más puntuación ha perdido en matemáticas. Ha perdido hasta 21 puntos entre 2018 y 2022. Además, este informe, que analiza el nivel escolar en más de 80 países, también apunta que Catalunya pierde fuelle en compresión lectora y en ciencias, materias que la sitúan a la cola de España y por debajo de la media de la OCDE.