Negociaciones tras el 23-J

La ANC votará si concurre a las elecciones cuando ERC y Junts decidan si invisten a Sánchez

¿Hay espacio electoral en Catalunya para la lista independentista que quiere impulsar la ANC?

Los rostros del cuarto espacio independentista que flirtea con el bloqueo

Manifestación ANC en Barcelona

Manifestación ANC en Barcelona / Marta Pérez / EFE

Carlota Camps

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"Independencia o elecciones". Con este grito, la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, culminó su discurso durante la manifestación de la Diada. Un discurso que no solo fue de crítica y presión a los partidos -como viene siendo habitual a lo largo de la historia de la entidad-, sino que también fue una advertencia y un anuncio de la intención de que la Assemblea se convierta en una nueva opción electoral. Frente a 115.000 personas - según la Guardia Urbana-, Feliu fijó su línea de cara a las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez: exigir al Gobierno que reconozca el 1-O para después pasar a proclamar la independencia en el Parlament. "Si no se atreven, si no saben cómo hacerlo, que den paso a otra gente", avisó Feliu, poniendo de nuevo sobre la mesa la creación de la conocida como 'lista cívica'.

La propuesta, sin embargo, aún necesita ser avalada por los socios. Tal y como consta en la hoja de ruta de la entidad -que fue aprobada por un 76% de los socios en mayo- debería celebrarse una consulta a las bases durante el último trimestre de este año. Sin embargo, la fecha concreta aún no está fijada y, fuentes de la entidad, reconocen que podría retrasarse a principios de 2024, si así lo acuerda en una reunión el secretariado nacional, para esperar a que se aclare el contexto político y ver si, finalmente, ERC y Junts llegan (o no) a un acuerdo con el PSOE para reelegir a Sánchez.

Este punto es importante porque, según sostienen las mismas fuentes, la ANC entiende esta 'lista cívica' como una "herramienta" a desplegar "si los partidos no viran y apuestan por la independencia". Y, ahora, consideran que hay una "oportunidad" de "bloquear la investidura y ponerse de acuerdo con una estrategia para hacer efectiva la independencia". "Si los partidos hacen lo que tienen que hacer y lo que se comprometieron a hacer, la 'lista cívica' no tendría sentido", reconocen. Es decir, consideran que si hay bloqueo a la investidura de Sánchez, y se repiten elecciones, tiene menos sentido activar esta opción electoral que si hay acuerdo.

Los más partidarios de construir esta alternativa electoral tienen pocas esperanzas en que haya el cambio de rumbo que reclaman, pero hay un cierto consenso en esperar a que se resuelva la investidura de Sánchez primero para que la incertidumbre sobre si habrá pacto o repetición electoral, no condicione o impacte en el resultado. Aunque, la decisión de aplazar la consulta siempre deberá ser ratificada por una mayoría del secretariado.

La lista de la discordia

La puesta en marcha de esta 'lista cívica', sin embargo, no genera unanimidad dentro de la entidad y, de hecho, ya provocó hace unos meses una fuerte división interna, que acabó con la dimisión de 13 secretarios y la renuncia del entonces vicepresidente Jordi Pesarrodona. Los críticos acusaron a Feliu de imponer su propio plan y de hacerlo desde el "autoritarismo" y el "abuso de poder". Además, pedían un debate más a fondo sobre la entrada de la ANC como actor electoral, ya que consideraban que entraba en coalición con los estatutos. Todo ello terminó debatiéndose en la Asamblea General Ordinaria (AGO) del pasado mayo, que -a través de enmiendas- introdujo una consulta a las bases sobre la necesidad de crear esta nueva candidatura electoral. El texto final obtuvo el aval de un 76% de los 2.523 socios participantes.

Feliu ya impulsó -y perdió- una consulta sobre si la ANC debía pedir la abstención a las elecciones generales del pasado 23-J. Un 59,71% de los socios que participaron en la consulta lo rechazaron, frente a un 38,67% que estaba a favor.

El cuarto espacio

Más allá de la ANC, hay otros actores que también se plantean concurrir en unas eventuales nuevas elecciones al Parlament de Catalunya abanderando la vía unilateral. Una de ellas es Clara Ponsatí, aún eurodiputada por Junts per Catalunya, pero cada vez más distanciada de su partido y sobre todo de sus compañeros Carles Puigdemont y Toni Comín, por sus críticas sobre su estrategia en el extranjero.

También la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, líder del partido de ultraderecha Aliança Catalana, es una de las figuras emergentes del independentismo unilateralista que amenaza con presentarse al Parlament de Catalunya. Y aún queda el dúo formado por voces críticas con los actuales partidos independentistas como los exdiputados Albano Dante Fachín y Josep Costa, entre otras voces.

Pero aún está por ver si hay alianzas de algún modo entre toda esta amalgama de ideologías y de si hay espacio para ellos en la carrera electoral.

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