Negociaciones de investidura

El PSOE ve más cerca la reelección de Sánchez y se prepara para una legislatura con "pocas leyes"

PSOE y ERC pactan una reforma del reglamento del Congreso para el uso del catalán

Puigdemont: "No hay negociación con nadie ni se ha presentado proyecto de amnistía"

Feijóo pide a Sánchez que le deje gobernar dos años y recibe un 'no' tajante

Sánchez

Sánchez / Manaure Quintero / Bloomberg

Juan Ruiz Sierra

Juan Ruiz Sierra

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los negociadores socialistas siguen empleando el condicional para hablar de la investidura de Pedro Sánchez. “No sabemos cómo van a terminar las conversaciones”, admiten. Pero cada vez son más optimistas. También con Junts per Catalunya, el partido en teoría menos propenso a apoyar la reelección del presidente del Gobierno en funciones, con el que el PSOE, junto a Sumar, ha iniciado una negociación a varias bandas que también incluye a ERC, Bildu, el PNV y el BNG. 

Nada más celebrarse las elecciones generales del pasado 23 de julio, los socialistas estaban exultantes por el fracaso del PP y Vox a la hora de lograr una mayoría absoluta, pero se mostraban divididos sobre lo que pasaría a partir de entonces. Estaban quienes creían que Sánchez sería reelegido, porque nadie salvo la derecha y la ultraderecha quería exponerse a una repetición de los comicios, y quienes, sobre todo en el PSC, conocían más de cerca a Junts y anticipaban que la formación de Carles Puigdemont no colaboraría en la investidura. Pero ahora, después del pacto que permitió la elección de Francina Armengol como presidenta del Congreso, incluso estos se muestran esperanzados. 

“Puigdemont tiene que decidir si quiere ser importante e influir en la política española solo hasta la investidura o durante toda la legislatura. Creemos que ha entendido que le conviene mucho más lo segundo”, señala un alto cargo del socialismo catalán. Los negociadores del PSOE (fundamentalmente el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; la titular de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán) no trataron directamente con el ‘expresident’ de la Generalitat durante las negociaciones del Congreso. Pero no tienen ninguna duda de que la “decisión última” de apoyar a Armengol, a cambio de varias comisiones de investigación y el impulso de la lengua catalana en la UE y el Estado, fue de Puigdemont. Y así continuará siendo si finalmente Sánchez es reelegido. 

La apuesta normativa

Todo, explican los socialistas, pasa por el ‘expresident’, que en 2017 fijó su residencia en Bélgica para no ser juzgado ante el Tribunal Supremo por el referéndum independentista del 1-O. En este sentido, anticipan que la actual legislatura, en el caso de que arranque, y apuestan a que arrancará, no servirá para aprobar muchas leyes.  

“Serán muy pocas”, señalan en la dirección socialista. Salvo colaboración del PP y Vox, que no se espera, todas las iniciativas legislativas necesitarán a Junts, algo que complicará la consecución de acuerdos. No tanto para los Presupuestos Generales del Estado (“ahí al fin y al cabo se trata de dinero”, explican las mismas fuentes) como para el resto de proyectos. En la pasada legislatura, el Gobierno de coalición sacó pecho de su abultada producción normativa. Hubo 215 iniciativas aprobadas: 118 leyes, 96 reales decretos y un real decreto legislativo. Las perspectivas entre los colaboradores de Sánchez no contemplan ni mucho menos un balance similar en los próximos años. 

El propio líder del PSOE es consciente de este escenario, y así lo transmitió a la ejecutiva que su partido celebró el día después de las elecciones generales. Pero en el entorno del jefe del Ejecutivo en funciones rebajan la importancia de su menor capacidad para sacar adelante leyes. Las reformas más importantes, aseguran, ya se llevaron a cabo en el anterior mandato, tanto en el plano económico, con la reforma laboral, la subida del salario mínimo o la reforma de las pensiones, como en el social, a través de iniciativas como la de eutanasia, la ‘ley trans’ o la reforma del aborto. Ahora se trataría de “consolidar” el camino ya iniciado. 

La amnistía

Pero esa será la siguiente pantalla. De momento, el PSOE está volcado en lograr la reelección del presidente en funciones. Frente al relato de Puigdemont, que el jueves aseguró que no existía “ninguna negociación en marcha con nadie”, aunque sí admitió un “diálogo”, fuentes socialistas al tanto de las conversaciones señalan que estas continúan avanzando. 

Sánchez, de hecho, se mostró muy optimista ante los miembros de su ejecutiva el miércoles, día de su reunión con Alberto Núñez Feijóo en el Congreso de los Diputados. Tras explicar el encuentro con el líder del PP, que se dirige inexorablemente al fracaso en el debate de investidura que se celebrará los próximos 26 y 27 de septiembre, el jefe del Ejecutivo transmitió, según fuentes socialistas presentes en la cita, seguridad en el éxito de su candidatura, que será oficial una vez Feijóo obtenga 178 votos en contra y 172 a favor. 

El diálogo con ERC y Junts bascula sobre la despenalización del ‘procés’, con los socialistas abriendo la puerta a una posible amnistía y evitando señalar, a diferencia de lo que decían hace un par de años, que algo así sería inconstitucional. Los colaboradores de Sánchez ya están buscando fórmulas, pero no quieren dar detalles dentro de una negociación marcada por la absoluta discreción. Solo impidiendo filtraciones, dicen, podrán llegar a un pacto con Junts. 

Suscríbete para seguir leyendo