Otra legislatura endiablada

El Rey elige a Feijóo pero el reloj de la investidura sigue parado: ¿quién gana y quién pierde?

El Rey propone a Feijóo como candidato a la investidura pese a no tener los apoyos

EDITORIAL | El Rey activa la investidura

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Calendario / EPC

Jose Rico

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El camino hacia la investidura empieza a despejarse, pero parece que a ritmo lento. El Rey ha activado el proceso al señalar como candidato a Alberto Núñez Feijóo tras constatar que ni el líder del PP ni el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, contaban ahora mismo con los votos suficientes para ser elegidos. La otra incógnita de la jornada no se ha despejado. La fecha del pleno de investidura sigue en el aire, aunque todo apunta a que nadie tiene mucha prisa.

Estas son las 5 claves del endiablado calendario político más inminente.

¿Por qué el Rey ha elegido a Feijóo?

¿Por qué el Rey ha elegido a Feijóo?

El artículo 99 de la Constitución faculta al Rey a proponer al candidato a la investidura "previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso". En esta ocasión, la decisión tenía su enjundia porque el candidato que cuenta con más opciones de sacar adelante la investidura, Sánchez, no es el ganador de las elecciones. Como Feijóo se ha postulado y Sánchez tampoco tiene amarrados los apoyos, el jefe del Estado, en su papel de árbitro, ha optado por elegir al líder del PP con el argumento de que es el candidato más votado en las urnas.

La Casa del Rey ha dejado claros sus motivos en un comunicado: "En todas las elecciones generales, el candidato del grupo político que ha obtenido el mayor número de escaños ha sido el primero en ser propuesto. Esta práctica se ha ido convirtiendo con el paso de los años en una costumbre. En el procedimiento de consultas no se ha constatado, a día de hoy, la existencia de una mayoría suficiente para la investidura que, en su caso, hiciera decaer esta costumbre". Si el líder del PP fracasa en su investidura, como es previsible, entonces el Rey tendría argumentos para proponer a Sánchez, como hizo en 2016 cuando Mariano Rajoy rechazó el ofrecimiento de Felipe VI de intentar ser investido porque no tenía suficientes votos.

¿Cuándo podría ser la investidura?

¿Cuándo podría ser la investidura?

La potestad de poner fecha al pleno de investidura es exclusiva de Armengol, según el artículo 170 del reglamento del Congreso. La presidenta ha asegurado que quiere consensuar la fecha del pleno con Feijóo, y este ha dado a entender que no tiene prisa porque necesita tiempo para atar los cuatro escaños que le separan de la mayoría absoluta. Un objetivo que, salvo sorpresa mayúscula, es prácticamente imposible. La fecha de la primera votación es clave para despejar el posible calendario electoral porque ese día se activa la cuenta atrás de dos meses para investir presidente y evitar nuevas elecciones.

La ley electoral establece que en caso de repetición de los comicios, deben transcurrir 47 días entre la convocatoria y la celebración, lo que significa que fijar ese primer pleno en septiembre comporta el riesgo de afrontar unas elecciones en plenas Navidades. Pero si la primera investidura fallida se vota el 30 de agosto, una hipotética repetición de elecciones caería el domingo 17 de diciembre, esquivando las fechas navideñas. De hecho, uno de los escenarios que se manejaban era convocar un pleno la próxima semana, aunque fuese para una votación fallida. Sin embargo, Feijóo ha solicitado públicamente que se le dé tiempo para negociar y conseguir más apoyos.

¿Cuándo podría ser una repetición electoral?

¿Cuándo podría ser una repetición electoral?

Si la semana que viene no hay pleno de investidura y se pretenden sortear las Navidades, la convocatoria de la primera votación debería retrasarse como mínimo un mes, hasta finales de septiembre o principios de octubre, para evitar que la semana de campaña electoral o la misma cita con las urnas cayesen antes del 6 de enero, día de Reyes. Por ejemplo, si el reloj se activa la primera semana de septiembre, las elecciones podrían ser el 24 de diciembre, Nochebuena. Si empieza a contar la segunda semana de septiembre, los comicios tocarían en Nochevieja. Y si la cuenta atrás se pone en marcha la tercera semana de septiembre, entonces habría que votar en Reyes. Para que el proceso electoral eludiese por completo las fiestas, la primera votación de investidura no debería celebrarse antes del 27 de septiembre.

¿Qué gana y qué pierde Feijóo?

¿Qué gana y qué pierde Feijóo?

Al ser designado candidato a la investidura, Feijóo sabe que tendrá que someterse al parecer del Congreso y, por tanto, tendrá una oportunidad para exponer su programa alternativo al de Sánchez y sus socios. En el mejor de los casos para el PP, en el pleno podrá exhibir el apoyo de 172 diputados, a solo cuatro de la mayoría absoluta. Sin embargo, ese pleno terminará en una votación probablemente fallida, lo que dejará el camino libre al actual presidente del Gobierno para intentar ser reelegido. El hecho de que el reloj de la investidura siga parado, y quizá no se active hasta dentro de varias semanas, le da más margen a Feijóo para buscar apoyos y, por ejemplo, presionar al PSOE y al PNV para que le ayuden. Pero las posiciones parecen bastante inamovibles después de la mayoría exhibida en la constitución del Congreso, y la foto de Vox apoyando a Feijóo como presidente puede reforzar las complicidades entre los socios del PSOE. Además, mientras no corran los plazos, también Sánchez tiene más tiempo negociar, por lo que el escenario de una repetición electoral que diese esperanzas al PP de obtener un mejor resultado se alejaría en el horizonte.

¿Qué gana y qué pierde Sánchez?

¿Qué gana y qué pierde Sánchez?

Tras el éxito conseguido en la votación de la Mesa del Congreso, el presidente del Gobierno le ha ganado otro set a Feijóo porque ahora tendrá más tiempo para articular la complejísima mayoría que desemboque en su investidura. Más tiempo para superar los múltiples escollos que se irá encontrando en la negociación, pero también más tiempo para que los seis partidos a los que tiene que convencer encarezcan el precio de su apoyo. O surjan nuevos obstáculos. Por ejemplo, durante el mes de septiembre deberá aclararse si Armengol puede cumplir su promesa de permitir el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, y el día 19 se conocerá qué futuro le espera a la petición de España de que catalán, euskera y gallego sean oficiales en la UE. Hay muchas dudas de que ambos compromisos pueden materializarse a corto plazo, con el posible enfado consiguiente de ERC y Junts. La concreción de la amnistía a los encausados por el 'procés' es otra patata caliente. A diferencia de Feijóo, el hecho de no tener aún una fecha tope le permite a Sánchez negociar con menos presión.

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