Poder supramunicipal

ERC se suma al gobierno de la Diputación de Barcelona presidido por el PSC

Lluïsa Moret, presidenta de la Diputación de Barcelona con un gobierno de PSC, Comuns y díscolos de Junts

Así trató Junts de no perder la Diputación de Barcelona: de los contactos con el PP a la disputa por Ballart

Junts se queda con un poder institucional residual pese al segundo puesto en las elecciones del 28-M

La presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Boi, Lluïsa Moret

La presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Boi, Lluïsa Moret / QUIQUE GARCÍA / EFE

Sara González
Carlota Camps
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ERC se suma al gobierno de la Diputación de Barcelona presidido por la alcaldesa socialista de Sant Boi, Lluïsa Moret, según ha podido saber EL PERIÓDICO. La decisión se hace pública justo dos días después de las elecciones generales, un movimiento que implicará que el partido de Oriol Junqueras lleve conjuntamente la batuta de la institución con el PSC, los Comuns y los díscolos de Junts tras cuatro años criticando la alianza de los posconvergentes con los socialistas en el anterior mandato.

Los republicanos, que compensan con la asunción de peso institucional dos reveses consecutivos en las urnas, ostentarán dos vicepresidencias y cuatro áreas en el pleno de cartapacio que se celebrará este miércoles. Una responsabilidad con la que completa su presencia en el gobierno de las cuatro diputaciones, además de presidir dos de ellas: Tarragona y Lleida. Los posconvergentes, que se quedan fuera del órgano de control, tendrán una "vicepresidencia institucional", una figura de representación pero sin poder ejecutivo.

ERC ha argumentado su entrada en el gobierno de la diputación por la "pluralidad política" que lo compone. "Queremos devolver a la Diputación el espíritu de ser un ayuntamiento de ayuntamientos, el eje tractor que debe ser ejemplo para las políticas innovadoras, políticas de servicio y de proximidad, y para ser un referente del municipalismo más avanzado y progresista", han asegurado en un comunicado. Moret, por su parte, ha celebrado que el gobierno de la diputación se consolide como "amplio, plural y de progreso". Y los Comuns han aprovechado la ocasión para defender que esa es la fórmula de gobierno que quieren tanto para el Ayuntamiento de Barcelona como para España.

La entente, en cambio, ha caído como un jarro de agua fría en Junts, que ha puesto en "duda la honestidad" de ERC a la hora de hacer un frente común independentista para pactar la investidura de Pedro Sánchez. Así lo ha advertido el portavoz de la formación, Josep Rius, que ve el movimiento como una "pinza entre ERC y PSC para intentar destruir a Junts". Los posconvergentes han acusado a sus exsocios en el Govern de haber pactado por la "puerta de atrás" y de haber intentado "esconderlo" hasta después de las elecciones del 23-J para que no les perjudicara en las urnas. Los republicanos perdieron más de 400.000 votos respecto al 2019.

Las críticas han llegado también desde las propias filas republicanas. El alcalde de Arenys de Munt, Josep Sànchez, y el exalcalde y concejal de Llançà Guillem Cusí han cargado en las redes sociales ante lo que consideran una falta de coherencia del partido porque hasta el pasado 28 de mayo ERC había cargado contra Junts por haber hecho lo mismo en el anterior mandato con Núria Marín como presidenta. Cabe decir que los posconvergentes tenían prácticamente cerrado con el PSC la reedición del pacto en esa institución y que fue la jugada con la que los socialistas lograron arrebatarle la alcaldía a Xavier Trias lo que cambió el guion sin unanimidad interna.

En el gobierno de las 4 diputaciones

Ahora, con su incorporación al gobierno de la de Barcelona, los republicanos están en el órgano que rige las cuatro diputaciones, dos de ellas, las de Tarragona y Lleida, ostentando la presidencia con un acuerdo con el PSC, un poder institucional con el que tratan de compensar el correctivo sufrido en las urnas y preparar los cuarteles de invierno por si, llegado el momento, cae también la presidencia de la Generalitat. Por contra, Junts tiene solo la presidencia de la de Girona, la úncia en la que ha cuajado una alianza independentista. Los entes supramuniciapales suponen siempre una suculenta inyección de recursos para los partidos y los municipios en los que gobiernan.

Fue en el pleno de constitución del ente que ERC ya preparó el terreno para el movimiento que hoy ha consumado. "Mano tendida, colaboración y diálogo. No miremos atrás, iniciamos una nueva etapa y toca construir basándonos en la confianza y el entendimiento sin dar vueltas a cosas que ya no nos llevan a ningún sitio", dijo el pasado 13 de julio Dionís Guiteras pese a que ERC no votó la investidura de Moret. Cabe decir que ya entonces tanto el PSC como En Comú Podem esperaban incorporar a los republicanos en el gobierno una vez se cerrara la contienda electoral, una actuación que se ha ejecutado rápido ante el riesgo de que Junts tuviera la tentación de anticiparse para hacer lo mismo. Los posconvergentes se han limitado a pactar, por ahora, una vicepresidencia fuera del gobierno.

Y es que, en ese mismo pleno, Neus Munté también ofreció "mano tendida" a la nueva presidenta pese a lamentar no haber logrado tejer una mayoría alternativa. Las relaciones entre ERC y Moret -a diferencia de con su antecesora, Núria Marín- son fluidas, algo que ambas partes constataron durante las negociaciones, condicionadas por el clima electoral de las generales. Tanto, que los republicanos evitaron el pacto antes de la cita con las urnas y después de que los posconvergentes hayan visto frustradas sus expectativas de presidir la Diputación con los republicanos. Sus díscolos, el 'sí' de Tot per Terrassa al PSC y una connivencia del PP rechazada por ERC lo impidieron.