Intrahistoria

Así trató Junts de no perder la Diputación de Barcelona: de los contactos con el PP a la disputa por Ballart

PSC y Comuns pactan con Tot per Terrassa para gobernar la Diputación de Barcelona

Junts se juega dos millones de euros en sueldos en el pulso por la Diputación de Barcelona

El secretario general de Junts, Jordi Turull, en un acto del partido en Montblanc.

El secretario general de Junts, Jordi Turull, en un acto del partido en Montblanc. / ARIADNA ESCODA / ACN

Sara González
Carlota Camps
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"Surrealista". Así define Tot per Terrassa, el partido del alcalde exsocialista Jordi Ballart, la oferta que Junts le puso encima de la mesa para que, con una única representante en la institución, presidiera la Diputación de Barcelona. El PSC tenía mayoría con Junts y con ERC, por separado, para gobernar, pero el impacto de la desbancada en la capital catalana a Xavier Trias complicaba un acuerdo. Así que los socialistas cerraron un trato con los Comuns mientras ERC y Junts negociaban. Pero los números no eran suficientes: socialistas y morados se quedaban en 22 votos y perdían ante republicanos y posconvergentes (23 votos), así que o sumaban a Tot per Terrassa o pedían el apoyo de los 4 del PP. Ballart se decantó por sus ex, los socialistas, pero recibió ofertas de la posconvergencia.

La jugada de Junts, planteada por primera vez en una reunión el viernes de la semana pasada, era situar al frente de la Diputación a la candidata de Tot per Terrassa, Maria Mercè Balcells, y así evitar que el PP tuviera argumentos para facilitar un gobierno socialista alegando que no iba a permitir que fuera presidente un postulante de ERC o Junts. Pero ni Esquerra compró la fórmula, ni Ballart quiso ser cómplice de "un juego por el poder a cualquier precio" y la connivencia de los populares era imprescindible para que la propuesta de los posconvergentes prosperara.

Varias fuentes, de distinto signo político e inmersas en las negociaciones, confirman que la posconvergencia mantuvo contactos al más alto nivel con los populares. Sin embargo, públicamente, la candidata de Junts al 23J, Míriam Nogueras, y el secretario general del partido, Jordi Turull, han negado en plena campaña que trataran de pactar con el PP, pese a que han admitido los contactos. A su juicio, las conversaciones fueron entre "terceras personas" que "se conocen porque el país es pequeño" y buscaban saber qué posición tendrían e intentar minimizar los riesgos de una operación a la contra que frustrara un pacto. Incluso fuentes de ERC y de Tot per Terrassa reconocen que Junts les comunicó sus intenciones respecto a los populares, en busca de su inhibición.

Llamada al máximo nivel

El primer contacto entre las dos formaciones se produjo a finales de junio, justo después de que los posconvergentes dinamitaran la posibilidad de llegar a un acuerdo con el PSC, tras quedarse sin la alcaldía de Barcelona. Fue con una llamada al máximo nivel entre dirigentes de Junts y del PP. En aquel momento, solo sirvió para tantear el terreno.

El equipo negociador de los populares, liderado por Xavier García Albiol, dejó claro desde el primer minuto que no se repetiría una 'operación Sirera' como la del Ayuntamiento de Barcelona -dando los votos sin obtener nada a cambio- y se mostró dispuesto a negociar a dos bandas -con el PSC y con Junts- a cambio de contrapartidas. "Lo del Ayuntamiento era una decisión política, la Diputación es 100% gestión", dejaban claro en aquel momento fuentes populares, aunque ahora -y en medio de la campaña electoral- los mismos actores tratan de cortocircuitar cualquier planteamiento de negociación con los independentistas.

Una vicepresidencia para el PP

Lo que el PP buscaba era inversiones para los municipios en los que gobiernan y visibilidad a través de una vicepresidencia institucional, sin entrar a formar parte del gobierno, como la que ostentó la socialista Núria Parlon entre 2015 y 2019 bajo el mandato de Junts. Querían que se les reconociera el "papel" que consideran que les toca por votos, y así se lo plantearon tanto a JxCat como al PSC. Fuentes de tres partidos distintos, incluso miembros de la dirección de Junts -aunque las oficiales siempre lo niegan-, afirman que se llegó a plantear ofrecer una vicepresidencia de este tipo a "todos" los partidos, "incluido" el PP, para contentar a los de Albiol y garantizar que se votaran a ellos mismos y facilitaran, así, el gobierno soberanista liderado por Tot per Terrassa.

También así lo confirman fuentes de la dirección de ERC, que defienden haberse negado en rotundo. Los republicanos aseguran que ofrecieron a Junts partirse la presidencia dos años cada uno, pero que los "números no salían" porque JxCat nunca le pudo garantizar que sus dos independientes, los alcaldes de Igualada, Marc Castells, y el de Torrelles de Foix, Sergi Vallès, no acabarían sumando con el PSC y los Comuns.

"Era un acuerdo basado en algunas incertidumbres", lamentan miembros de la dirección de Junts, que achacan el fracaso final a los "miedos, debilidades y reproches" de los implicados. Debilidades también de su propio partido. "Nuestros 12 diputados no eran compactos, teníamos la posible fuga de dos miembros permanentemente sobre la mesa", recuerdan en referencia a los dos independientes agrupados bajo el paraguas de Impulsem.

La dirección de Junts niega que se trate de dos "díscolos" y lo enmarca dentro de las "diferencias" que puede haber con una "coalición" con partidos locales que tienen sus propios intereses. Aseguran que han elegido ir a "tiro seguro", porque no se ha podido garantizar que el pacto alternativo saliera adelante, por la amenaza de una posible operación de Estado del PP.

La reunión del martes en Sabadell

Aunque tampoco han ayudado los "reproches" permanentes entre las dos principales fuerzas independentistas. "Nos miramos de reojo y esto lo acaba contaminando todo", se quejan desde Junts. La entente entre Xavier Trias y Ernest Maragall, que pareció abrir una nueva etapa en las relaciones entre los dos partidos, acabó siendo un simple espejismo. Una vez rotos los puentes, la dirección posconvergente acusa a los republicanos de haber "arrastrado los pies" y dejan entrever que podrían tener ligado llegar a entrar en el gobierno del ente supraminicipal con el PSC y los Comuns después del 23-J.

Hacia el final llegó lo que desde Tot per Terrassa definen como "otras opciones inviables" que pasaban por que su diputada, que se acaba de estrenar en la política y que no tenía interés en la presidencia, fuera investida, que luego renunciara, y que Ballart cogiera el acta para afrontar la investidura definitiva. Junts ha mantenido hasta el final esa opción y así la reiteró en una reunión en Sabadell el martes entre las cúpulas de Junts y de ERC con representantes de TxT. Pero entonces, el PSC, de forma silenciosa, ya tenía amarrados sus apoyos.

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