Rodalies, okupas y sequía: Catalunya regresa al punto de partida en las elecciones del 'postprocés'

Catalunya rebobina. Incidencias y déficit en Rodalies, agitación y propaganda por edificios okupados y un escenario de sequía que clama un diluvio. Es 2023, pero podría ser 2008 o 2010. La independencia ya no ocupa el centro del debate político más de cinco años después del referéndum del 1-O. Los vetos se han levantado: el 'president' Pere Aragonès aprobó los presupuestos con el PSC y los Comuns, Gobierno y Generalitat colaboran, y Junts, pese a romper con Esquerra en el Govern, mantiene la alianza en la Diputació de Barcelona con los socialistas. Así que diluidos los bloques, los partidos regresan allá donde lo dejaron por (y para) el 'procés'.

ERC ganó las municipales de 2019 con un PSC al alza, cuya tendencia quedó acreditada con su victoria en votos en las catalanas de 2021. Si bien la vara más preciada sigue siendo la de Barcelona, socialistas y republicanos se juegan ahora el triunfo en el área metropolitana, donde hay más de 2,2 millones de votos en disputa. Las reiteradas averías en el servicio de Rodalies han dado a Esquerra el filón electoral para tratar de diluir el cinturón rojo. Y los republicanos lo están explotando: primero, con una 'tournée' de Oriol Junqueras, y después con una visita del 'president' a la estación de Gavà, en cuya atención a periodistas achacó los fallos en el servicio a la "falta de inversión" del Gobierno.

Las declaraciones de Aragonès en el municipio que pilotó la actual ministra de Transportes, Raquel Sánchez, doblemente reprobada esta semana a instancias, precisamente, de ERC, ha irritado al Ejecutivo central, que acusa directamente a la Generalitat de "mentir". Fuentes del ministerio se revuelven por la "falta de lealtad institucional" y por el uso "partidista" del asunto, al tiempo que argumentan que están invirtiendo "como nunca" en Rodalies, que ya han ejecutado el 34% de lo previsto entre 2020 y 2025, y que parte de las afectaciones a los usuarios tienen que ver con obras de mejora. En el cruce de acusaciones hay sólo un denominador común: que la red de trenes acarrea décadas de desinversión. Claro está que el argumento que usa ERC para atacar al PSOE, lo recoge Transportes para señalar al PP.

Las pullas continúan al ritmo del registro de incidencias: entre enero y abril de este año, hubo fallos el 82,5% de las jornadas, según datos recopilados por este diario.

Fue Can Vies y ahora es El Kubo y La Ruïna. El debate sobre las okupaciones (en el caso de las que se mencionan, ideológicas) sigue liderando la batalla en el flanco de las derechas, extrema incluida. El lanzamiento de medidas para apaciguar la emergencia habitacional, el tope del precio al alquiler y las expropiaciones de pisos para personas en situación de vulnerabilidad queda empañado por el interés en sobrevivir políticamente de Cs y Vox.

El PP debate cómo compaginar la moderación que le augura la remontada en Catalunya -con el aprendizaje de que la mano dura durante el 'procés' no le funcionó en las urnas- con la agitación necesaria para que las llamadas al voto útil logren lo propio.

Los tres principales partidos catalanes quisieron empezar la campaña electoral habiendo remediado el fracaso de la primera cumbre para hacer frente a la sequía con un acuerdo en el que todos ganaban: ERC salvaba el contenido del decreto, el PSC lograba aparcar el debate sobre las multas y colar nuevas inversiones y Junts sólo tuvo que reivindicar ser el artífice del nuevo texto. Y, por encima de todo, se aparcaban las multas a los alcaldes, para que no se encontraran con amonestaciones al poco de recoger la vara.

Cada uno exprimirá la máximo su papel: la oposición, falta de liderazgo de Aragonès tras haber tenido que salir al rescate, y ERC, una pinza sociovergente en un asunto inaplazable. Pero Junts ya ha movido ficha, y ha llevado al Govern ante la Junta Electoral por haber adelantado la campaña de prevención de incendios, algo que consideran "electoralista", pese al dramático escenario que se augura este anticipado verano, así como la presentación de un paquete de 69 medidas para apoyar a la ganadería extensiva.

Hay campaña para rato y está por ver si el regreso a los clásicos, que cierra el paréntesis del 'procés', abre o no otro desafío independentista.

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