Cita con las urnas

Los 4 retos de ERC en las elecciones municipales de Catalunya

ERC trata de desgastar al PSC con el caos de Rodalies

ERC se prepara para la batalla electoral

Pere Aragones y Oriol Junqueras

Pere Aragones y Oriol Junqueras / DANNY CAMINAL

Xabi Barrena

Xabi Barrena

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Los 819.845 votos recolectados por ERC en las elecciones de 2019, que se tradujeron en 3.107 concejales en toda Catalunya, catapultaron a los republicanos a su primer triunfo en comicios locales desde los años 30 del siglo pasado. Fueron 55.000 votos y 1.792 ediles más que el PSC y 280.000 sufragios y 309 actas más que Junts. El objetivo de la fuerza en estos comicios es obvio: mantener y consolidar su primacía. Para ello deberá superar una serie de retos.

Rentabilizar la 'locomotora' del Govern

ERC obtuvo el triunfo en 2019 estando en el Govern, pero sin disponer de la presidencia de la Generalitat. Ahora, cuatro años después, con Pere Aragonès en el despacho noble del edificio de la plaza de Sant Jaume los republicanos son conscientes de que tienen un triunfo en la mano que, bien jugado, puede generar un efecto de atracción de electores. No es casual que sea el propio 'president' el que encabece los ataques a los socialistas por el caos de Rodalies. La jugada es aparecer doblemente en los medios en unos tiempos en que todo está pautado y cronometrado. Por un lado como Govern y, por el otro, como partido.

Con todo, en la sede de la calle de Calàbria son conscientes que el tirón popular del 'president' es inferior, por ejemplo, al que tiene el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. De hecho, el reto de los republicanos es desplegar el aura presidencial de Aragonès (con menos años en la primerísima línea que el socialista). En tanto se observa el crecimiento o no del carisma del 'presdient', Oriol Junqueras participará activamente en el sinfín de pequeñas campañas que componen las elecciones municipales.

El derbi con los exsocios

Primeras elecciones desde la ruptura de coalición del Govern entre ERC y Junts y, por tanto, estreno del Executiu monocolor en campaña. Con una presencia posconvergente poco consistente en el área metropolitana, el duelo entre los exsocios se espera en el 'rere-país' . En el enfrentamiento entre partidos independentistas, ERC acude con los primeros pasos ya dados en cuanto a la preparación de una propuesta de acuerdo de claridad. Sin mesa de diálogo en marcha, precisamente por la electoralidad del momento, el acuerdo de claridad es el argumento que los republicanos quieren oponer al 'mandato del 1-O' que aún defienden los posconvergentes.

Transcurridos cinco años y medio de los hechos del otoño del 2017, ERC anhela aparecer ante los independentistas más realistas como el partido serio que tiene un plan, aunque sea difícil de llevar a cabo. Para ello, los republicanos no dudarán en explotar las contradicciones internas en Junts, sobre todo a cuenta de la candidatura de Xavier Trias en Barcelona y su explicitada voluntad de no remover el avispero de la cuestión territorial y la visible actitud de distanciarse lo más posible de Laura Borràs, presidenta de Junts y símbolo para buena parte de la militancia.

El duelo con el PSC

Si no saltan sorpresas, el ganador en votos de estas municipales habrá que buscarlo entre ERC y el PSC. Y el principal terreno de batalla entre estos dos partidos es el área metropolitana. Una vez conseguido, por parte de los republicanos, ser reconocibles como el estandarte del independentismo en esta parte de Catalunya, ante la poca presencia de Junts, Esquerra trata de dar un mordisco más al PSC en sus feudos.

Para ello ha puesto en juego a una de sus máximas estrellas, Gabriel Rufián que, si en teoría se presenta como alcaldable de Santa Coloma, en la práctica es la cabeza visible de ERC en toda la área metropolitana. Las bazas de Esquerra son dos. Por un lado arremeter contra la gestión socialista de Rodalies, que ya cumple 15 años de caos, y, por el otro, recordar que el PSC lleva, en no pocas latitudes metropolitanas, décadas en el poder. Con todo lo que ello conlleva. "Es un régimen", ha soltado Rufián para instaurar la idea de que se precisa aire nuevo en los ayuntamientos metropolitanos, con el fin de convertirse en la referencia del voto anti-PSC.

ERC se presenta como un partido independentista, claro está, pero al tiempo asevera que no hay que ser independentista para votar por los republicanos porque la propuesta de Esquerra, para abordar la cuestión territorial, pasa por un referéndum pactado. A esto, hay que sumarle la trayectoria de Rufián en el Congreso, con discursos más basado en lo social que en lo nacional.

Difuminar la frontera entre Barcelona y el 'rere-país'

Los puntos anteriores, el de la doble batalla con unos y con otros, puede resumirse en que la voluntad de ERC es difuminar la frontera existente entre lo metropolitano y lo rural. La 'Catalunya ciudad', señalan. Y es que el voto a ERC es el más homogéneo de los tres partidos y ello contribuye, dicen, a romper una dualidad campo-ciudad construida, dicen por CiU y el PSC para "repartirse el poder". La manera con que ERC pretende que el comportamiento electoral del área metropolitana se estandarice con el del 'rere-país' (o viceversa) es transmitir que las grandes problemáticas, en un sitio y otro, son las mismas.

Por ejemplo vivienda y transporte. En el caso metropolitano ambas son obvias, pero también en el 'rere-país' porque muchos son los que abandonan la urbe porque no encajan con los precios inmobiliarios, o buscando mayor calidad de vida, generando, a su vez, nueva demanda de infraestructuras. Ernest Maragall señala que en los últimos 20 años 500.000 barceloneses han abandonado la ciudad. La mayoría, sin embargo, solo han dejado de pernoctar en la capital, pero siguen acudiendo a ella cada día, frecuentemente desde localidades que, hasta ahora, no se consideran metropolitanas.

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