En la Feria de Abril de Barcelona

Bolaños y Aragonès se saludan con frialdad tras chocar por el acuerdo de claridad

El Gobierno tacha de "trampa electoralista" el acuerdo de claridad de Pere Aragonès

Aragonès explicó a Junts su plan para el acuerdo de claridad antes de hacerlo público

El ministro tacha de "trampa electoralista" la propuesta, mientras los republicanos restan credibilidad al portazo

El ministro Félix Bolaños, con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, el consejero andaluz Antonio Sanz Caballero y el 'president' Pere Aragonès

El ministro Félix Bolaños, con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, el consejero andaluz Antonio Sanz Caballero y el 'president' Pere Aragonès / QUIQUE GARCÍA / EFE

Sara González

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Poca sintonía, como marca la tradición electoral, pese a la música festiva al compás de castañuelas y zapateados. Así podría resumirse el frío encuentro en la inauguración de la Feria de Abril de Barcelona entre el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, tras el choque por el impulso del acuerdo de claridad por parte del Govern. Se saludaron y poco más en la edición de una feria que cumple medio siglo y que ha sido todo un paseíllo de campaña.

Sin ir más lejos, además del ministro y del 'president, han desfilado por el evento alcaldables de todos los partidos, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y hasta cuatro 'consellers' del Govern. Ajeno a la gran inauguración, también el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha dejado ver por las casetas. Un despliegue que volverá a replicarse el domingo en el epicentro de Barcelona con motivo de la 'diada' de Sant Jordi.

"Esta es la Catalunya que acoge, la de las distintas lenguas y acentos", ha celebrado Bolaños desde el atril tras la encendida de luces. "Catalunya es diversa, no la entenderíamos sin la Feria de Abril, una riqueza que tenemos que saber cuidar y acompañar", ha entonado también Aragonès. Un 'leitmotiv' parecido, el de ambos, pese a que mantienen posiciones antagónicas sobre la fórmula para abordar el conflicto territorial.

El Gobierno sostiene que defender un referéndum pactado en Catalunya es estéril porque no entrará a negociar bajo ningún concepto una propuesta que entiende como divisoria. El presidente Pedro Sánchez ha encargado a su mano derecha un desembarco en territorio catalán para que, aprovechando el escenario que supondrá la 'diada' de Sant Jordi para dar el pistoletazo de salida a la carrera por las municipales, deje claro por activa y por pasiva que de diálogo, el que haga falta, pero que de referéndum, nada.

De hecho, el marco argumental de la Moncloa es que un acuerdo de claridad es extemporáneo porque su lectura de situación es que, gracias a la estrategia pactista tejida con ERC, se ha "pasado página" al 'procés' y el PSC se ha abierto paso gracias a la brecha entre independentistas. Si en una cosa pone empeño Sánchez cada vez que el Gobierno hace acto de presencia en Catalunya es en exhibir una "normalización" que se ha consolidado y que contrasta con los crispados años bajo los gobiernos del PP. Es por ello que busca hacer caer de la agenda cualquier riesgo de que el conflicto territorial resucite y vuelva a llevar la batuta del relato político.

Un rechazo reiterado

En los dos días que lleva en Catalunya, Bolaños ha utilizado ya todo el repertorio de descalificativos a su alcance para desacreditar el acuerdo de claridad: desde "trampa electoralista" a propuesta de "enfrentamiento" y "división" entre catalanes para "volver al pasado" con el 1-O como referencia. Y a Bolaños, que también ha dejado claro que el plan de Aragonès no tiene cabida en la mesa de diálogo ahora en letargo, aún le quedan dos jornadas más para seguir ahondando en un rechazo que comparte el PSC, que ya ha amenazado con dejar la silla vacía si el 'president' convoca a los partidos para debatir sobre una votación como la que plantea.

Obvia el Gobierno en sus referencias al plan de Aragonès que éste, a diferencia del referéndum de 2017, tiene vocación de sentar unas bases para un pacto que permita resolver el conflicto territorial y que el diseño teórico se ha puesto en manos de un 'sanedrín' de académicos -algunos de ellos no independentistas- a los que se ha dado carta blanca incluso para esbozar propuestas alternativas a la de un referéndum.

Oriol Junqueras: "El Gobierno dice cosas que luego no cumple"

Ha sido el presidente de ERC, Oriol Junqueras, el encargado de responder de forma tajante al ministro Bolaños. "El Gobierno dice cosas que luego no cumple", ha espetado desde la caseta que el partido tiene en la Feria de Abril. Y es que los republicanos creen que el hecho de que sus votos sean clave en el Congreso hacen que el plan que promueve el 'president' Aragonès pueda cotizar al alza tras las elecciones generales pese a que los socialistas insistan en que no quieren ni oír a hablar de él.

Con vocación de enterrar hachas, al menos por hoy, ha intervenido el consejero de la Presidencia de Andalucía, Antonio Sanz Caballero, invitado también a la inauguración de la feria. "Viva la Moreneta y la Virgen del Rocío", ha dejado caer en referencia al gag del programa 'Està passant' de TV3 que sembró la polémica hace dos semanas y que prendió la mecha en la campaña andaluza. "Andaluces y catalanes estamos juntos para avanzar", ha zanjado flanqueado por el clima distante entre el ministro y el 'president'.