Conflicto político

El Gobierno da portazo al acuerdo de claridad y pide no "volver al pasado"

Estas son las 5 preguntas a los académicos para el acuerdo de claridad de Pere Aragonès

¿Quién es quién en el 'sanedrín' que diseñará el acuerdo de claridad de Aragonès?

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, desde Montserrat

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, desde Montserrat / ACN

Sara González

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La reclamación de un referéndum, con o sin acuerdo de claridad, es un muro infranqueable. Lo es ahora y lo será, aseguran, aunque los votos independentistas vuelvan a ser decisivos para Pedro Sánchez tras las elecciones generales. Este es el mensaje que ha reiterado el Gobierno por boca del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, cuya agenda incluye cuatro días de intensivo en Catalunya para lucir a bombo y platillo la "normalización" de las relaciones con la Generalitat aprovechando que la 'diada' de Sant Jordi será un escenario de inauguración de la campaña de las municipales y que Barcelona es una de las plazas más cotizadas.

Desde la Abadía de Montserrat, enclave simbólico para el catalanismo, el ministro ha dejado claro que, diálogo, el que haga falta; pero que la propuesta del Govern de Pere Aragonès de pactar un referéndum está condenada al fracaso desde el punto de vista de la Moncloa. "Con toda claridad digo que el Gobierno de España no apuesta por volver al pasado, a fórmulas que dividieron, que enfrentaron a los catalanes, que llevaron a Cataluña a entrar en un bucle que duró una década y que fue una década perdida", ha dicho sin ambages.

Este viernes, el ministro coincidirá con el 'president' en la inauguración de la Feria de Abril y allí, ha asegurado, podrán "intercambiar brevemente alguna palabra", aunque ha asegurado que no se reunirán. También fuentes del Govern confirman que no está previsto ningún encuentro. Fue justo hace un año cuando, en plena crisis abierta entre la Generalitat y la Moncloa por el 'Catalangate', Bolaños se reunió con la 'consellera' de la Presidència, Laura Vilagrà, para desencallar el conflicto abierto con el espionaje con Pegasus a dirigentes independentistas.

Ahora, tras un año de interlocución sin interrupciones, la reforma del Código Penal para suprimir la sedición y modificar la malversación con efectos parciales y una mesa de diálogo en 'stand by' en pleno año electoral, los socialistas se afanan en dar por concluido el 'procés' y emplazan a ERC a "hablar de lo que interesa a la gente" y a trabajar en un marco de "acuerdos entre diferentes". La división independentista y la centralidad conquistada por el PSC son, para el Gobierno, el síntoma de la efectividad de su estrategia de diálogo con Catalunya.

Pero a pesar del rechazo al acuerdo de claridad y el intento por dejar en fuera de juego de la agenda política esta propuesta, Aragonès ha detallado ya al grupo de expertos las preguntas para embastar un marco teórico de un referéndum pactado. La Moncloa vincula esa iniciativa con el precedente de un 1-O que "no solucionó absolutamente nada" y que supuso "enfrentar a la sociedad catalana" y llevarla "al borde del precipicio".

Ahora, ha presumido, el contexto es absolutamente distinto al del 2017, una afirmación en la que insiste el Gobierno cada vez que uno de sus miembros pisa territorio catalán. "Hoy Catalunya, en lugar de ser un sitio del que huyen despavoridas las empresas, es un lugar donde hay inversiones, las inversiones más importantes en materia de renovables en toda Europa", ha remarcado.

Los "hechos graves" de la 'Operación Cataluña'

El viaje de Bolaños a Barcelona se entrelaza con la agitada campaña en Barcelona, marcada también por los detalles que van transcendiendo sobre la llamada 'Operación Cataluña' y el caso que en 2014 afectó al entonces alcalde y ahora candidato de Junts, Xavier Trias. Según RAC 1, un policía francés que recibió 25.000 euros de fondos reservados fue el encargado de aportar la falsa cuenta bancaria en Suiza que algunos medios de comunicación atribuyeron al exalcalde.

El ministro se ha mostrado rotundo ante estos presuntos hechos, que considera que tienen que "clarificarse" en los tribunales y, si da lugar, en la comisión de investigación que se ha puesto en marcha en el Congreso. "Son hechos gravísimos, era la España del pasado, la España del PP, donde se delinquía, se ponía a disposición de sus intereses políticos partidarios toda la administración y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para este tipo de operaciones", ha zanjado dando a entender que su Gobierno ha pasado también página a esa época.