LA ENCRUCIJADA NEOCONVERGENTE

Puigdemont vuelve a apostar por la Crida frente a JxCat

Pancarta a favor de Carles Puigdemont el pasado 2 de julio en Estrasburgo

Pancarta a favor de Carles Puigdemont el pasado 2 de julio en Estrasburgo / REUTERS / Vincent Kessler

Fidel Masreal

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Y ahora toca... la Crida. Según fuentes de esta entidad y del PDECat, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha dado en las últimas semanas un nuevo giro de guion a su recorrido político. Y cuando se suponía que aceptaba negociar con el que todavía es su partido, el PDECat, una convergencia entre sectores de la mano de Artur Mas para fusionarse en torno a Junts per Catalunya, sus intenciones han cambiado y la prioridad vuelve a ser un instrumento más que cuestionado en sectores políticos del independentismo: la Crida Nacional per la República, una entidad que, al mismo tiempo, está registrada como partido y que fundó Puigdemont de la mano de Jordi Sànchez, exlíder de la ANC, con la intención de aglutinar a todo el independentismo. Sin éxito, hasta la fecha.

En su último libro, 'Reunim-nos', Puigdemont cita a la Crida ya en la segunda página, describriéndola como "un espacio político donde sea posible acordar, entre las diferentes sensibilidades y visiones que concurren en el independentismo, la unidad concreta que nos conviene para cada desafío". Del PDECat, ni una mención explícita en 50 páginas.

Fuentes de la Crida -que oficialmente guarda silencio, dado que se está trabajando en los planes de Puigdemont con discreción- explican que Puigdemont ha decidido que la mejor vía en la actualidad, entre JxCat y el PDECat, es la Crida. Una entidad que celebró en enero su cónclave fundacional y que tras el mismo no ha tenido ningún papel político destacado, ni ha concurrido a las elecciones, ni ha logrado aunar al independentismo político, dado que tanto la CUP, como ERC y el PDECat siguen su propio camino. De hecho, en las últimas semanas se había impuesto una reflexión interna, e incluso en el PDECat se creía en la posibilidad de que la Crida quede hibernada en beneficio de JxCat.

Organización en construcción

Pero los defensores de la Crida sostienen que hace unas semanas reunieron a unas 600 personas en un acto en las Cotxeres de Sants, que la entidad sigue desplegándose por el territorio y está previsto crear nuevos órganos, como el defensor de la militancia, y convocar una nueva asamblea el 17 de septiembre para constituir las sectoriales ideológicas. Tras ello, se pretende crear ya el consejo de representantes (el máximo órgano entre congresos) a finales de noviembre, formado por 204 personas. Y sobre todo, que Puigdemont cree que la Crida sintetiza mejor que cualquier otra organización al soberanismo y al progresismo catalanes, mientras que el PDECat parece inclinarse por ser un partido de centroderecha catalán "que se aproxima a los movimientos autonomistas que están surgiendo".

Lo que en la Crida se advierte es que no se plantean diluirse en Junts per Catalunya. "Tenemos vida propia", zanjan como respuesta. E insisten en la necesidad de acordar una estrategia, más allá de la lucha partidista. Preguntados sobre una eventual decisión de Puigdemont de dejar la militancia en el PDECat, las fuentes consultadas responden que "son decisiones personales". Y como el 'expresident' en su libro, insisten en que la Crida representa ya un abanico de sensibilidades plural del independentismo.

Es más, en la creación de órganos locales de la Crida se está usando algo parecido a un protocolo interno que garantice que ningún partido se apropie de la organización. Este diario se ha puesto en contacto reiteradamente con el 'expresident', pero este ha declinado hacer declaraciones.

La respuesta del PDECat: divorcio, ya

A la dirección del PDECat ya le han llegado las intenciones de Puigdemont. Y la respuesta es doble: irritación y, al mismo tiempo, alivio, porque si se consuma esta apuesta del 'expresident', el divorcio político con él será un hecho. Algún dirigente posconvergente apunta que Puigdemont quizá ya tendría que haber dejado la militancia en el que aún es su partido. Consideran que este nuevo cambio de rumbo del 'expresident' es "muy difícil de asumir" por parte del PDECat, si se le añade además la estrategia combativa que despliega Puigdemont en su nuevo libro. "Me sabe muy mal, pero a nivel político es difícil encontrar otra vía" que no sea la del divorcio, apunta un dirigente del partido. "Se hace inevitable", concluye.

Y es que al PDECat le llega este revés en pleno proceso interno de redefinición sobre su futuro, que incluirá un debate en cada organización territorial que se elevará a la dirección para tomar una decisión. Si Puigdemont apuesta por la Crida, el partido responderá con un cierre de filas, insisten internamente, más allá de asumir cierta fuga de militancia o de algún cargo local que decida unirse a Puigdemont. "Pero también ganaremos votantes, quizás unos 100.000, del sector moderado y que se habían ido a ERC o al PSC", apuntan.

Toda esta tensión desembocará en septiembre y creará un conflicto con Puigdemont por ver, admiten en el PDECat, quién gana la batalla "del relato" sobre la divergencia. En cualquier caso, el desenlace se acerca y coincidirá con la convulsión que vive todo el independentismo a las puertas de la sentencia del 1-O.